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Ávaros



Los ávaros (del griego Άβαροι) fueron un pueblo nómada de Eurasia de posible origen tungús[1]​ que emigró hacia Europa central y oriental en el siglo VI. Dominaron la llanura panónica hasta principios del siglo IX. También conocidos como Varkonitas (Ουαρχωννιται) u Obri (О́бры), se ubican en las primeras referencias historiográficas, en torno a las estepas del Asia Central, emigrando posteriormente al extremo más occidental de las estepas pónticas (Hungría), por lo que no deben confundirse con los ávaros caucásicos. Las fuentes para el estudio de su posible etnicidad, son aún controvertidas, aunque en las últimas décadas, algunos autores se postulan en torno a una posible adscripción dentro de la familia de lenguas túrquicas: más concretamente, en torno al grupo ogur.

Supuestamente, los ávaros se habrían dirigido hacia el oeste a mediados del siglo VI, tras la derrota de los heftalitas (hunos blancos) por los köktürk. Aunque inicialmente se dirigieron al Imperio romano de Oriente, fueron sobornados por el emperador Justiniano I y subyugaron a los kotriguros y utiguros, ramas tribales residuales de los hunos. Llegaron hasta Panonia como había hecho Atila un siglo antes y sometieron a la población eslava local. Incursionaron en la Galia donde se encontraron con la dura oposición de los francos, y el lugar no les pareció adecuado para su estilo de vida nómada, por lo que centraron su atención en la llanura panónica, habitada en la época por dos pueblos germánicos, los lombardos y los gépidos. Aliados con los lombardos, destruyeron a los gépidos en 567 y establecieron un estado en el área del río Danubio. A continuación comenzaron a hostigar a los lombardos, quienes se vieron obligados a emigrar hacia el norte de la península itálica. El jefe de los ávaros en esta época se llamaba Bayan, y gobernó aproximadamente entre 565 y 600.

A comienzos del siglo VII los ávaros se aliaron con los persas en contra del Imperio bizantino y en 626 pusieron sitio a Constantinopla, aunque la denodada resistencia de sus habitantes les obligó a retirarse sin haber conseguido su objetivo y a regresar a Panonia.

En torno al año 630 Kubrat, un hombre de origen onoguro, perteneciente al clan Dulo, unió a varias ramas tribales sometidas por los ávaros y fundó un estado proto-búlgaro, que dominó extensas áreas al norte del mar Negro. Tras la muerte de Kubrat, sus sucesores se dispersaron producto de la presión de los jázaros. Estos sucesos hicieron que los ávaros perdieran el control de extensas zonas de la estepa póntica, aun así el Estado ávaro subsistió en Panonia hasta el siglo IX.

A comienzos del siglo IX, las discordias internas y las presiones exteriores comenzaron a minar el estado ávaro, que fue completamente destruido en la década de 810 por los francos de Carlomagno y los búlgaros, mandados por Krum. Se sabe que todavía se encontraban en Panonia en el año 871, pero desde entonces su nombre no vuelve a ser mencionado por los cronistas. Parecen haberse mezclado con los eslavos, que habían formado nuevos estados en la región: el principado de Nitra, en el norte (más tarde: Gran Moravia), y el Principado de Balatón, en el centro de Panonia.




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