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¡Esquina bajan!



¡Esquina bajan! es una película melodramática mexicana dirigida por Alejandro Galindo y protagonizada por David Silva, Fernando Soto y Olga Jiménez. Se filmó en los Estudios Tepeyac del 22 de abril al 19 de mayo de 1948. Fue estrenada el 13 de agosto del mismo año en el Cine Colonial.

El chofer Gregorio del Prado y el cobrador Regalito trabajan en un camión de pasajeros y por un choque y una discusión con una pasajera Gregorio va a la cárcel. El sindicato paga la multa y el chofer se entusiasma con la joven Cholita, que en realidad trabaja para los dueños de la línea rival, y provoca que el chofer desvíe el pasaje para llevarla a casa. Gregorio y Regalito son enviados a trabajar como mecánicos. Un pleito entre los trabajadores de las dos líneas lleva de nuevo a Gregorio a la cárcel. El sindicato vuelve a pagar la multa pero Gregorio debe devolverla y trabaja en un camión de basura; más tarde, Cholita se arrepiente y ayuda al chofer a demostrar que el rival ganó tramposamente la concesión de una nueva ruta. Llevan al embustero en un bote de basura a su sindicato, y de ahí lo trasladan a la delegación a denunciarlo. El chofer recupera su trabajo y se casa con Cholita, así como Regalito con la mesera La Bicha.

Filmada en los Estudios Tepeyac, en formato 35 mm y en blanco y negro.

Para Emilio García Riera resulta curioso e interesante que Alejandro Galindo realizara en un mismo año Una familia de tantas, con su crítica a fondo del paternalismo tradicional, y una suerte de himno a un nuevo paternalismo social. De hecho, el director retomó al personaje central de Campeón sin corona -el actor David Silva- y lo convirtió en trabajador asalariado y sindicalizado. El comportamiento de Gregorio como héroe al volante define al macho urbano: un macho atrabancado, algo salvaje aún, pero todo corazón, que debe integrarse al nuevo cuadro social de los trabajadores.[1]

García Riera continúa: «el afán de esos trabajadores parece ser el de ganar más sirviendo mejor al público. Descubren que la cortesía puede otorgar más beneficios y no toleran que los impulsos del macho peleonero se antepongan al interés colectivo».[1]

García Riera termina diciendo: «El cine popular de Galindo es muy vivaz, muy movido y en exceso ruidoso. Sin embargo, los alardes de juego limpio o el sano espíritu de competencia en la población laborante revelan en el fondo una inspiración norteamericana, y también una cierta aversión al melodrama "a la latina"».[1]

Para Moisés Viñas el mundo del trabajo rara vez ha sido materia cinematográfica, sin embargo Alejandro Galindo hizo con él dos películas: ¡Esquina bajan! y Hay lugar para dos, «hoy paradigmas del cine laboral y urbano. Pero el intenso y constante interés por ambas cintas se debe a la vitalidad con que se abordaron, una confianza en la mejor convivencia y el bienestar mediante la dedicación y mejoramiento asiduos, que van regenerando las debilidades de su simpático protagonista, el chofer de bruscos modales aún ligados a la ruda vida campirana y que se resisten a la sofisticación urbana. Esa urbanidad, según Galindo, impone un dinamismo que es símbolo y parte del deseable progreso, y es un dinamismo en el que no se pierde la serenidad».[2]​ «Es una visión en la que las múltiples actividades citadinas requieren la participación de todos y gana más satisfacción quien avanza tanto en la productividad individual como colectiva; para Galindo el individualismo sólo es valioso en función de la comunidad. Por ello ¡Esquina bajan! fue una cinta de vanguardia cuando se produjo, y hoy es indispensable para comprender el desarrollo de las urbes».[2]

Alfonso de Icaza en El Redondel describe: «¡Vaya taquillazo! Cuando fuimos a conocer esta película, el viernes, largas "colas" de espectadores esperaban turno para adquirir boletos, en tanto en que ya la inmensa sala del Colonial estaba llena de bote en bote. Y es que ¡Esquina bajan! es una cinta eminentemente popular, muy propia para el público del cine en que fue estrenada».[3]:322

José María Sánchez García relató en Novedades que para el estreno de ¡Esquina bajan!, los hermanos Rodríguez se decidieron por el Colonial, directamente enfocado al único público que, por un precio modesto, gozaría con el argumento y el ambiente en que se desarrolla la película.[3]:323

La película ganó un premio Ariel a la mejor edición.[4]



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Comentarios
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La película esquina bajan fue y seguirá dando de qué hablar, por tal motivo no habla sólo de el chofer y el cobrador si no también de el viajar de aquellos años y sin duda le dieron una satisfacción a los actores y productores una enseñanza de vida propiamente real y al menos yo en mi calidad de espectador seguirá siendo una película muy hermosa hoja la las pudieran sacar de nuevo en la pantalla grande seria un gitaso!
2022-05-12 00:04:08
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