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Alfarnate



Alfarnate es un municipio de la provincia de Málaga, Andalucía, situado en la comarca de la Axarquía, en el norte de la provincia, lindando con la provincia de Granada, a unos 50 km de la capital malagueña.

En 2016, contaba con una población de 1135 habitantes.[2]

El nombre del pueblo parece provenir de la palabra árabe Al-farnat, que significa ‘molino de harina’. De hecho, ya aparece documentada la referencia a Alfarnate en el siglo X como zona de fuerte producción de harina. En el vecino pueblo de Alfarnatejo todavía se pueden contemplar dos molinos harineros que funcionaban con el agua del arroyo (en siglos anteriores de mucho caudal) y que dan una idea de lo que era esta zona en aquellos tiempos.

Alfarnate es usualmente caracterizado como pueblo de la Axarquía, aunque realmente forma parte de una zona limítrofe entre la citada Axarquía y la llanura de Antequera. Junto con Alfarnatejo, Colmenar y Casabermeja, Alfarnate forma parte de una especie de zona de transición que a veces se ha venido llamando “Montes Orientales de Málaga”. Administrativamente se le suele incardinar en la Axarquía de Vélez, a pesar de no tener casi nada en común con los pueblos axárquicos. Alfarnate actualmente pertenece al partido judicial de la ciudad de Málaga, ciudad con la que mantiene casi la totalidad de relaciones comerciales así como la mayoría de contactos por transporte de viajeros. Tradicionalmente, Alfarnate ha mantenido la mayoría de contactos por carretera con Málaga, Granada y con la cercana ciudad de Loja. Asimismo, tiene una historia en común con pueblos cercanos como son Zafarraya (cuasi colonizada con alfarnateños en el siglo XIX) y Villanueva del Trabuco, principalmente.

Situado en el norte de la provincia, es el pueblo más alto (las calles están situadas a 925 metros sobre el nivel del mar) y su término está completamente rodeado de sierras pertenecientes al movimiento geológico de la Subbética con formaciones de dolomías y margocalizas como la Sierra de Camarolos por el suroeste, la Sierra del Jobo, cuyas cimas forman la frontera de su término por oeste y noroeste, con el pico del Chamizo (1641 m s. n. m.). El norte geográfico es también, con el puerto de los Alazores, la divisoria con la Sierra de Alhama que la recorre de norte a sureste, con las formaciones como el Tajo de las Palomas (1302 m s. n. m.), para encontrarse en el Puerto del Sol (1100 m s. n. m.) con la Sierra de Enmedio que la delimita por el sur con picos como el de Vilo (1415 m s. n. m.), Gallo (1361 m s. n. m.) y el Morrón de Malinfierno que protege el pueblo por el sur (1077 m s. n. m.). En medio de estas sierras de consederable altura, Alfarnate goza de un hermoso valle a más de 900 m s. n. m. que hace de éste uno de los más raros ejemplos de pueblos de montaña en Andalucía.

Sus corrientes de aguas, los arroyos de Palancar y Morales, —este último conocido como arroyo de Juan Lorca— confluyen al sur del pueblo para formar el río Sabar. También tiene numerosos manantiales como el de Barrionuevo, Castillejo y el Ejido que alimenta la Villa.

El nombre se Alfarnate, como el de su hermano menor Alfarnatejo, es un término de origen árabe formado a partir de “Al-farnat” que significa molino de harina. También se le quiere identificar con el adjetivo antiguo de “alfarnate” que significa pillo o bribón. Tanto el término como el asentamiento de actual Alfarnate fueron habitados desde la Prehistoria por los primeros pobladores de la región, como se queda patente en los restos que se encuentran en las terrazas del arroyo Palancar y Morales, y en la confluencia de ambos, donde se ubica la villa, que se remontan al período Musteriense. Ya en el Neolítico se documentan talleres de sílex en torno al puerto de los Alazores y los primeros vestigios de asentamientos estables que pudieron perdurar hasta épocas históricas. La primera referencia escrita de la que tenemos noticia el de los Alfarnates, en el s. X, como zona o alquerías de fuerte producción de harina, por ello su nombre.

En los primeros días de abril de 1487 pasó por Alfarnate procedente de Villanueva del Trabuco, por el puerto de los Alazores, un cuerpo de ejército formado por 12 000 hombres de a caballo y 50 000 de a pie a las órdenes de D. Fernando, para la conquista de Vélez. Una vez conquistada la comarca no aparece como es habitual, en las primeras referencias parroquiales de 1505 y 1510, sin embargo como la puebla de Los Alfarnates ambas villas correrán históricamente juntas hasta el s. XVII en que se dividen con la actual nomenclatura. Siendo anecdótico las malas relaciones entre los dos pueblos hasta hace pocos lustros.

Tras la Guerra de la Independencia y el desarrollo del s. XIX, su término, como el de Alfarnatejo, va a ser paso hacia la costa y refugio de bandoleros en sus carrocerías, mientras que eran perseguidos por la Guardia Civil, apodada como lo “migueletes”.

La administración política del municipio se realiza a través de un ayuntamiento de gestión democrática cuyos componentes se eligen cada cuatro años por sufragio universal. El censo electoral está compuesto por todos los residentes empadronados en Alfarnate mayores de 18 años y nacionales de España y de los restantes estados miembros de la Unión Europea. Según lo dispuesto en la Ley del Régimen Electoral General,[3]​ que establece el número de concejales elegibles en función de la población del municipio, la Corporación Municipal de Alfarnate está formada por 9 concejales. En la legislatura vigente (2019-2023), el Partido Socialista Obrero Español de Andalucía (PSOE-A) tiene 6 concejales frente a los 2 que tiene Partido Popular(PP) (IULV-CA) y el único concejal que tiene Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía (IULV-CA).[4]​ Juan Jesús Gallardo Khmarti (PSOE) fue elegido alcalde de Alfarnate el 26 de mayo de 2019, en sustitución de Salvador Urdiales Pérez.

El sector primario ocupa casi el ciento por ciento de una economía dedicada casi en exclusiva a una vega, regada por sus arroyos, que se cultiva de trigo y de los garbanzos de indiscutible calidad y fama; algunos olivares y algo de almendro, se complementan con una pequeña cabaña caprina y ovina.

En los últimos años, se ha explotado mucho el cultivo de regadío en toda su variedad, tomates, lechugas, alcachofas, calabacín, habas, pimientos, melones… explotando el agua del subsuelo en la que dicho pueblo es muy rica.

También se han ido introduciendo algunas variedades de árboles frutales como son las cerezas o las manzanas. De hecho, aprovechando el auge productivo de la cereza en la localidad, en junio de 2015 se celebró la IX edición del Día de la Cereza, característica por su tamaño y sabor. El cultivo de dicho fruto es propicio en este enclave, ya que las bajas temperaturas de la zona la hacen idónea para la producción de la misma.

     Deuda viva del Ayuntamiento de Alfarnate en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[5]

En Alfarnate podemos destacar como platos típicos,las migas , un plato muy tradicional que se ha ido trasmitiendo de generación en generación, se hacía para aprovechar el pan duro que sobraba en las casas, se elabora con agua, aceite y ajos, las migas se puede acompañar de un taco de lomo en manteca, chorizo, morcilla, huevos fritos, naranja, granada, melón o aceitunas.

Otro de los platos a destacar es el morrete , revuelto de patatas y setas, al que se la añade una salsa compuesta de pan, vinagre, pimiento dulce, pimiento picante, ajos y agua, esta suculenta especialidad, se toma sobre todo en invierno, para poder entrar en calor.

Las sopas cachorreñas, es un plato muy típico de esta localidad, se toman en invierno, se prepara poniendo al fuego la mezcla de ingredientes, especiada de pimentón y a continuación se la añade cáscara de naranja, bacalao y pan duro.

Olla , un plato muy consistente, a base de garbanzos (los de alfarnate son famosos desde la antigüedad y ya nombrados incluso por Cervantes), verdura, chorizo o morcilla.

Las gachas , es un postre muy tradicional, de muy fácil elaboración, sus ingredientes son, leche, harina, huevos, azúcar, canela en rama y cáscara de limón. Cuando éste se enfría de le puede añadir, miel de caña, picatostes y un poco de canela molida. Un dulce conocido en toda la provincia es el rosco carrero , el cual es autóctono de Alfarnate y está hecho de harina, azúcar, huevo, manteca de cerdo, anís seco y clavo. A los visitantes que acuden a este pueblo les llama mucho la atención tanto por su sabor, como su forma similar a un volcán. Otros dulces típicos de alfarnate son los roscos de vino, mantecados, y los exquisitos palillos. En la fiesta de San Marcos se elaboran los hornazos(para los niños) y las pavitas (para las niñas), con masa de pan y huevo cocido.

La forma original y más antigua de esta fiesta es la que sigue: comienza con la Misa del día 12 de septiembre, en honor a la Virgen de Monsalud, y durante cuyo desarrollo, los caballeros cristianos y moros —que ocupan los primeros lugares frente al presbiterio, aunque en lados opuestos—, realizan los movimientos de la liturgia al contrario; esto es, cuando los cristianos correctamente se ponen en pie, los moros se sientan, y viceversa. Una vez ha terminado la celebración de la Eucaristía, se procede a la reverencia que el abanderado cristiano realiza ante la imagen de la Virgen y que se denomina “la cortesía”; se hace dentro de la Iglesia, con unapesada bandera(la bandera es el antiguo estandarte de la Virgen de Monsalud, propiedad de la parroquia), copia de otra quizá mucho más antigua (la actual es de1891 ). Siguiendo la forma antigua de escenificar la Embajada, por la tarde ambos bandos (formados por pocos caballeros, a diferencia de la actual manera de representar más propia de los años 70, se enfrentaban siguiendo una trama simple y con bastantes dosis de improvisación por aquel entonces, que tenía como causa el robo que los moros hacen de la imagen de la Patrona, la Virgen de Monsalud, tras haber “echao la batalla” y de la reclamación que hacen los cristianos mandando su embajada para pedir su devolución, leyéndoles eltexto de “las Relaciones” , que es el mismo desde el s. XVII. Después de varios diálogos por parte de cristianos y moros en uno y otro lado, los cristianos, tras un ataque recuperan la imagen de su patrona y la llevan a la plaza del pueblo donde es agasajada con flores llevadas por las niñas del pueblo, ataviadas a la usanza regional. Así se hacía la fiesta de la Embajada, en su forma originalrecuperada tras la Guerra Civil en los años 70 gracias a la labor del afamado abogado D. Victoriano Frías O'Valle, oriundo de Alfarnate.Tras casi 20 años de abandono de la fiesta,en los años 90 se volvió a recuperaren una forma más sencilla y con menos participación del pueblo. En el año 2007 se insertó una novedad en cuanto al lugar de la representación:se trasladó a la plaza de la Iglesia , donde el marco de la fachada principal de la parroquia de Santa Ana hace de escenario privilegiado para esta fiesta singular.

Peculiar es, además,la original vestimenta empleaday elaborada por cada uno, consistente en un traje parecido al de corto andaluz para los cristianos, mientras que el de los moros lo forma elmorrióno especie de turbante decorado ricamente con varetas de almendro y flores del tiempo, una chaquetilla roja sin mangas sobre camisa blanca y un mantoncillo al hombro, faja roja y un curioso pantalón blanco bombacho blanco atado por los tobillos, terminado en ricos encajes, y cubierto con faldilla también blanca y corta.

La fiesta de Moros y Cristianos de Alfarnate es una de las pocas que se siguen celebrando y que cuenta con el apoyo de todo el pueblo, aunque a veces no tanta desde las administraciones locales, cosa que provocó su desaparición durante décadas.

Comparte con la villa de Alfarnatejo una leyenda que es el origen de sus de sus respectivos motes o apelativos cariñosos: “tejones” y “palancos”. El suceso, aunque verosímil, no deja de estar cubierto por el velo de la leyenda. Sucedió que una piedra de grandes proporciones que existía en el actual “Camino del Malinfierno” (su nombre más antiguo y auténtico es "Valdeinfierno"), antiguo camino de caballería y único que enlazaba ambas poblaciones, y que hacía las veces de separación de términos, rodó como consecuencia de una torrencial tormenta hasta que fue a colocarse en medio del camino, interrumpiendo su uso; para reabrirlo acordaron los de Alfarnate llevar hierros y palos que pretendían usar como palancas (palancos), mientras que los de Alfarnatejo lo hicieron con picos y palas, pues su afán era socavar (tejones) la piedra para que ésta rodara con su propio peso. Al final venció la propuesta de Alfarnatejo y la piedra rodó hasta el cauce del río donde, dicen, aún hoy permanece.

En el fondo de la cuestión está la referencia a un lugar llamado “el Palancar”, sito en el llano de Alfarnate, de donde le viene el nombre o mote a los alfarnateños (palancos), pudiera ser que por haber estado allí un primer asentamiento de las primeras edificaciones del pueblo, cuando Alfarnate simplemente era un pequeño núcleo de casas sin formar parte todavía de una puebla o una villa como tal. La leyenda anterior es por tanto, como no podía ser de otra manera, solamente una leyenda sin más.

Alfarnate no está integrado formalmente en el Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Málaga, aunque las siguientes líneas de autobuses interurbanos operan en su territorio:[6]

La Venta de Alfarnate (la más antigua de Andalucía de las que todavía quedan en pie), situada al pie del pico del Chamizo, y al abrigo entre rocosas sierras, data del siglo XVII y está documentada al menos desde 1699 en un acta de notaría levantada en Archidona. Esta antigua venta fue refugio y paso de bandoleros, y fue erigida sobre otras anteriores posiblemente desde el s. XIII, ya que es lugar de paso obligado entre el interior y la costa, en el antiguo Camino Real que comunicaba la ciudad de Málaga con la de Granada (hoy carretera local); era venta donde se hacía el camino de caballerías. Hoy la conocida como “Antigua Venta de Alfarnate” funciona como un restaurante de categoría, y como museo. Hasta hace una década, su antiguo propietario Juan Nuño le dio vida como una especie de “casa de Cultura”, pues en ella se alojan actividades como exposiciones de pintura y escultura, artesanía, actividades gastronómicas y no olvidar el que haya sido la sede del Primer Campeonato del Mundo de tiro con honda.

Pero no acaban ahí las anécdotas de esta peculiar venta, se sabe que una habitación que tenía acondicionada como calabozo, pasó una noche el bandido Luis Candelas en 1824. La Venta y su posición estratégica a medio camino entre Málaga y Granada, hacía que para el largo viaje a caballo o en diligencia, hubiese que hacer el cambio de aparejos y el merecido descanso después de tan larga subida de altitud. Dentro del recinto de la Venta había una sala que todavía hoy se conserva, donde los presos que eran trasladados hacia la Real Chancillería de Granada para ser juzgados, pasaban la noche. Se conserva incluso el grillete que se les ponía en los pies para evitar su huida. También fue utilizada la Venta como parada por el famoso bandolero el "Bizco del Borge” cuando acudía a visitar a su amante, -mujer casada con un tal “chirrína”, vecino de Alfarnate-.

A la entrada de la venta, en un mural se recuerda una cita del libro de Efemérides malagueñas de Luis Segalerva que reza textualmente así: “El 21 de abril de 1850 fue robado en esta Venta el correo que iba a Málaga por una partida de 12 hombres armados. Los bandidos demostraron especial empeño en apoderarse de un paquete de causas procedentes de la Chancillería de Granada y los peligros del Gobierno”.

Dicen que otro bandolero afamado, José María “el Tempranillo”, llegó un día hambriento a la venta y pidió a unos hombres que comían “olla”, les dejase participar en ella, a lo que los hombres se excusaron y dijéronle que no tenían cucharas, entonces José María tomando su faca y un trozo de pan al que sacó la miga, la empleó como tal. Cuando terminó de comer dijo que el ahora se comía su cuchara y por tanto a los acompañantes también, y les obligó a dar algunas dentelladas a sus cucharas de madera. Pero no sólo la visitaron huidos de la justicia y entre sus inquilinos ilustres cabe destacar al rey Alfonso XIII que tomó noche y fonda entre sus paredes. La mayoría de personajes ilustres de la historia de Málaga y de España en general (reyes, presdidentes del Gobierno, políticos, militares, ...)han pasado y parado por esta verdadera joya del patrimonio andaluz, en sus viajes hacia Málaga ciudad desde Granada y viceversa. La Venta de Alfarnate ha sido, por tanto, testigo de los cambios sociales y políticos durante siglos.



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