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Amígdala faríngea



Las amígdalas faríngeas, tonsilas faríngeas, adenoides o vegetaciones, son una masa de tejido linfoide situada cerca del orificio interno de las fosas nasales, donde se unen con la faringe, en el techo de la nasofaringe. Forman parte de las estructuras denominadas amígdalas.

Las adenoides, a diferencia de los otros tipos de amígdalas, tiene un epitelio columnar o cilíndrico pseudoestratificado ciliado.

Las adenoides comienzan a crecer a los nueve meses de vida, tras la depresión inmunofisiológica que sucede al octavo mes de vida.

Se ha determinado la producción de inmunoglobulinas en las adenoides. La Ig A se encontró en la superficie del epitelio y subepitelio. Los adenoides están cubiertos de epitelio pseudoestratificado ciliado, y presentan invaginaciones en forma de pliegues sin ramificaciones. Los adenoides producen Ig A secretora (IgAS), que tiene gran importancia como primera barrera de defensa. [1]

Su patología se puede dividir en infecciosa o hipertrófica, existiendo una hiperplasia inmunológica, hiperplasia infecciosa y una hiperplasia idiopática benigna.[1]
Se habla de adenoides cuando estas experimentan una hipertrofia adenoidea, que se trata de una hiperplasia del tejido linfoide. Dicho abultamiento puede provocar respiración bucal, ronquidos, mal aliento y goteo nasal crónico. También pueden provocar condiciones peligrosas, como la apnea del sueño, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca derecha.

En la infancia, las adenoides representan un órgano de defensa que puede sufrir enfermedades, las dos más frecuentes son: la adenoiditis y la hipertrofia adenoidea. La hipertrofia adenoidea, especialmente en los niños, produce lo que se conoce como Facies adenoidea, con respiración bucal, cara alargada, incisivos prominentes, hipoplasia maxilar y labio superior antevertido.



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