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Ópera espacial



La space opera (traducido ocasionalmente por diferentes fuentes como aventura espacial,[1]épica espacial, epopeya espacial,[2]novela espacial, ópera espacial[3]​ y opereta espacial) es un subgénero de la ciencia ficción donde se relatan historias acerca de aventuras tratadas de forma futurista, tecnológica y en ocasiones romántica y que en la mayor parte de los casos tienen lugar en el espacio. Se puede considerar la space opera como la continuación natural de las novelas de aventuras sobre escenarios propios de la ciencia ficción. Los personajes suelen pertenecer al arquetipo héroe-villano, y los argumentos típicos tratan sobre viajes estelares, batallas, imperios galácticos, con ambientes exhibiendo vistosos logros tecnológicos.[4][5][6][7]

El escritor Wilson Tucker utilizó por primera vez el término space opera de forma peyorativa en 1941 para referirse a lo que él percibía como vicios y clichés de la ciencia ficción de su tiempo,[8]​ haciendo alusión al género de las soap operas, programas de radio dramatizados populares en Estados Unidos en aquel momento. Estas mismas se llamaban así en relación a las marcas de jabón (soap en inglés) que solían patrocinarlas, y a las horse operas, como se había empezado a denominar a los western. De hecho algunos críticos y fanáticos han hecho notar que muchas tramas utilizadas en space operas son una traducción directa de las historias del oeste al contexto del espacio exterior, como parodiaba la famosa portada trasera del primer número de Galaxy Science Fiction. Antes de que este término se popularizara, las historias publicadas en revistas de ciencia ficción a finales de los años 20 y principios de los 30 a menudo se denominaban super-science epics (super-ciencia épica).

Como hacen notar David G. Hartwell y Kathryn Cramer en su antología de space operas The Space Opera Renaissance (2006), no hay consenso sobre lo que es la space opera, qué autores son un mejor ejemplo de ella o incluso qué trabajos quedarían englobados en ella.[9]​ Más aún, los autores resaltan que la space opera ha tenido diferentes claves y definiciones a lo largo de su historia, que se han visto afectadas por la política literaria del momento. Lo que ahora se conoce como space opera es lo que solía ser llamado fantasía científica, mientras que aquello a lo que originalmente se conocía con el término ha dejado de existir.

En su forma más familiar, el género es un producto de las revistas pulp de los años 1920-1940. La ciencia ficción en general tomó del género pulp y de aventuras, el western e historias en emplazamientos exóticos como Oriente o África, y la space opera no es una excepción. Existen numerosos paralelismos entre las naves tradicionales y las espaciales, entre los exploradores de la época colonialista y los exploradores del espacio, entre los piratas marítimos y los piratas espaciales, etc. La space opera clásica es una transposición de los viejos temas de los libros de vaqueros, o westerns a la ciencia ficción, reemplazando el revólver Colt por la pistola láser, el caballo por la nave espacial, la fiebre del oro por los mineros de los asteroides, etcétera. El mayor auge del subgénero se dio durante la edad de oro de la ciencia ficción, en la década de 1940. En cierto modo, fue la space opera la que El dio mala fama a la ciencia ficción, debido a que la mayor parte de sus exponentes tenía una baja calidad literaria.

Una novela muy temprana de protociencia ficción podría ser también considerada la primera space opera. Se trata de Edison's Conquest of Mars de Garrett P. Serviss, publicada en 1898, qué aunque precede el término space opera contiene todos los clichés que caracterizan al género: naves espaciales, viaje a otros planetas, coches voladores, batallas contra malvados alienígenas, armas militares de gran potencia destructiva, doncellas en apuros, e incluso una primera aparición del rayo desintegrador.

El prototipo de space opera pulp es la novela de E. E. Smith The Skylark of Space (publicada por primera vez en Amazing Stories en 1928), en la que un científico construye una nave espacial y viaja con una compañera femenina en busca de civilizaciones alienígenas y a luchar contra un poderoso archienemigo. La serie más tardía de Smith, Lensman, y el trabajo de Edmond Hamilton y Jack Williamson en los 1930 y 1940 fueron muy populares entre los lectores y muy imitados por otros escritores. Fueron estos imitadores los que inspiraron a Tucker y otros fanes a usar la etiqueta para denominar a esta producción.

La space opera entró en decadencia después de que la ciencia ficción abandonara la fijación en la aventura y en la tecnología para adentrarse en el estudio de las sociedades futuras, a partir de la nueva ola, en la década de 1960. Con el tiempo, el análisis de los mejores ejemplos del género ha llevado a una revaluación del término y a una resurrección de la space opera. Escritores como Poul Anderson y Gordon R. Dickson han mantenido el género de aventura espacial de grandes dimensiones vivo durante los 50, seguidos por -entre otros muchos - M. John Harrison y C. J. Cherryh en los 70 y Iain M. Banks, Lois McMaster Bujold, y Paul J. McAuley en los 80.[10]​ Pasada la borrachera de la nueva ola, la literatura de ciencia ficción comenzó a regresar a los viejos temas (salvo por el cyberpunk), aunque con una mirada más madura. Con el tiempo el término space opera ha dejado de tener esa connotación negativa para pasar a definir un tipo de novela concreto, aunque el subgénero sigue siendo percibido como un estereotipo de la ciencia ficción.[11]

En el terreno cinematográfico, el final de la edad dorada de la space opera lo marcó la película 2001: Una odisea del espacio, mientras que Star Wars hizo volver con gloria y majestad al género, que desde entonces sigue teniendo éxitos.

Series de ciencia ficción de gran popularidad como Star Trek, Babylon 5, Lexx y Stargate son en general clasificadas como space operas siendo la exploración espacial, las guerras entre imperios galácticos y las aventuras a raíz del contacto entre civilizaciones el tema central.[12]

Algunos críticos distinguen y diferencian a los géneros de la space opera y el romance planetario.[13]​ Pues si bien ambos presentan aventuras en escenarios exóticos fueran del ámbito terrestre y con ambientaciones futuristas, la space opera enfatiza los viajes espaciales, mientras que los romances planetarios se enfocan en mundos alienígenas. Desde este punto de vista, las historias marcianas, venusianas y lunares del autor Edgar Rice Burroughs serían romances planetarios (y entre las más tempranas), al igual que las historias de Leigh Brackett, de Eric John Stark, influenciadas por el propio Burroughs.

La space opera se puede contrastar con la "ciencia ficción dura", en la que el énfasis está en los efectos del progreso tecnológico y las invenciones, y donde los escenarios se elaboran cuidadosamente para obedecer las leyes de la física, la cosmología, las matemáticas y la biología. Se ven ejemplos en las obras de Alastair Reynolds o en la película The Last Starfighter. En otras ocasiones, la space opera puede coincidir con la ciencia ficción dura y diferir de la ciencia ficción blanda al centrarse en cambio en la precisión científica como en The Risen Empire de Scott Westerfeld. Otras obras de space opera pueden definirse como un equilibrio entre ambas o simultáneamente ciencia ficción dura y blanda como Dune.[14][15]​ la serie de precuelas de Kevin J. Anderson y Brian Herbert o la serie Star Wars creada por George Lucas.[16]

Varios subconjuntos de la space opera se superponen con la ciencia ficción militar, concentrándose en las batallas espaciales a gran escala con armas, vehículos y trajes futuristas. En tales historias, el tono militar y la tecnología de los sistemas de armas pueden tomarse muy en serio. En un extremo, el género se usa para especular sobre guerras futuras que involucren viajes espaciales, o los efectos de tal guerra en los humanos; en el otro, consiste en el uso de tramas de ficción militar con atavíos superficiales de ciencia ficción. El término "space opera militar" se utiliza de vez en cuando para denotar este subgénero, como se usa, por ejemplo, por el crítico Sylvia Kelso al describir a Lois McMaster Bujold en la Saga Vorkosigan.

El space western (también llamado "Viejo oeste espacial") también puede enfatizar la exploración espacial como "la última frontera". Estos temas occidentales pueden ser explícitos, como los vaqueros en el espacio exterior, o pueden tener una influencia más sutil en la space opera.[17]Gene Roddenberry describió Star Trek: The Original Series como un western espacial (o más poéticamente, como "Wagon Train to the stars").[18]Firefly y su secuela cinematográfica Serenity literalizaron los aspectos occidentales del género popularizado por Star Trek el cual: utilizó pueblos fronterizos, caballos y el estilo de los clásicos Westerns de John Ford.[19][20]​ Los mundos que han sido terraformados pueden describirse como lugares que presentan desafíos similares a los de un asentamiento fronterizo en una película clásica de vaqueros.[21]​ Las pistolas o los cañones de mano de seis balas y los caballos pueden ser reemplazados por pistolas de rayos y los cohetes o propulsores.[22][23]

Las historias de la space opera tienen la característica común de desarrollarse a escala interplanetaria (frecuente en las primeras historias de la ciencia ficción), interestelar (la mayoría de las veces), intergaláctica o incluso a escala universal, lo que magnifica las cuestiones de los temas abordados por las Historias de ciencia ficción como lo son: el futuro de la especie humana, encuentros con especies extraterrestres, cuestiones políticas (conflictos entre entidades a escala galáctica), o la ecología (visto en Dune). Los otros efectos de la space opera son que los personajes pueden aparecer por comparación incluso menor, que son posibles nuevas exploraciones, ya sea en territorios explorables o en descubrimientos de sociedades hasta ahora autosuficientes.

Una space opera generalmente tiene lugar en el espacio o en uno (o más) planetas distantes. El realismo de la historia varía considerablemente de una obra a otra; A menudo, en el cine o en la televisión, para aumentar la intensidad dramática o en aras de la economía, se abusa de las leyes de la física espacial de diversas maneras: las personas y los objetos se mueven en un recipiente con ingravidez (y sin gravedad artificial) como si estuvieran en la Tierra, sonido de propulsores de naves espaciales y explosiones audibles en el espacio en Star Wars por ejemplo, donde también vemos otras improbabilidades, casi la mayoría de los planetas son habitables por el hombre, entre sistemas planetarios tan distantes.[24]

Por el contrario, algunos autores se esfuerzan por hacer más creíbles sus historias integrando elementos científicamente probados, o anticipando el uso de tecnologías que son objeto de debate o especulación en los círculos científicos como: La Esfera de Dyson, la teletransportación (reuniendo dos puntos en el espacio más rápido que la luz podría), del fenómeno de los agujeros de gusano o incluso en el marco de la teoría del espacio y el tiempo del físico alemán Burkhard Heim que predice la posibilidad de convertir la energía electromagnética en energía gravitacional.

A veces incluso nos encontramos en una space opera con tecnologías emergentes, que razonablemente podemos estimar que están llamadas a desarrollarse y convertirse en algo común como se vio en la serie original de Star Trek (también llamado Viaje a las estrellas) que visionó las puertas automáticas, la tecnología laser o los teléfonos de mano (otros ejemplos pueden incluir las múltiples aplicaciones de las nanotecnologías comúnmente utilizadas por los personajes de la novela El amanecer nocturno).



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