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Órganos reservantes en las plantas



En botánica, en terminología utilizada en la descripción de las plantas, se denomina órgano de almacenamiento u órgano reservante —más comúnmente y tradicionalmente órgano de reserva— a toda parte de la planta que pueda ser delimitada morfológicamente y que esté adaptada a independizar a la planta adulta de una época desfavorable, rítmica, pero predecible, en la que puede faltar la capacidad fotosintética o el agua, cumpliendo la función de almacenamiento temporal de sustancias de reserva como pueden ser: carbohidratos u otros nutrientes, y agua (se denominan órganos suculentos si la proporción de agua almacenada es muy alta, de forma de independizar a la planta de la falta de agua y por la textura de sobrevivir verdes la época desfavorable). Las plantas que sobreviven como adultas a períodos de estrés predecibles suelen poseer órganos reservantes para sobrevivirlos y si es necesario perder sus partes verdes fotosintetizantes y rebrotar al finalizar los mismos. Las suculentas se mantienen verdes durante la época desfavorable y consumen sus reservas de agua durante ese período. También son órganos reservantes los cotiledones de las semillas y otros tejidos dentro de ellas, utilizados durante la germinación, que aquí no serán discutidos. Ésta no es la única adaptación del adulto a un clima con época desfavorable, la planta adulta podría desarrollar una morfología xeromórfica que la adapte a ambientes xéricos, como es típico en coníferas, por ejemplo.

Poseen épocas desfavorables rítmicas los climas estacionales con una estación estresante (fría o seca); no rítmicas pero predecibles los ambientes estresantes (por ejemplo muy secos) en que las plantas se desarrollan sólo cuando el tiempo lo permite, las regiones con incendios periódicos, y también pasan por un período estresante predecible, del que las plantas aquí tratadas rebrotan gracias a sus órganos reservantes, las plantas cuyas partes verdes fotosintetizantes son predeciblemente podadas por animales herbívoros, como los pastos.

Las plantas con órganos reservantes son por lo tanto siempre bienales (viven como adultas por dos estaciones de crecimiento en un clima estacional) o perennes. Estas plantas son llamadas geófitas si sólo las partes verdes fotosintetizantes se asoman sobre la superficie de la tierra, pero también puede haber plantas perennes con órganos reservantes aéreos, como es típico en árboles caducifolios. Nunca son plantas anuales (que se encuentran como adultas sólo durante la época favorable en un clima estacional, sobreviviendo la época desfavorable como semilla), ni efímeras (que se encuentran como adultas sólo en un período favorable esporádico).

Los órganos reservantes del adulto se originaron muchas veces independientemente, tanto en el vástago como en la raíz, y pueden agruparse por morfología y órgano de origen como sigue:

Bulbo. En amarillo claro el tallo, en amarillo oscuro las hojas suculentas de almacenamiento, en amarronado las hojas escamosas protectoras. En marrón oscuro las raíces.

Corte longitudinal de un bulbo. Allium cepa, la cebolla.

Cormo. En amarillo claro el tallo, en amarronado las hojas escamosas protectoras. En marrón oscuro las raíces.

Corte longitudinal de un cormo en Crocosmia.

Cáudice. En amarillo claro el tallo, en marrón oscuro las raíces, en verde las hojas. En línea punteada el nivel del suelo.

Posee cáudice Furcraea.

Rizoma. En amarillo claro el tallo, en marrón oscuro las raíces. (1): hojas escamosas o cicatrices de hojas.

Rizoma de bambusoidea.

Rizoma de Phragmites australis.

Tubérculo. En amarillo claro el tallo, en verde las yemas.

Tubérculo de Ceropegia woodii.

Tallos caudiciformes. En amarillo el tallo, en verde las hojas.

Tallo caudiciforme en Dioscorea.

Paquicaulo en Brachychiton rupestris.

Paquicaulo en Fouquieria columnaris.

Tallo suculento en una cactácea del Nuevo Mundo.

Tallo suculento en una euforbiácea de África.

Hojas suculentas. Hay ejemplos como las crasuláceas (a veces llamadas de hojas como cotiledones) y monocotiledóneas en roseta como Aloe y Agave.

Crassula ovata, una crasulácea.

Aloe vera y su inflorescencia.

Agave americana e inflorescencias.

El bulbo posee sus reservas en las hojas no fotosintetizantes.

Son llamadas raíces carnosas (este término quizás prefiera reservarse para un tipo de textura), raíces reservantes o raíces de almacenamiento. En general se reconocen por su aspecto engrosado, y se diferencian de los tallos reservantes subterráneos en que carecen de los nudos y entrenudos y las yemas y cicatrices foliares de los tallos, además de por su anatomía (por ejemplo al microscopio poseen cofia).

Los dos grandes grupos en que se diferencian por origen del órgano son la raíz principal reservante y las raíces no principales reservantes (raíces "tuberosas", no es sinónimo de tubérculos, ya que el tubérculo es siempre un tallo en castellano). (Simpson 2005). Cuando el órgano reservante toma la raíz principal es relativamente común que también forme parte de él el hipocótile (el sector del tallo entre el nudo cotiledonar y la transición a la raíz) y quizás parte del tallo por arriba del nudo cotiledonar.

Las definiciones son (Strassburger 1994[1]​): en la cita.[cita 1]

Un órgano reservante formado por la raíz principal (en este caso forma parte de él también la parte inferior del tallo): la zanahoria.

Una raíz reservante tuberosa: la batata.

Raíz tuberosa de Dahlia.

Raíces tuberosas en venta del lairén (Calathea allouia).[7][cita 2]




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