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Abdicación de Juan Carlos I



La abdicación de Juan Carlos I de España fue anunciada el lunes 2 de junio de 2014 y se hizo efectiva el día 19, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la Ley Orgánica 3/2014, conforme a lo dispuesto en la Constitución española de 1978.[1][2]

Se trataba de la séptima[nota 1]​ abdicación de un rey de España.[3][4]​ La ley aprobada por las Cortes fue sancionada por el propio rey Juan Carlos I y refrendada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El acto de firma se celebró el 18 de junio a las 18:00 horas en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, y se hizo efectiva con su publicación, a las 0:00 horas. A partir de ese momento, el hasta entonces príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, pasaba a ostentar la jefatura del Estado con el nombre de Felipe VI.[5]

En cualquier caso, Juan Carlos I conservaría a título vitalicio la dignidad de Rey emérito y asumiría las funciones protocolarias que le encomendara el nuevo rey.[6][7]

Figura fundamental de la Transición española, el rey Juan Carlos I renunció a los poderes que había recibido del extinto líder Francisco Franco para impulsar el proceso que llevó de la dictadura a la democracia y que culminó con la aprobación de la Constitución de 1978.

Juan Carlos I fue proclamado rey en 1975 tras la muerte del dictador Franco. Siempre había considerado que «los reyes no abdican, se mueren en la cama», caso por el cual ya se daba por hecho que nunca abdicaría, y por el que este acontecimiento haya tomado por sorpresas a algunas personas afines a su entorno.[8]

Juan Carlos I renunció a los poderes heredados de la dictadura franquista y pasó a ser un monarca parlamentario con poderes simbólicos después de la aprobación de la Constitución española de 1978. En los primeros años, logró impedir un golpe de Estado. A raíz de su acción en el golpe, se hizo popular la frase «Yo no soy monárquico: soy juancarlista».[9]

A partir de 2011, la imagen pública del rey —aunque mejor que el resto de las instituciones políticas—[10]​ experimentó un deterioro significativo, debido, entre otros motivos, a la implicación en el caso de corrupción Nóos, que afectó a su yerno Iñaki Urdangarín y a su hija Cristina de Borbón, y por una cacería en Botsuana por la que salieron a la luz sus relaciones con miembros de la oligarquía saudí y conCorinna zu Sayn-Wittgenstein.[11][12]

Su abdicación viene precedida por otras como: la renuncia del papa Benedicto XVI, la de la reina Beatriz de los Países Bajos, del emir Hamad bin Jalifa Al Thani de Catar y el rey Alberto II de Bélgica, hasta mediados de 2013.

El 2 de junio, sobre las 9:30 horas de la mañana, la presidencia del Gobierno convocó a todos los periodistas que cubren la información gubernamental. El aviso urgente emplazaba a una declaración institucional del presidente del Gobierno de España Mariano Rajoy, sobre las 10:30 horas, en el Palacio de la Moncloa. Debido a lo sorpresivo del anuncio, las primeras especulaciones apuntaron a una crisis gubernamental como consecuencia de los resultados de las elecciones europeas; sin embargo, esta posibilidad fue pronto descartada.[13]​ A las 10 de la mañana, el periodista José Antonio Zarzalejos publica en el diario digital El Confidencial un artículo titulado «El rey abdica para salvar a la Monarquía de la crisis institucional».[14]​ Minutos antes de la hora señalada, varios medios de comunicación apuntan a que la declaración va a tratar sobre la abdicación del monarca.[15]

A las 10:30 horas, Rajoy comenzó la declaración institucional:[16]

El documento en el que el Rey formalizaba la abdicación de la Corona, hecho público por la Casa Real unos minutos tras la declaración institucional, decía así:[17]

Anunciada por el presidente del Gobierno en su declaración institucional, fue convocada al mediodía del 2 de junio y retrasada a las 13:05 horas.

En su alocución, grabada en el Palacio de La Zarzuela sobre las 10:45 de la mañana, y transmitida en directo a través de Radio Nacional y Televisión Española (señal que pincharon en directo numerosas cadenas nacionales e internacionales), Juan Carlos I recordó su llegada al trono en 1975 e hizo repaso de su labor como jefe de Estado durante 39 años. Anunció que había tomado la determinación de abdicar la Corona en el mes de enero de 2014 tras su 76.º cumpleaños y que una vez se había recuperado físicamente había decidido ponerlo en conocimiento del presidente del Gobierno para que se pusieran en marcha los mecanismos de sucesión según lo previsto por la Constitución española.

Haciendo referencia a la situación económica de España y a las transformaciones y renovaciones demandadas por la sociedad, reconoció que éstas debían ser llevadas a cabo por las nuevas generaciones y que su hijo, Felipe de Borbón, contaba ya con la preparación y madurez necesarias para hacerse cargo de la jefatura del Estado. Juan Carlos concluyó agradeciendo el apoyo y lealtad al pueblo de España, a todos los representantes de las instituciones del Estado y a la reina.[18][19]

En su declaración, Rajoy anunció un Consejo de Ministros extraordinario para el 3 de junio. En el Consejo de Ministros se aprobó la remisión a las Cortes Generales del proyecto de ley orgánica por la que se hace efectiva la abdicación del rey Juan Carlos I, tal y como se especifica en el artículo 57.5 de la Constitución española:

El proyecto de ley orgánica constó de un artículo único y de una disposición final única, que se reproducen a continuación:[20][21]

1. S. M. el rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España.

2. La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente Ley Orgánica.

Disposición final única. Entrada en vigor.

Además, el Consejo de Ministros aprobó un Acuerdo por el que se solicitaba el procedimiento de urgencia para su tramitación parlamentaria.[22]

El miércoles 11 de junio, el Pleno del Congreso de los Diputados aprobó por amplia mayoría el proyecto de ley orgánica por la que se hace efectiva la abdicación del rey Don Juan Carlos I de Borbón.[23]​ De los 350 escaños que posee la cámara baja votaron a favor 299 diputados, se abstuvieron 23 y votaron negativamente 19. La sesión del plenario de la cámara baja se inició con el acuerdo de tramitación directa y de lectura única del proyecto de ley presentado por el Gobierno. El proyecto de ley fue expuesto por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el debate continuó con la intervención de los representantes de los distintos Grupos Parlamentarios.

Al término del debate se votaron inicialmente las enmiendas al proyecto de norma presentadas por el grupo de Izquierda Unida-Los Verdes: La Izquierda Plural y parte del grupo mixto, enmiendas que contenían desde una referéndum para poder elegir entre un sistema republicano o monárquico en la Jefatura de Estado, hasta otras, presentadas por el Bloque Nacionalista Galego y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ambos integrados en el grupo mixto, que sumaban a la solicitud anterior el derecho de autodeterminación de los diferentes territorios del Estado. Las enmiendas fueron rechazadas. A continuación, tuvo lugar la votación del proyecto de ley orgánica que se desarrolló a través de votación pública por llamamiento, con lo que los diputados y diputadas tuvieron que declarar su posición respecto al texto a viva voz. Durante el desarrollo de la votación algunos diputados de La Izquierda Plural expresaron su respaldo a la República, y otros como los ERC más concretamente mostraron su apoyo a una República catalana independiente. También destacaron tres diputados del Grupo Socialista que rompieron la disciplina de voto: uno con una abstención, mientras que los otros dos no participaron en la votación.[24][25][26]

El texto, una vez aprobado, se remitió directamente al Senado.

La Ley Orgánica que regulaba la abdicación del Rey Juan Carlos recibió el visto bueno del Senado, el martes 17 de junio. El debate, en el que intervinieron los senadores representantes de los distintos Grupos Parlamentarios, se inició con las propuestas de veto de la norma presentadas por Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya y Iniciativa per Catalunya-Verds. A continuación se procedió al debate del conjunto del texto por los portavoces de los distintos Grupos.

La sesión parlamentaria finalizó con la votación de las propuestas de veto, que fueron rechazadas, y la aprobación del proyecto de Ley Orgánica con 233 votos a favor, 5 en contra y 20 abstenciones de los 266 posibles.

Con la finalización de este trámite se tuvo por aprobada la ley orgánica por las Cortes Generales.[2]

En un acto solemne al Palacio Real de Madrid, tuvo lugar la sanción y promulgación de la Ley Orgánica 3/2014, de 18 de junio, por la que se hace efectiva la abdicación del rey Juan Carlos I.[27]​ La ceremonia, aunque corta de duración, fue presenciada por un número notable de invitados entre los cuales había los presidentes de las altas instituciones del Estado, los miembros del Gobierno, los expresidentes del mismo y algunos políticos históricos. También asistieron algunos miembros de la Familia Real, como es el caso de los reyes Juan Carlos y Sofía, de los Príncipes de Asturias y las Infantas Leonor, Sofía y Elena. Acudieron asimismo las hermanas del Rey, las Infantas Pilar y Margarita, el Infante Carlos y su esposa la princesa Ana de Francia, los Reyes de Grecia Constantino y Ana María y el nieto mayor de los Reyes de España, Felipe.

El acto se inició con la lectura del texto de la Ley Orgánica por parte de Jaime Pérez Renovales, subsecretario del Ministerio de la Presidencia. A continuación Juan Carlos I, firmó el contenido de la norma, atribución que tiene asignada por el artículo 91 de la Constitución española (CE). Seguidamente, fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el que estampó su rúbrica en el texto dado que por mandato constitucional (art. 56.3 CE) los actos del rey carecen de validez si no reciben el refrendo del jefe del Gobierno según lo establecido en el artículo 64 de la Constitución. Con este acto, se dio por promulgada la Ley y ordenada su publicación.

Como anécdota destacable, cabe mencionar que, al finalizar la firma del documento, el rey Juan Carlos se dirigió a su hijo, a quien cedió su asiento a modo de simbolizar la sucesión.

La ley fue publicada en el Boletín Oficial del Estado el jueves, 19 de junio de 2014, momento en que entró en vigor su contenido y por consiguiente se hizo efectiva la abdicación de Juan Carlos I de la Corona española.[28]

La sucesión en el trono siguió el orden de primogenitura y representación y llamó al príncipe de Asturias a suceder a su padre, de acuerdo con el artículo 57.1 de la Constitución española, al ser la persona que en el mismo grado de sucesión era el más próximo al rey, y en el mismo grado, era el único varón.

Al abdicar el rey, hereda la jefatura de Estado el primógenito varón, siendo en este caso el entonces príncipe de Asturias Felipe. La proclamación del nuevo monarca bajo el nombre de Felipe VI tuvo lugar el 19 de junio de 2014.[29]

Una vez investido rey, su primogénita, Leonor de Borbón, le sucedió como princesa de Asturias y se convirtió en la heredera directa más joven de Europa al ocupar el primer puesto en la línea de sucesión al trono.[30]

Juan Carlos I no asistió a la proclamación de su hijo, buscando el ceder más protagonismo a su sucesor.[31]

Entre el 3 y el 8 de junio, Juan Carlos I concluyó su antepenúltima semana en el trono español. El miércoles 4 de junio, Juan Carlos recibió un homenaje de varios empresarios en un acto en el Palacio de El Pardo.[32]​ El mismo día presidió la tradicional Corrida de Beneficencia desde el Palco Real de Las Ventas.[33]​ Fue la última vez en que el rey ejerció esta presidencia, una vez anunciada su abdicación de la corona. El viernes 6 de junio, el expresidente de Gobierno español José María Aznar le despidió desde el Wall Street Journal[34]​ El domingo 8, se despidió de las Fuerzas Armadas como comandante en jefe,[35]​ con presencia de su Guardia Real, el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire, la Armada y la Guardia Civil.

Al día siguiente, recibió al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, a quien concedió el Collar de la Orden de Isabel la Católica.[36]​ El jueves 12, Juan Carlos recibió de Adolfo Suárez Illana el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro, concedido a su padre, el expresidente Suárez, a título póstumo.[37]​ El mismo día celebró su última audiencia con el presidente de la patronal catalana, Joaquin Gay de Montellá Ferrer-Vidal.[38]

La ley que autorizó la abdicación fue aprobada por las dos Cámaras parlamentarias y en presencia de las principales autoridades del Estado.

Finalmente, Juan Carlos I puso fin a su reinado con la sanción de la ley de abdicación.[39]​ Fue la última norma que rubricó y justamente la que puso fin a su reinado la tarde del 18 de junio. Desde la medianoche del 19 de junio, su hijo Felipe VI permanece como el nuevo monarca.

"Él es el jefe de Estado de un país amigo, que jugó un rol relevante en la democracia de un país hermano", manifestó el ministro portavoz del Gobierno chileno, Álvaro Elizalde.

"Respetamos esta decisión, somos todos países soberanos, y destacamos el rol que (el rey de España) tuvo en la transición a la democracia", precisó el ministro Elizalde en declaraciones a los periodistas.

La noticia fue de gran repercusión en los medios internacionales. Ese mismo día, fue portada de numerosos periódicos digitales.[92]

La agencia británica BBC News realizó un amplio resumen del rey, la corona y su hijo.[93]​ El diario argentino Clarín anunció la abdicación del rey[94]​ y, además, se centró en supuestas amantes,[95]​ así como el silencio de la reina Sofía.[96]​ El portugués Expresso se centró en la renovación de la Monarquía y en el paso a una nueva generación, así como que la decisión fue tomada cinco meses atrás.[97][98]Le Monde, de Francia, se centró en que la decisión viene motivada por la necesidad de renovación que precisa el país.[99]​ La agencia rusa de noticias RT en español informó de la propia abdicación y de la exigencia de un referéndum por parte de «la izquierda española».[100]​ El americano The New York Times se centró en la historia de la democracia y de sus pasajes como el golpe de Estado del 23-F.[101]​ Por último, El Universal, de México, dedicó más espacio al paso a una nueva generación dentro de la Monarquía, y a las diferentes reacciones entre los distintos partidos políticos.[102]

Entre las numerosas declaraciones, cabe destacar la de María Vladímirovna Románova, autoproclamada heredera dinástica de la dinastía Romanov y de la Casa Imperial Rusa; según su portavoz, Alexandr Zakátov, «la Gran Duquesa siente un gran respeto por el rey Juan Carlos y todo lo que hizo por su país, y por su decisión».[84]

El mismo día de la abdicación del rey Juan Carlos, partidos políticos republicanos, encuadrados en la izquierda política, como Podemos, Izquierda Unida y Equo pidieron públicamente la convocatoria de un referéndum vinculante para que los españoles decidieran si querían proseguir con una forma de gobierno monárquica o querían que se instaurase una república. Algunos sectores del PSOE, como Izquierda Socialista, se pronunciaron en el mismo sentido.[103]

También ese día, esos mismos partidos políticos, así como movimientos sociales contrarios a la monarquía, convocaron concentraciones a las ocho de la tarde[104]​ para reivindicar un referéndum vinculante o un proceso constituyente.[105]​ Las manifestaciones del día 2 se celebraron en decenas de ciudades españolas «sin incidentes» y en un «ambiente festivo» según El Mundo.[106]​ Los asistentes portaban la bandera tricolor y coreaban consignas como «España, mañana, será republicana», y «Felipe, querido, nadie te ha elegido», «los borbones, a las elecciones» (o también: «los borbones, a los tiburones»), exigiendo una «transición real sin rey». En Cataluña, cuyas manifestaciones fueron principalmente convocadas por Esquerra Republicana de Catalunya e ICV, ambos favorables al derecho de autodeterminación de Cataluña, se mostraron banderas catalanas independentistas y pancartas a favor de la secesión de Cataluña.[107][108][109]

La manifestación republicana en Madrid, que tuvo lugar en la Puerta del Sol, fue probablemente la más numerosa, llegando a reunir a cerca de 10 000 personas (según cifras de la policía) y unas 20 000 según algunos medios de prensa.[110]​ También se produjeron manifestaciones en Cataluña, convocadas principalmente por ERC, como en Barcelona, donde se congreron unos 5000 asistentes en la Plaza de Cataluña. Esquerra Republicana de Catalunya llamó a todos los catalanes partidarios de una República catalana independiente a salir a las plazas de sus respectivos ayuntamientos, para apoyar la secesión de Cataluña.[109][111]Valencia[112]​ y Alicante[113]​ también fueron escenario de concentraciones muy concurridas. En Galicia hubo concentraciones en varias ciudades, convocadas, entre otros mencionados, por el Bloque Nacionalista Galego y Nós-Unidade Popular, ambos a favor de la independencia de Galicia; la mayor de ellas fue en Vigo. En las manifestaciones gallegas se observaron banderas independentistas gallegas y proclamas a favor de una República gallega independiente.[114][110][115]​ También se llevó a cabo una concentración con una asistencia cercana a las 2000 personas en Zaragoza. En Andalucía, las manifestaciones principales fueron en Sevilla (Plaza Nueva) y en Granada. En esta última ciudad se contabilizaron, según la policía local, unos 2000 asistentes en la Plaza de Mariana Pineda, aunque otras fuentes mediáticas varían esta cifra subiéndola a 3000 u 8000, y se entremezclaron banderas republicanas con banderas independentistas andaluzas. En esta ciudad se sustituyó la bandera constitucional de la plaza por una bandera republicana.[116][117][118]

En total se promovieron más de sesenta concentraciones en todo el territorio nacional y en ciertas capitales extranjeras, como París y Bruselas.

El sábado 7 de junio, se realizaron nuevamente manifestaciones en más de 40 ciudades españolas, reiterando la demanda de un referéndum para que los ciudadanos decidan entre Monarquía y República. La participación en estas convocatorias fue bastante menor que la que precedió el día 2.[119]​ Así mismo, al igual que sucedió en la anterior manifestación, en diferentes partes del Estado, se escucharon proclamas a favor de la independencia de sus respectivos territorios.[120][121][122]

Ambas manifestaciones quedaron lejos, en cuanto a participación, de otras convocatorias a favor de la república desde la restauración de la monarquía.[123]

Partidarios de la Monarquía como modelo de Estado hicieron un llamamiento a manifestarse el día 6 de junio en diversos puntos de la geografía española, como Madrid o Sevilla, a las 8 de la tarde.[124][125]​ La citación fue hecha en respuesta a otras manifestaciones republicanas programadas. Además, particularmente, en Sevilla confluyeron a las vez dos grupos de manifestantes: republicanos y promonárquicos, reuniéndose en la capital hispalense unas 200 personas a favor de la actual forma de Estado; siendo este número menor que el que reunió su contraparte disconforme.[126][127]

Una hora después del anuncio, la abdicación ocupaba los diez primeros trending topic de España en Twitter.[128]​Asimismo, el 3 de junio los hashtag #ElReyAbdica, #VivaElRey, #FelipeVI, #ReyFelipeVI, #JuanCarlos, #ElRey, #Borbones o #IIIRepública continuaban ocupando los primeros puestos entre los más usados por la comunidad tuitera.[129]

Varios dibujantes de la revista satírica El Jueves dimitieron tras acusar de autocensura a la empresa Grupo RBA, dueña de la revista. La empresa editora de la revista, según los dibujantes, se negó tanto a ilustrar la portada con dibujos de la Casa Real como a mentar temas relacionados con la monarquía y acusaron a la empresa de destruir 60 000 ejemplares ya impresos con una portada que hacía referencia a la abdicación para sustituirlos por otros con portada de diferente temática. Fuentes oficiales de la revista negaron esa acusación, manifestando literalmente que la portada publicada «era la prevista y el lunes se intentó cambiar» y que «no fue posible por tiempo, porque no se podía esperar más y había que imprimir», afirmando que «no estamos secuestrados y el tema de la abdicación se trata en páginas interiores», precisando que incluso se había retrasado la publicación de la revista «por haber añadido nuevas páginas sobre la abdicación».[130][131][132][133]​ Dichos dibujantes publicaron el 18 de junio, el día anterior a la coronación de Felipe VI, un cómic digital especial para la ocasión llamado Orgullo y satisfacción.[134]

Entretanto, una encuesta realizada por la empresa de sondeos de opinión Metroscopia para el diario El País ha revelado que, si bien el príncipe Felipe de Borbón goza de mayor aprobación que el rey Juan Carlos, obteniendo una nota de 7,3 sobre 10, la mayoría de los españoles (62 %) desea que en algún momento haya una consulta para decidir sobre la forma de Estado. La misma encuesta refleja que la mayoría de los entrevistados, casi un 50 %, estarían a favor de la continuidad de la monarquía encarnada en Felipe VI, frente a un 36 % que estarían en contra.[135]

Otra encuesta realizada por la La Sexta reveló que el 53,1 % de los españoles es favorable a la continuidad de la monarquía frente a un 36 % que se decanta por la república; asimismo el 63,1 % esta a favor de que el príncipe Felipe herede la corona frente al 32 % que está en contra.[136]​ Una encuesta realizada por el diario El Mundo, muestra que la abdicación ha mejorado la imagen de la Corona, pasando de un apoyo del 49,9 % a un 55,7 % a favor de la continuidad de la institución monárquica. Así mismo la encuesta muestra un aumento y apoyo entre los diferentes votantes de los distintos partidos políticos hacia la Corona: aumentando del 77,7 % al 80,3 % entre los votantes del PP, del 45,2 % al 52,7 % entre los votantes del PSOE y del 14,1 % al 22,6 % entre los votantes de IU.[137]

Una encuesta realizada por TNS Demoscopia para Antena 3 revela que dos de cada tres ciudadanos creen que la abdicación se ha realizado en un momento oportuno, y el 60 % apoya la proclamación del príncipe Felipe como nuevo rey.[138]

Los españoles, como las personas más cercanas al rey Juan Carlos, consideraron mayoritariamente que su decisión de abdicar la Corona era ya conveniente. Un 76 % y, además, elevando su grado de apoyo a la Monarquía (56 %) reconoció como su forma de Estado para España. De hecho, si hubiera hoy un referéndum esta opción ganaría por 20 puntos a la republicana.[139]

Según el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, un real decreto regulará el estatus de Juan Carlos I cuando abdique formalmente.[140][141]

Con la pérdida de la Corona y de la Jefatura del Estado, de acuerdo al ordenamiento jurídico actual, Juan Carlos I perdería la inviolabilidad inherente a su cargo a partir del instante mismo de su abdicación, y podría ser juzgado por cualquier delito, como el resto de ciudadanos españoles.[142]​ Grupos de izquierdas y de ultraderecha, así como particulares, anunciaron poco después de saberse la intención de abdicar su intención de plantear demandas judiciales contra Juan Carlos I.[143]

Diversos juristas han señalado que la inviolabilidad se perderá de cara al futuro, no con respecto a sus 39 años de reinado, puesto que la constitución garantiza a todos los españoles la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables de derechos individuales.[144][145]

El gobierno tiene la intención de que Juan Carlos adquiera la condición de aforado con la promulgación de la Ley Orgánica del Poder Judicial, actualmente en tramitación, y que preveía en sus primeros borradores solo el aforamiento de la reina y de los príncipes de Asturias, pero no el de los padres del rey. También se fijará mediante real decreto el estatus de tratamiento que recibirá Juan Carlos, así como el correspondiente recibimiento protocolario.[146]​ Algunos medios señalaron que la urgencia por conseguir el aforamiento se debía a dos demandas de paternidad que en el pasado se vieron truncadas judicialmente por su estatus de inviolabilidad pero que podían reactivarse tras su abdicación en tribunales ordinarios.[147][148]

Juan Carlos y Sofía tendrán el título de rey y reina con carácter honorífico, gracias a un real decreto que aprobó el Gobierno para modificar el que regula el régimen de títulos, tratamientos y honores de la familia real y de los regentes. En palabras de la vicepresidenta y portavoz de Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, este real decreto se ha realizado «siguiendo precedentes históricos y los ejemplos de otras monarquías».[149][150]

El duque de Parma, Carlos Javier de Borbón-Parma, ha reclamado el trono de España como hizo su abuelo Javier de Borbón-Parma en el pasado. Javier fue expulsado por Francisco Franco.[151]



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