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Accesibilidad web



La accesibilidad web es la práctica inclusiva de garantizar que los sitios web, las herramientas y las tecnologías estén diseñados y desarrollados para que las personas con discapacidad puedan usarlas. Más específicamente, que todos aquellos usuarios puedan percibir, comprender, navegar, interactuar y contribuir con la web.[1]

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge en sus informes un total de mil millones de personas con discapacidad. El acceso de estas personas a la tecnología debe tenerse en cuenta en la construcción de una sociedad igualitaria. La misma Organización Mundial de la Salud, a través de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) del año 2001, define la discapacidad como «término genérico que incluye déficit, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación. Indica los aspectos negativos de la interacción entre un individuo (con una condición de salud) y sus factores contextuales (factores ambientales y personales)». (Egea, 2006).

La accesibilidad web abarca todas las discapacidades que afectan el acceso a la web, incluyendo las: auditivas, cognitivas, neurológicas, físicas, visuales y los trastornos en el habla.[1]​ En este sentido, cuando los sitios web están diseñados pensando en la accesibilidad, todos los usuarios pueden acceder en condiciones de igualdad a sus contenidos. Por ejemplo, cuando un sitio tiene un código XHTML semánticamente correcto, se proporciona un texto equivalente alternativo a las imágenes y a los enlaces se les da un nombre significativo, lo que permite a los usuarios ciegos utilizar lectores de pantalla o líneas Braille para acceder a los contenidos. Cuando los vídeos disponen de subtítulos, los usuarios con dificultades auditivas podrán entenderlos plenamente. Si los contenidos están escritos en un lenguaje sencillo e ilustrados con diagramas y animaciones, los usuarios con dislexia o problemas de aprendizaje están en mejores condiciones de entenderlos.

Si el tamaño del texto es lo suficientemente grande, los usuarios con problemas visuales puedan leerlo sin dificultad. De igual modo, el tamaño de los botones o las áreas activas adecuado puede facilitar su uso a los usuarios que no pueden controlar el ratón con precisión. Si se evitan las acciones que dependan de un dispositivo concreto (pulsar una tecla, hacer clic con el ratón) el usuario podrá escoger el dispositivo que más le convenga.

Lo mencionado en los párrafos anteriores se puede resumir en Pautas de Accesibilidad, las cuales explican cómo hacer accesibles los contenidos de la web a personas con discapacidad. Las mismas están pensadas para todos los diseñadores de contenidos de la web y para los diseñadores de herramientas de creación. El fin principal de estas pautas en promover la accesibilidad. Estas pautas son una especificación del World Wide Web Consortium (W3C) que proporciona una guía sobre la accesibilidad de los sitios de la web para las personas con discapacidad. Han sido desarrolladas por la Iniciativa de Accesibilidad en la Web (WAI) del W3C.

Las limitaciones en la accesibilidad de los sitios Web pueden ser:[2]

A las personas con discapacidad podemos añadir el conjunto de personas de la "tercera edad", ya que las carencias y problemas de los medios físicos, así como muchas veces el contenido, hacen que estas personas se encuentren también en riesgo de infoexclusión.

Las principales dificultades con las que se encuentra la persona con discapacidad suelen ser de:

Un sitio web accesible es:

Las ayudas técnicas, también llamadas tecnologías de apoyo,[3]​ son los dispositivos empleados por las personas con discapacidad para prevenir, compensar, mitigar o neutralizar la discapacidad que poseen.

Las siguientes son algunas de las tecnologías de apoyo que usan los usuarios discapacitados para navegar de la web:

El máximo organismo dentro de la jerarquía de Internet que se encarga de promover la accesibilidad es el World Wide Web Consortium (W3C), en especial su grupo de trabajo Web Accessibility Initiative (WAI). En 1999 el WAI publicó la versión 1.0 de sus pautas de accesibilidad web. Con el paso del tiempo se han convertido en un referente internacionalmente aceptado. En diciembre de 2008, las WCAG 2.0 fueron aprobadas como recomendación oficial.

Las personas con diferentes tipos de discapacidad pueden experimentar dificultades para utilizar la web debido a la combinación de barreras en la información de las páginas web, con las barreras de las "aplicaciones de usuario" (navegadores, dispositivos multimedia o ayudas técnicas). Estas pautas tienen relación específicamente con la reducción de barreras en las páginas web (Egea, 2006).

Estas pautas se dividen en tres bloques:

Ley 26.653 de Accesibilidad de la Información en la Páginas Web. Aprobada por el Congreso Nacional el 3 de noviembre de 2010.[4]​ La misma, en su Art. 1, especifica que tanto el Estado Nacional como sus organismos descentralizados o aquellas empresas que se relacionen de alguna manera con los servicios o bienes públicos, deberán respetar las normas y los requisitos sobre accesibilidad en el diseño de sus páginas web. El objetivo es facilitar el acceso a los contenidos a todas las personas con discapacidad, para garantizar una igualdad de oportunidades en relación al acceso a la información y evitando la discriminación.

Asimismo, mediante el Decreto 656/2019,[5]​ se aprueba la reglamentación de la antemencionada Ley N.º 26.653 y se informa que la autoridad de aplicación de la misma será la ONTI (Oficina Nacional de Tecnologías de Información). Este organismo se ubica como el encargado de asistir y/o asesorar a las personas físicas y jurídicas alcanzadas por esta Ley; además de difundir, aprobar/actualizar y también controlar la observancia de las normas y requisitos de accesibilidad de las páginas web; entre otras funciones.

Desde el año 2002, en España[6]​ se han desarrollado varias leyes que definen los niveles de accesibilidad y fechas de cumplimiento:[7]

Llamada “Aplicaciones informáticas para personas con discapacidad. Requisitos de accesibilidad para contenidos en la web”, proporciona soluciones accesibles para los desarrolladores web, creando un listado de recursos que permiten definir las características que han de cumplirse en materia de los contenidos web en Internet, Intranets y en cualquier otro tipo de redes informáticas, para que éstos puedan ser utilizados por el mayor número de personas, incluyendo las personas con discapacidad y las personas de edad avanzada.

En 2012, se actualizó para adoptar las WCAG 2.0 como base.

Llamada "Especificaciones para el esquema de la evaluación de la conformidad y marca de calidad sobre accesibilidad web".

Los principales beneficios[8]​ que ofrece la accesibilidad web.

TAW (test de accesibilidad web) es una herramienta, desarrollada por Fundación CTIC, que permite comprobar de forma automática ciertos aspectos de la accesibilidad web. Sus destinatarios son los profesionales del diseño y desarrollo web.

La herramienta TAW dispone de dos modalidades de ejecución, bien como analizador en línea (desde su portal web), o como aplicación instalable de forma local.

El analizador TAW en línea funciona introduciendo una URL del sitio web que se pretende analizar, generando un informe HTML con información sobre el resultado del análisis. El analizador en línea está disponible para las siguientes normativas:

Las diferentes normativas agrupan una serie de comprobaciones (llamadas puntos de verificación o criterios de éxito) en tres niveles de accesibilidad A, AA, AAA. El cumplimiento de todos los puntos de verificación de un determinado nivel de accesibilidad permite declarar la conformidad en ese nivel.

La aplicación TAW, instalable de forma local, analiza únicamente las Pautas de Accesibilidad al Contenido Web 1.0 (WCAG 1.0) pero incluye una serie de características adicionales como son:

HERA es una utilidad para revisar la accesibilidad de las páginas web de acuerdo con las recomendaciones de las Directrices de Accesibilidad para el Contenido Web 1.0 (WCAG 1.0). HERA realiza un análisis automático previo de la página e informa si se encuentran errores (detectables en forma automática) y qué puntos de verificación de las pautas deben ser revisados manualmente.

La revisión manual es imprescindible para comprobar realmente si la página es accesible. Para poder llevar a cabo esta verificación manual es necesario conocer las directrices de accesibilidad, saber cómo utilizan los usuarios las ayudas técnicas y tener alguna experiencia en diseño y desarrollo de páginas web.

HERA facilita la revisión manual proporcionando información acerca de los elementos a verificar, instrucciones sobre cómo realizar ese control y dos vistas modificadas de la página (una en modo gráfico, otra del código HTML) con los elementos más importantes destacados con iconos y colores distintivos.

Un formulario permite modificar los resultados automáticos, agregar comentarios a cada punto de verificación e indicar el nombre del revisor. También es posible generar un informe final sobre la revisión, para imprimir o descargar, en diversos formatos (XHTML, RDF y PDF).

Importante: Los datos se conservarán en la base de datos de Sidar por el término de siete días a partir del inicio de la revisión. Durante ese lapso es posible retomar un trabajo utilizando la URL de la página resumen, que contiene el identificador de la revisión.



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