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Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria



La Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (anteriormente "Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de Buenos Aires" fue fundada por el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires el 16 de octubre de 1909, que el 2 de mayo de 1910 nombró sus primeros 18 miembros. La Facultad de Agronomía y Veterinaria se había incorporado a la Universidad de Buenos Aires por decreto del 10 de mayo de 1909 y conforme al artículo 66 de los estatutos entonces vigentes, debía existir en su ámbito una corporación de veinticinco miembros denominada Academia con funciones consultivas, de modo que la Universidad estaba cumpliendo con la obligación establecida en dicha norma.

El Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, que había sido creado en 1904 dentro del ámbito de la Universidad de Buenos Aires tenía también, al igual que las Facultades de esa casa de estudios, el carácter de Academia ya que el artículo 17 del estatuto autorizaba al Consejo para nombrar miembros honorarios y corresponsales a las personas nacionales y extranjeras, que se hubieran distinguido por sus trabajos científicos y el 18, en su inciso 16 lo facultaba para celebrar sesiones científicas.[1]

Por decreto del 10 de mayo de 1909 ese Instituto se transformó en la Facultad de Agronomía y Veterinaria y conforme al artículo 66 de los estatutos entonces vigentes, debía existir en su ámbito una corporación de veinticinco miembros denominada Academia. En cumplimiento de esa obligación, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires la creó el 16 de octubre de 1909 y el 2 de mayo de 1910 nombró sus primeros 18 miembros. La Academia era una especie de organismo consultivo, dependiente de la Facultad, por lo cual se la ha calificado como “Academia Dependiente” y en esa etapa tuvo escasa actividad.[2]

Una de las consecuencias del movimiento denominado Reforma Universitaria, de 1918, fue la modificación del Estatuto de la Universidad por decreto del Poder Ejecutivo de octubre de 1923 que, entre otros aspectos, suprimía la mención de las Academias en el seno de las Facultades; consecuentemente por decreto del presidente Marcelo T. de Alvear del 13 de febrero de 1925 se dispuso la creación de las academias como instituciones autónomas, que pueden adquirir personería jurídica, y que continuarán sus actividades anteriores. Como la norma aumentó a 35 el número de miembros a 35, el Poder Ejecutivo nombró a seis nuevos académicos para que sumados a los 12 que quedaban en ese momento hubiera el quorum mínimo para sesionar.

La Academia fijó entonces su sede en la Sociedad Científica Argentina.

Los 15 académicos designados el 2 de mayo, fueron: Pedro Narciso Arata, Julio Argentino Roca, Alfredo Demarchi, Ramón José Cárcano, Emilio Frers, Abel Bengolea, Pedro Lagleyze, Pedro Benedit, Ricardo Schatz, Francisco P. Lavalle, José Lignierès, Virginio Bozzi, Moldo Montanari, Cayetano Martinoli y Joaquín Zabala. En su primera reunión realizada el 6 de junio de 1910 la Academia eligió para integrar su mesa directiva a Abel Bengolea como presidente, Pedro Benedit como vicepresidente, Francisco P. Lavalle como secretario y Pedro N. Arata como tesorero y nombró 8 nuevos académicos, José M. Agote, Ramón Bidart, Ángel Gallardo, Manuel Güiraldes, José M. Huergo, Pedro J. Isouribehere, Pascual Palma y Leonardo Pereyra Iraola.

Los 6 nombrados en 1925 por el Poder Ejecutivo fueron Tomás Amadeo, Belarmino Barbará, Daniel Inchuasti, Francisco Pedro Marotta, Pedro T. Pagés y José María Quevedo.

Durante 1925 y 1926 se designaron como nuevos académicos a Alejandro Botto, Emilio A. Coni, Franco E. Devoto, Carlos D. Girola, Leopoldo Giusti, Fernando Lahille, Arturo Lanusse, Pablo Lavenir, Tomás Le Breton, Juan Murtagh, Lorenzo R. Parodi, Ezequiel Ramos Mexía, Francisco Rosenbusch, Federico Sívori y Damián M. Torino. En 1932 se nombró a Luis van de Pas y Federico Reichert.

La Academia publica sus artículos en forma de Anales desde 1935 y su colección llamada Serie desde 1961. Su sede central se encuentra en Buenos Aires, en el segundo piso de la Casa de las Academias Nacionales (Avenida Alvear 1711), fuera de la sede central posee cinco Comisiones Académicas Regionales: del Noroeste, Cuyo, Noreste, Sur y Centro del país, con programas académicos independientes, dentro del reglamento especial que las rige. El número de académicos correspondientes designados en cada sede coincide con la distribución geográfica de la población del país y su actividad cultural y científica.

En el ambiente de la agronomía y veterinaria formar parte de la Academia significa "la máxima aspiración de una carrera profesional" (p.ej. en Oliver 1994[3]​)

Sobre el primer tomo de los Anales de la Academia, formula: "El presente volumen forma el tomo primero de sus Anales, donde se ha recopilado la labor de los años 1932-1934, correspondientes a la presidencia del subscripto. Crea así la Academia su órgano de expresión escrita. Sería redundante puntualizar la trascendencia de los temas desarrollados como el dominio de la materia y el prestigio de sus autores. Las recepciones de ilustres hombres de ciencias extranjeros quedan también registradas en sus páginas. Puede por todo ello decirse que la Academia de Agronomía y Veterinaria ha llenado cumplidamente su misión por la empeñosa colaboración de todos".

Agrega el Dr. Norberto Ras en la página web (2014[4]​): "El organismo funciona con plena actividad, como todas las Academias Nacionales, desde el Decteto-ley N° 4.362, de 1955, que las reconstituyó, después de un período en que estuvieron inactivas. Desde 1980, tiene su sede en el segundo piso del Edificio de las Academias Nacionales, en la Avenida Alvear 1711, de la ciudad de Buenos Aires."

Véase también, Historia de la Academia:



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