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Alfabeto griego



El alfabeto griego es un alfabeto de veinticuatro letras utilizado para escribir la lengua griega. Desarrollado alrededor del siglo IX a. C., a partir del alfabeto consonántico fenicio, los griegos adoptaron el primer alfabeto completo de la historia, entendiéndolo como la escritura que expresa los sonidos individuales del idioma, es decir que prácticamente a cada vocal y cada consonante corresponde un símbolo distinto.

Su uso continúa hasta nuestros días, tanto como alfabeto nativo del griego moderno como a modo de crear denominaciones técnicas para las ciencias, en especial la lógica, la matemática, la química, la física, la economía, la astronomía y la informática.

Antes de la elaboración de este alfabeto, los griegos empleaban un silabario para la escritura, llamado sistema lineal B, utilizado en Creta y zonas de la Grecia continental como Micenas o Pilos entre los siglos XVI a. C. y XII a. C. Los fragmentos conservados en lineal B están escritos en lo que parece una versión primitiva de los dialectos arcado-chipriota y jónico-ático, un dialecto llamado micénico. El lineal B se desarrolló a partir de un silabario anterior, llamado Lineal A, empleado para escribir el idioma minoico, una lengua hablada en Creta antes de la invasión griega de la isla, y no representa del todo correctamente la fonética del dialecto micénico. Esta y otras razones llevaron a su abandono y al desarrollo de un alfabeto completamente nuevo.

Se cree que el alfabeto griego deriva de una variante del fenicio, introducido en Grecia por mercaderes de esa nacionalidad. El fenicio, como los alfabetos semíticos posteriores, no empleaba signos para registrar las vocales; para salvar esta dificultad, que lo hacía incompleto para la transcripción de la lengua griega, los griegos adaptaron algunos signos utilizados en fenicio para indicar aspiración para representar las vocales. Este aporte puede considerarse fundamental; la inmensa mayoría de los alfabetos que incluyen signos vocálicos se derivan de la aportación original griega. Además de las vocales, el griego añadió tres letras nuevas al final del alfabeto: fi y gi, para representar sonidos aspirados que no existían en fenicio, y psi.

Originariamente existieron variantes del alfabeto griego, siendo las más importantes la occidental (calcídica) y la oriental (jónica). La variante occidental originó el alfabeto etrusco y de ahí el alfabeto romano. La escritura se realizaba a menudo de derecha a izquierda, que era como se hacía en su antecesor fenicio, y bustrofedon, que era la alternancia de líneas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, de manera que se empezaba por el lado donde se había concluido la línea anterior. Según la dirección en la que se escribiese, se invertían los caracteres en el proceso.

Las siguientes letras no forman parte del alfabeto griego común, pero estuvieron en uso en la época antigua (siglos VII y VI a. C.) en algunos dialectos.

Estas letras desaparecieron del alfabeto; la digamma, que adaptaba la wau fenicia, se utilizaba solo en algunos dialectos occidentales, y desapareció antes del período clásico; la san, homófona con la sigma, fue desplazada por esta última; la qoppa, una adaptación de la qop fenicia cuyo sonido —una explosiva uvular— no existía en el griego.

En la región de Jonia se desarrolló un sistema de numeración en el que cada letra representaba un número. Las letras que dejaron de usarse en el alfabeto (digamma, san y qoppa) se conservaron en el sistema de numeración, y para completar la serie de las centenas se introdujo además la letra sampi. Estas letras se volvieron obsoletas mucho antes de que se desarrollara la forma minúscula de escritura; las formas minúsculas de digamma, qoppa, san y sampi son inferencias reconstructivas a partir de formas manuscritas en su uso para la numeración. Si bien responden a hipótesis muy robustas sobre el uso de la grafía, están solo parcialmente basadas en el uso histórico; para el valor numérico de digamma (6) era mucho más común escribir la combinación στ o la forma ligada Ϛ (llamada stigma).

Las letras digamma, qoppa, y sampi se permanecieron como signos exclusivos del sistema de numeración jónico, con los valores indicados en la tabla.[2]

Atenas adoptó en el año 403 a. C. la variante oriental, dando lugar a que poco después desaparecieran las demás formas existentes del alfabeto. Ya para esta época el griego había adoptado la escritura de izquierda a derecha

Tras la época clásica el alfabeto griego evoluciona de forma y se desarrollará la escritura uncial griega. La minúscula griega fue un estilo posterior que se usó como escritura libraria en manuscritos bizantinos desde los siglos IX y X.[3]

Las diferencias entre las letras griegas mayúsculas y las minúsculas obedecen a los instrumentos con los que se escribían. Originalmente, las mayúsculas se esculpían con cincel y martillo sobre piedra o mármol, quedando disparejos sus rasgos; los patines que rematan sus rasgos fueron una solución práctica y estética para este problema. Por su parte, las minúsculas surgieron de la escritura manuscrita, la cual se hacía con cálamos (plumas) o pinceles, de ahí sus trazos y adornos.

Uncial del Codex Vaticanus (siglo IV)

Cursiva de una carta privada (siglo VI)

Minúscula del Codex Vetustissimus (siglo X)

Comparación por siglos de los tres estilos

Los sonidos corresponden a la pronunciación del griego antiguo, indicada con los signos usados por el Alfabeto Fonético Internacional; bajo el epígrafe mod. Los valores numéricos corresponden al sistema de numeración jónico. Nótese que el nombre de la letra en castellano no necesariamente corresponde con el sonido que tenía la letra en griego antiguo, algo de esperar debido a la evolución independiente que las dos lenguas han tenido a lo largo de su historia.

El fenómeno por el que un alto número de sonidos tienden en griego moderno al fonema /i/ se denomina iotacismo. Dicha evolución ya se había completado en griego bizantino.

Los diptongos de vocales largas e [i] (ᾱι, ηι, ωι) se transformaron en monoptongos (/aː/, /ɛː/, /ɔː/) y fueron escritas como ᾳ, ῃ, ῳ.

Es común la utilización del alfabeto griego en física y matemáticas, tanto como constantes, signos y operaciones:

Si bien es un alfabeto griego simplificado, es aconsejable conocer la correcta caligrafía y el reconocimiento de este alfabeto.

Así como el tamaño relativo de cada letra y su posición respecto al renglón:

Durante los primeros años de escritura con computadora era difícil escribir el alfabeto griego. Hoy en día los sistemas más usados son: el juego de caracteres ISO-8859-7, que solo permite escribir griego monotónico (adecuado para el griego moderno), y el sistema Unicode, que permite escribir griego politónico (adecuado para el griego antiguo y moderno). Hay dos rangos de caracteres Unicode para el alfabeto griego: Griego y copto (U+0370 a U+03FF) y Griego extendido (U+1F00 a U+1FFF).



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