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Ali ibn Musa



Abu-l-Hasan ibn Musa ibn Yá'far, conocido como Alí ibn Musa ar-Rida (en árabe, علي بن موسى الرضا‎ ) o simplemente Alí ar-Rida (en persa Ali Reza) (Medina, hacia 765 o 770 - Tus, 23 de agosto de 818 ), fue el octavo imán de los chiíes duodecimanos.

Era hijo del imán Musa ibn Ya'far y de una tal Umm Wald De Al-Ándalus, el nombre de la cual aparece de diversas formas. Llevó una vida piadosa en Medina ocupado sólo con asuntos religiosos.

En el año 816 fue llamado por el califa Al-Mansur de Merv y designado heredero del califato con el título de al-Rida (el contento). El califa, con el apoyo de los dignatarios válíes y abasíes encabezados por el hijo de Al-Mamun, hicieron campaña a favor de esta nominación. Por orden del califa las banderas verdes sustituyeron a las negras en todo el territorio del califato. Los gobernadores abasíes obedecieron la orden, excepto Ismail ibn Ya'far de Basora.

En el Irak de mayoría suní, el nombramiento de un chií tras el traslado de la capital a Merv fue mal aceptado. Estalló una revuelta en Bagdad y un príncipe abasí fue designado califa. En el 818 Al-Mamún se dirigió a Bagdad lentamente, llegando el 819. En este tiempo murió primero Al Fadl ibn Sahl, el ministro principal del califa, y supuesto inductor del nombramiento, que fue asesinado en Sarakhs, y poco después el mismo Alí ar-Rida, de enfermedad, aunque los chiíes lo atribuyan al envenenamiento, tal vez incluso instigado por el propio califa.

En la ciudad de Tus se le erigió un santuario (mashhad) que acabó siendo el nombre de la ciudad en lugar del antiguo.

Se narra que cuando Ali ibn Musa quería encontrarse con la gente trataba de tener buen aspecto. Hablando con las personas, nunca las molestaba con sus palabras y nunca interrumpía su discurso, respondiendo sólo una vez que terminaban de hablar. Hacía todo lo posible por satisfacer los deseos de los demás. Nunca fue visto (Ali ibn Musa), reírse a carcajadas. Ali ibn Musa era muy modesto, se cuenta que una vez, cuando estaba en un baño público, un hombre que no lo conocía, le había pedido ayuda para lavarse, y Ali ibn Musa empezó a hacerlo. Al rato, cuando al señor se lo presentaron, este le pidió disculpas. Pero el Imam, consolándolo, continuó con lo que estaba haciendo.

Y también El Ali ibn Musa respetaba mucho a sus invitados.

Ali ibn Musa era muy famoso por su generosidad. Un día, en Arafa (zona cercana a la Meca, donde se reúnen los peregrinos), repartió todas sus propiedades entre la gente. Fazl Ibn Sahl le dijo ante el hecho que eso era una gran pérdida, a lo que Ali ibn Musa le respondió: “Nunca consideres como pérdida lo que te trae recompensa y respeto, te da dignidad”.

Ali ibn Musa era una fuente confiable de conocimiento y virtud. Maamune Abbasi, que fue un hombre culto de su época y enemigo del Ali ibn Musa dijo: “no conozco a nadie en la tierra superior a este hombre”.[1]

También Ibrahim Ibn Abbás souli narra: “nunca vi que le hicieran una pregunta a Ali ibn Musa a la que no pudiera responder y no he visto a nadie más sabio que él”.

No hay duda que los impecables Imames no estaban interesados en este mundo materialista y tenían una vida austera. Por eso evitaban la riqueza y el poder.

El narrador en un libro que se llama Nasr-Ud-Derar, afirma que: un grupos de Sufíes visitaron a Ali ibn Musa, considerando que Allah le ha conferido al comandante (Maamun) fidelidad y creyendo que nadie merecía el liderazgo de la gente excepto ellos, Ahl-Ol Bayt. Entonces, él lo ha elegido a usted como el más merecedor de todos, y, por eso, ha decidido devolverle el califato. Ahora la nación necesita un líder que visite, sencillamente, y que se alimente con comidas simples.

El narrador añadió: Ali ibn Musa, que estaba sentado, se levantó y les dijo: “Aunque Jesús fue un profeta, vestía batas de seda con botones de oro y se apoyaba en cojines de faraones, en sus reuniones. ¡Ay de vosotros!”.[1]

Ma'mun invitó al Ali Ibn Musa a Jorasán y en primer lugar, Ma'mun ofreció al Imam Reza el califato. Ali Ibn Musa que conocía la verdadera razón de esta oferta, educadamente rechazó[2]​ y dijo:

"Si este califato pertenece a usted, entonces no es permisible para que se quite la prenda en la que Dios te ha vestido y lo da a otra que tú. Si el califato no pertenece a usted, entonces no es permisible para que me des lo que no te pertenece”. [3]

Entonces Al-Ma’mûn nuevamente le propuso la sucesión del califato, y el Imâm nuevamente se negó.

Al-Ma’mûn argumentó: “‘Umar Ibn Al-Jatâb para determinar al sucesor del califato realizó una Asamblea con seis participantes y uno de ellos fue vuestro antepasado ‘Ali Ibn Abi Talib. Luego ordenó que aquél que se opusiese, le cortasen la cabeza. Ahora no os queda otro camino más que aceptar lo que os he propuesto. Y no existe otra alternativa más que ésta”. Las palabras de Al-Ma’mûn eran amenazantes, y Riza se vio obligado a aceptar la sucesión del califato. En ese momento manifestó:

“Acepto la sucesión del califato con la condición de que no sea yo quien ordene, quien prohíba, quien dé alguna disposición o juzgue, y no sea yo quien otorgue o quite el puesto a alguien, ni tampoco quien cambie o permute cosa alguna”.

Al-Ma’mûn admitió todas estas condiciones. Fue así como obligó Riza a aceptar la sucesión del califato para, por medio de este engaño, tenerlo vigilado y evitar que invitara a la gente; y, por otro lado, calmar a los alíes y chiíes, así como fortalecer los pilares de su gobierno.[4]

Los chiitas de la época de al-Ma'mun, que hizo una gran población, considerados los Imames como sus líderes que deben ser obedecidas, ya que creían en ellos como los califas reales del profeta islámico Mahoma. La continuación de esta situación fue un gran regalo para el califato de al-Ma'mun, que estaba lejos de la condición sagrada de sus imanes. Según Tabatabaee en el Islam chiita, por lo tanto, al-Mamun pensó en encontrar una nueva solución para esas dificultades que 75 años de política abbásida no habían sido capaz de resolver. Para lograr ese objetivo eligió al octavo Imam como sucesor suyo, esperando de esta manera superar dos dificultades. Primero que todo, evitar que los descendientes del Profeta se rebelasen contra el gobierno ya que ellos mismos estarían involucrados en él. Y en segundo lugar, llevar al pueblo a perder su fe y su íntima unión a los Imames. Esto se conseguiría complicando a los Imames en las cuestiones mundanas y la política del propio califato, la cual los shi’itas siempre habían considerado maligna e impura. De esa manera su organización religiosa se desmoronaría y ya no constituirían ningún peligro para el califato. Obviamente, después de conseguir esos objetivos la remoción de los Imames no presentaría ninguna dificultad a los abbásidas.[5]

Al-Ma'mun incluso cambió las banderas negras abasíes al verde, el color tradicional de la bandera de los chiitas y de la capa de Ali. Ma'mun intención de apaciguar a la facciones chiíes por estas decisiones. Por otra parte, ha dado a su hija, Umm Habib, a Riza y se casó con otra hija, Umm al-Fadl al hijo de Riza . También ordenó a acuñar monedas con nombres de ambos Al-Ma'mun y Ali al-Riza.[6][7]

Al-Ma'mun estaba muy interesado en trabajar en varias ciencias traducidos al árabe. Por lo tanto él arregló debates entre el Imam y los eruditos musulmanes y los líderes de la religión sectas que vinieron en su presencia. Una de las discusiones fue en la Unidad Divina con Sulaiman al-Mervi; un estudioso de Jorasán, otra discusión con Ali Ibn Muhammad Ibn al-Yahm se dedicó a la impecabilidad de los Profetas, que llevó a otro debate sobre el mismo tema que Mamun tomó un gran papel en él mismo. Muchos de estos debates se registran en las colecciones de Hadices chiitas, como Oyoun Akhbar Al-Ridha. El siguiente es un ejemplo de estos debates que tuvieron lugar entre el Imam y un incrédulo.[8]​Un debate:

Preguntaron: “¿Cómo y dónde está Dios?”

Ali Al-Riza respondió: “Esa pregunta no está bien fundada, ya que Dios creó el lugar pero Él no tiene ni ocupa lugar. Y creó la figura pero Él carece de ésta. Pues no podemos conocer a Dios por medio de “cómo” y “dónde”. Y no podemos sentirlo ni asociar nada a Él”.

Preguntaron: “¿En qué tiempo fue creado Dios?”

Riza respondió: “Dime cuando no estuvo, para poder decirte cuando fue creado”.

Preguntaron: “¿Que causa existe para comprobar que el Mundo no existía y después existió (fue creado)?”

Riza respondió: “No existías, entonces fuiste creado y tú mismo sabes que tú no te creaste y que tampoco te creó alguien que se te asemeja”.

Preguntaron: “¿Puede describirnos a Dios?”

Riza respondió: “Es un error y equivocación describir a Dios comparándolo, y lo que se diga respecto a Él es insignificante; yo describiré a Dios tal y como Él se describió y detalló, sin asociarlo en mi mente con figura o imagen alguna:

“No se puede percibir a Dios con los sentidos de la gente”.

“No puede ser comparado con la gente”.

“Se le debe conocer sin asociarlo”.

“A pesar de que Su jerarquía es suprema, está cerca de todo y todos”.

“No puede ser asociado con nada de Su creación”.

“No es injusto con nadie en Su juicio o dictamen”.

“Se conoce por Sus signos y señales”.

Preguntaron: “¿Acaso puede la Tierra quedar sin guía o Imâm?”

El Imâm respondió: “Si la Tierra se quedase por un instante sin guía de Dios o imâm, todo lo existente en ésta sería tragado por la tierra”.

Preguntó: “¿Puedes explicarme respecto a la aparición del Imâm del Tiempo?”

El Imâm respondió: “¿Acaso no sabes que esperar la aparición es parte de la aparición?”

Dijo: “No, no lo sé, a menos que me instruyas.

Manifestó: “Así es, esperar la aparición es parte de ésta”.

Preguntaron: “¿Qué es la fe y que es el Islam?”

El Riza respondió: “Imâm Al-Bâqir dijo: La fe ocupa un lugar superior al Islam, y la abstinencia (del pecado) se encuentra en un lugar superior a la fe, y la certeza superior a la abstinencia. Y no existe nada que se haya distribuido entre la gente que sea más escaso que la “certeza”.

Preguntaron: “¿Que significa la certeza?”

Riza respondió: “Tener esperanza en Dios, y entregarse a Sus deseos, estar de acuerdo con lo que Él decretó y destinó, dejar todo en Sus manos y pedirle que Él decida lo más adecuado para nosotros”.

Preguntaron: “¿Cuál es el orgullo que destruye la buena acción?”

Riza respondió: “El orgullo tiene diferentes niveles. Por ejemplo: aquel acto incorrecto que se muestra adecuado ante un siervo, y lo considera bueno, y se alegra al llevarlo a cabo, y supone que ha realizado una buena obra; y otro, el siervo que tiene fe en Dios entonces piensa que le ha hecho un favor a Él, mientras que Él es el único favorecedor”.

Preguntaron: “¿Acaso el Profeta Abraham cuando dijo “es para tranquilizar a mi corazón”, tenía alguna duda dentro de sí?

Riza respondió: “¡No! Abraham tenía certeza, lo que pretendía era que Dios incrementara ésta”.

Preguntaron: “¿Por qué la gente se alejó de Ali Ibn Abi Talib y se añadió a otros, a pesar de que para ésta eran evidentes sus virtudes y la jerarquía que ocupaba él ante el Mensajero del Islam?”

Riza respondió: “Ya que Ali, el Amir de los Creyentes, había matado a muchos de los padres, hermanos, tíos y parientes de éstos en las contiendas que había sostenido por Dios y con Su Mensajero, y esto había ocasionado en ellos odio y enemistad hacia él, por ello no querían que Ali fuese su líder y guía, y éste sentimiento no lo experimentaban hacia otro excepto hacia Ali .Para el Profeta y la guerra santa en contra del enemigo, nadie poseía la jerarquía que Ali el Príncipe de los Creyentes Ali poseía, por ello la gente se alejó de él y se adhirió a otros”.[4][9]

Al-Risala al-Dhahabiah (El Tratado de Oro) es un tratado sobre las curas médicas y el mantenimiento de la buena salud que se dice que se han escrito, de conformidad con la demanda de Ma'mun. Es considerado como la literatura islámica más preciado en la ciencia de la medicina, y se titula "el tratado de oro", como Ma'mun había ordenado a ser escrita en tinta de oro.[8]

Se ha explicado en este tratado que la salud se ve amenazada cuando su sangre , bilis amarilla , bilis negro y flema están desequilibradas; y que la nutrición y la medicina tradicional se pueden usar para curar desequilibrios. Es uno de sus dichos que "! Crees que eres un cuerpo pequeño, mientras que el más grande del mundo se ha puesto en ti!" [10][11]

El Sahifah es una colección de Hadizces, los tradiciones del profeta Mahoma atribuye a Ali al-Riza que fue transmitida por Abdallah Ibn Ahmad Ibn Amer, quien los escuchó de su padre Ahmad, que se decía que había oído de Ali al-Riza en 194 AH (809-10 dC) en Medina.[8]

Contiene Hadices sobre diversos temas como la invocación de Dios, la importancia de rezar cinco veces al día y de decir la oración por los muertos, la excelencia del hogar del profeta , del creyente, de buenos modales, y de fortalecer los lazos de parentesco, y el peligro de engaño, de la murmuración, y de acusar. Discute cada miembro de la familia del Profeta.[11]

Uyun al Akhbar ar Reda es un libro en el que se reunieron todo lo que se ha relacionado sobre el Imam de los debates sobre cuestiones religiosas y los dichos que se han registrado de él, a las explicaciones de la razón de su nombre fue elegido, y las tradiciones en cuanto a su la muerte y los milagros que han ocurrido en su tumba. Se recoge por Ibn Babawayh conocido como Al-Shaykh al-Saduq.[12]

Feqh al-Riza (Jurisprudencia de al-Riza) También se llama al-Fiqh al-Razaw'i , también se atribuye al Imam al-Riza. No se sabía hasta el 10 / siglo 16 cuando fue juzgado para ser auténtico por Muhammad Baqir Majlisi . Sin embargo, la mayoría de los estudiosos Imami dudaron de su autenticidad.[8]




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