En el universo imaginario de J. R. R. Tolkien, la Guerra de la Última Alianza es el nombre que se dio a la guerra que se desencadenó entre una gran alianza de hombres y elfos y las fuerzas de Sauron, en las fases finales de la Segunda Edad del Sol de la Tierra Media. Tal alianza se creó con el propósito de destruir a Sauron, el Señor Oscuro, y liberar a la Tierra Media de la sombra que este estaba extendiendo por ella.
Los antecedentes hay que buscarlos a lo Largo de la Segunda Edad y en especial tras la derrota que Sauron sufriera en el año 1700 S. E. a manos de los Elfos y los Númenóreanos en Eriador. Luego de esta, el Señor Oscuro huyó hacia el Este y por muchos siglos rumió su derrota, pensando en la venganza contra Númenor y reuniendo un Gran ejército para volver a dominar el Oeste de la Tierra Media. En parte consiguió su objetivo cuando logró, no por fuerza de las armas sino por astucia y malicia, la Destrucción de la Isla de Númenor. Con, primero la división de los Númenoreanos en Fieles y Hombres del Rey; y luego con el desgraciado episodio de la Gran Armada de Ar-Phârazon en el año 3319 S. E.
Tras esto, Sauron volvió a Barad-dûr y reunió sus fuerzas para atacar y tomar Minas Ithil en el año 3429 S. E., en donde destruyó el Árbol Blanco y obligó a Isildur a huir al Norte, por el Anduin, hasta Arnor en donde se encontraba su padre. Mientras tanto Anárion quedó resistiendo en Osgiliath y en Minas Anor. Ese fue el comienzo de esta Guerra que habría de durar 11 años.
En la Guerra de la Última Alianza se dieron cita en Mordor los imponentes ejércitos de los Elfos y los Hombres. Por el lado de los elfos la gran mayoría eran de la rama de los Noldor, pero había también Sindar y principalmente Elfos Silvanos de Lothlórien y del Bosque Negro; quienes fueron conducidos, por los príncipes Sindarin que habían viajado al Este luego del hundimiento de Beleriand. Fueron conducidos, por Elrond, señor de Rivendel, Gil-Galad con su lanza, Alto Rey de los elfos de Noldor, Círdan el carpintero de barcos, Oropher del Bosque Negro y Amdír de Lórien.
En cuanto a los hombres, en su mayoría eran descendientes del linaje de Númenor, es decir los Dúnedain que se habían salvado del desastre de la Isla y que habían constituido dos grandes reinos, poblados principalmente por númenóreanos que descendían de los hombres de Númenor que se habían asentado en Tierra Media como colonizadores (Númenor había colonizado gran parte de la Tierra Media, al principio como señores de gran sabiduría, pero más tarde como reyes despóticos y guerreros. Gran parte de los Fieles, por ejemplo, habían huido a la Tierra Media cuando se ordenó perseguirlos). Había dos reinos, uno en el Sur: Gondor y otro en el Norte: Arnor. El bando de los hombres lo encabezaban Elendil y sus hijos Isildur y Anárion, junto con guerreros gondorianos y arnorianos, en los que abundaba la sangre de Númenor. Además fueron acompañados por Hombres del Norte, principalmente de los Valles del Anduin, que se unieron a Elendil cuando Este cruzó Las Montañas Nubladas.
En esta Alianza participaron, también, los Enanos de Khazad-dûm al mando de Durin IV, quienes se enrolaron bajo la divisa de Gil-Galad. Pero también hubo Enanos de las casas más orientales que participaron en las huestes de Sauron, quizás atraídos por el poder del Anillo Único.
Por parte del bando de la oscuridad se encontraba el multitudinario ejército orco de Sauron. Los Hombres del Este, que habían caído bajo la sombra cuando Sauron habitó esas regiones, luego de su expulsión de Eriador. Los Sureños del Cercano Harad, que estaban organizados en un poderoso reino y comandados, por los Reyes Herumor y Fuinur. Parece probable que también los Númenóreanos Negros participaran con Sauron. Además, luego del Hundimiento de Númenor, los Hombres del Rey dominaban el poderoso Puerto de Umbar.
Mientras Anárion resistía en el sur y al parecer había logrado mantener a Sauron dentro de Mordor, Isildur pasó por el Sur de Gondor para convocar a los Reyes de la región ante la Piedra de Erech y conformar un ejército que los ayudara, de ser necesario en la lucha contra el Señor Oscuro. Luego volvió al Norte a unirse a su padre.
En el año 3430 S. E. se reunieron en concilio Gil-Galad y Elendil, junto a otros grandes señores elfos y decidieron conformar una alianza que los llevara hacia el Este a tratar de eliminar definitivamente el peligro de Sauron en la Tierra Media.
Luego del concilio los Hombres y los Elfos reunieron sus ejércitos. Gil-Galad marchó junto a Círdan desde Lindon y se encontraron con Elendil y Elrond en Amon Sûl que en ese entonces era una de las principales fortalezas de los Dúnedain. Ambos ejércitos se dirigieron a Rivendel. Allí se acantonaron por espacio de tres años, para pertrecharse mejor y a la espera de que los aliados del otro lado de las Montañas Nubladas se organizaran y armaran sus fuerzas.
En el año 3434 S. E. Las huestes de la Última Alianza cruzan las Hitaeglir por los pasos cercanos a Rivendel, principalmente por el Paso Alto. Ya en los Valles del Anduin se le unen las fuerzas de Durin provenientes de Azanulbizar, ambos ejércitos toman Men-I-Naugrim cruzando por el vado, el río Anduin y todo el Bosque Negro.
Oropher y Amdir, con fuerzas provenientes del Bosque Negro y de Lothlórien se unen, pero evitan juntarse con el ejército mayor, porque «no estaban dispuestos a someterse al mando supremo de Gil-Galad» y cruzan el río Grande, desconociéndose por donde, aunque es probable que haya sido a la altura de los codos.
En la guerra todas «las criaturas vivientes se dividieron ese día..., algunas de la misma especie, aún bestias y aves, estaban en uno y en otro bando; excepto los elfos. Sólo ellos no estaban divididos y seguían a Gil-Galad».
Con las fuerzas de la Alianza en Rhovanion y dirigiéndose hacia el sur (a Mordor), Sauron retrocede hasta Dagorlad, no sin arrasar todas las tierras entre el sur del Bosque Negro y el Anduin, especialmente las Tierras Pardas en donde vivían las ent-mujeres y muchos hombres del Norte.
Finalmente, ambos ejércitos chocan en el Llano de la Batalla. Los primeros en entrar en combate fueron los elfos silvanos. Pero como estos, si bien eran muy numerosos, estaban muy mal equipados, fueron rechazados y empujados hacia las Ciénagas de los Muertos. Allí cayó Amdir. Gil-Galad y Elendil, por su parte enfrentaron al grueso del ejército de Sauron, derrotándolo y empujándolo hacia Mordor. Muchos hombres de la sombra, orcos y trolls perecieron, tanto en el llano, como en las grandes ciénagas.
Fueron también los elfos silvanos de Oropher quienes primero arremetieron contra Mordor. El rey de los silvanos avanzó «a la cabeza de sus más bravos guerreros, antes de que Gil-Galad alcanzara a dar la señal de ataque». Allí cayó Oropher, pero su hijo, Thranduil, sobrevivió y tomó el mando de las fuerzas silvanas sobrevivientes. A continuación, el ejército mayor entró a Udûn encontrando el camino casi despejado, gracias a la valerosa acción de los Silvanos y terminó por empujar a Sauron hacia dentro de su fortaleza, estableciéndose el sitio de Barad-dûr, que habría de durar siete años. Sauron tenía una enorme fuerza de orcos y hombres orientales atrincherados en su fortaleza, mientras eran rodeados por tropas de Gondor, Arnor, Lindon y Rivendel, este asedio se considera la mayor batalla de la Segunda Edad.
El sitio abarcaba toda la planicie que rodea la fortaleza del Señor Oscuro, incluidas las laderas del Orodruin en donde Sauron había forjado el Anillo Único y donde había conexión con Barad-dûr a través de un puente de hierro; por el que podría huir. Los ejércitos se asentaron en todos los flancos e incluso se les unió Anárion con un gran ejército con refuerzos proveniente de Gondor.
Muchas veces atacaron, pero fueron rechazados, puesto que Barad-dûr era inexpugnable. Estaba construida con dura roca y protegida por el poder del Anillo, y era la mayor construcción que había en la Tierra Media desde Angband, a la que podía comparársela. Pero Sauron tampoco se habría de quedar quieto, pues muchas veces salió del sitio y atacó a las fuerzas de Elendil y Gil-Galad. Otras veces, desde la misma fortaleza, hostigó con todo tipo de proyectiles y sortilegios a los ejércitos enemigos, causando grandes pérdidas. En una de esas acciones muere Anárion, en el año 3440 S. E. en la planicie de Gorgoroth.
En uno de esos ataques Sauron mismo salió de la fortaleza y atacó a Gil-Galad en las laderas del Monte del Destino. Poco pudo hacer el elfo ante la gran embestida del propio Señor Oscuro y cayó muerto. Elendil, que estaba junto a él respondió el ataque y también fue muerto y «la espada se le quebró bajo el cuerpo. Pero Sauron también fue derribado, y con la empuñadura desprendida de Narsil, Isildur cortó el Anillo de la mano de Sauron, y lo tomó».
Cuando Sauron perdió el Anillo su cuerpo quedó sin forma y su espíritu maia huyó hacia el este refugiándose en su ignota fortaleza. Su ejército terminó derrotado y los supervivientes dispersados, probablemente volvieron a sus lugares de origen. Barad-dûr fue demolida, pero quedaron los cimientos, pues habían sido creados con el poder del Anillo y no caerían hasta su destrucción.
Los vencedores instalaron a la entrada de Udûn, dos poderosas torres para vigilar Mordor, las Torres de los Dientes. Así también construyeron al sudoeste y sobre las Montañas de la Sombra la torre de Cirith Ungol. La intención de los hombres del Oeste, y en especial de Gondor era evitar la vuelta de Sauron y la ocupación de ese territorio. La vigilancia fue constante y se mantuvo por más de 10 siglos.
Con el final de la guerra se inició la Tercera Edad del Sol, pero también la decadencia de los elfos y su marcha hacia Occidente, especialmente de los Noldor que habían quedado muy disminuidos en número por esta guerra. La Tercera Edad fue también la edad de los hombres.
El Anillo Único no fue destruido porque Isildur no lo arrojó al fuego en los Sammath Naur como había sido aconsejado por Círdan y Elrond; porque dijo que lo conservaría como prenda de la victoria y como «indemnización por la muerte de mi padre y por la de mi hermano»; llevándoselo como herencia de su casa. El dúnadan fue a Minas Anor, plantó un vástago del Árbol Blanco y marchó al norte. En el viaje fue muerto por los orcos en Los Campos Gladios y el Único se perdió en el Anduin.
Como el Anillo, que había contribuido a crear el poder de Sauron, no fue destruido, este, mil años después volvió y durante veinte siglos reconstruyó ese poder y amenazó, una vez más, la integridad de la Tierra Media. Pero eso es parte de otra historia:
Esta guerra es reflejada en la película El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo. Si bien la guerra no es parte del argumento principal, sino un flashback, se ve que después de una cruenta batalla, cuando la victoria se asomaba ya por el horizonte, el Señor Oscuro, con una gigantesca armadura negra, apareció en el campo de batalla. Elendil intentó enfrentarse a él, pero fue aplastado por un mazazo de Sauron, y su espada rota por su mismo pie.
Después de esto, su hijo Isildur, con los restos de Narsil, la espada de su padre, le cortó a Sauron el dedo en el que este llevaba el Anillo Único, con lo que el Señor Oscuro fue parcialmente destruido, ya que a Isildur le pudo la tentación y se lo quedó para él, como prueba de la victoria final. Gil-Galad aparece muy de pasada, apenas un segundo, y se da a entender que es Elrond quien comanda la hueste de Rivendel. Tampoco hay mención alguna a los enanos (en ninguno de los dos bandos), ni a los haradrim ni a los numenóreanos negros.
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