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Ampullariidae



Pilidae

Los ampuláridos (Ampullariidae) (= Pilidae), son una familia moluscos gasterópodos de aguas dulces tropicales y subtropicales, conocidos vulgarmente caracoles de laguna, caracol manzana, caracol dorado, caracol del Paraná, caracol gigante amazónico, caracol gigante, caracol lunar, churos, churo de agua, sacha, guarura y cuiba.

Bien conocidos por los amantes de los acuarios y los habitantes de los grandes ríos sudamericanos estos últimos utilizándolos como alimento para consumo humano y animal. La familia Ampullariidae incluyen varios géneros Marisa, Pomacea, Asolene, Pomella, Felipponea, Afropomus, Lanistes, Saulea y Pila.

El nombre de la familia deriva de una estructura llamada “ampulla” la cual constituye un engrosamiento de la aorta anterior la cual se localiza en la cavidad pericardial y tiene como función acumular un gran volumen de sangre a elevada presión la cual es forzada hacia el corazón a partir del faldón del manto cuando el animal se retrae en su concha.

Aunque ocasionalmente dejan el agua, pasan su tiempo principalmente en ella.

Algunas especies de la familia Ampullariidae se han convertido en especies exóticas invasoras en algunos lugares del mundo. En España, toda la familia está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013.[1]

La familia Ampullariidae caracoles operculados prosobranquios del orden Mesogastropoda fue descrita por J. E. Gray en 1824 en su artículo “Zoological Notices. On some new species of Ampullaridae”. Los caracoles que constituyen esta familia se caracterizan por la presencia de la “ampulla” así como la presencia e un doble sistema de respiración formado por una ctenidia (ripidoglosa) y un pulmón.

El nombre Ampullariidae es el nombre válido para el grupo, el nombre (Pilidae) descrito por Preston en 1915 en su artículo titulado “The fauna of British India including Ceylon and Burma, es un sinónimo inválido.[2]

La familia está conformada por los géneros:

Están excepcionalmente bien adaptados a la zona tropical caracterizada por periodos de sequedad alternados con periodos de fuertes precipitaciones. Esta adaptación se refleja en su estilo de vida: moderadamente anfibios y equipados con una tapa opercular que cierra la entrada de la concha, para prevenir la desecación del animal, mientras permanece enterrado en el barro, en la época seca.

Una de las más típicas adaptaciones de los caracoles fluviales, es el sistema de respiración branquial, situado en el costado derecho de su cuerpo, comparable a las agallas de los peces, para respirar mientras están sumergidos. Junto al pulmón situado en el costado izquierdo para la respiración aérea. Esta combinación de pulmón y branquia expande el nicho ecológico. Una característica de su comportamiento natural, consiste en dejar el agua cuando los alimentos en ella no le son adecuados.

Los géneros Pomacea, Pila y Pomella además, depositan los huevos con una protección calcárea, por encima de la línea del agua. Lo cual previene la depredación de los huevos por peces y otros animales acuáticos. Otra adaptación contra los depredadores en los géneros Pomacea y Pila es el sifón tubular, usado para respiración aérea durante la inmersión, reduce la vulnerabilidad al ataque de aves como el Caracolero especializados en su caza.

Los caracoles fluviales habitan varios ecosistemas, aparte de los ríos grandes y pequeños, colonizan charcos, lagunas y pantanos. Contrariamente a otras familias de caracoles, los caracoles de laguna no son hermafroditas sino gonocorísticos: necesitan un macho y una hembra para reproducirse.

Comunes en los acuarios a causa de su atractiva apariencia, talla y fama de limpiadores de detritos. Cuando son cuidados adecuadamente y el acuario es lo bastante grande, alcanzan los 15 cm. de diámetro. De hecho, los ampularidos son los caracoles fluviales más grandes que existen.

Los más comunes en los acuarios son: Pomacea bridgesii, esta especie varía en el color del castaño al amarillo, albinos e incluso azules, listados o no. Pomacea canaliculata, más redondo, más grande y más inclinado a comer plantas acuáticas, lo que lo hace menos aprovechable para muchos acuaristas. Esta especie también presenta distintos tonos en el cuerpo y la concha. Marisa cornuarietis, de forma discoidal. Pomacea paludosa recolectado a veces, directamente de su hábitat en Florida. El gigante Pomacea maculata, raramente se encuentra en los acuarios y muchas de las especies en tiendas y libros están mal identificadas o les inventan nombres llamativos.

En 1980, algunas especies del género Pomacea (Pomacea canaliculata, P. scalaris, P. insularum y P. bridgesi) fueron introducidas en Taiwán para iniciar su cultivo para consumo humano, pero sin éxito.[3]​ Ejemplares escapados se reprodujeron y se convirtieron en una amenaza para los campos de arroz y los ecosistemas de aguas dulces. Se han extendido por Indonesia, Tailandia, Camboya, Sur de China, Japón y las Filipinas.[4]​ Estos caracoles resultaron hospedadores intermediarios de Parangiostrongylus cantonensis, un parásito que se transmite a los seres humanos por el consumo de caracoles crudos, causando meningoencefalitis eosinofílica. Hay indicios de que la expansión de los caracoles está asociada con la expansión de esta enfermedad en China.[5]

Hawái experimentó la misma introducción de Pomacea para propósitos culinarios y sus plantaciones de Taro han sufrido las consecuencias. Sin embargo, en muchos mercados del Pacífico y Asia se venden como una delicatesen.

En 2009 en España, en el Delta del Ebro, la especie se ha extendido por los cultivos de arroz.

Pomacea y Marisa han sido introducidos en África y en Asia como predadores de otros caracoles (Planorbidae: Bulinus sp. y Biophalaria sp.) que sirven como huéspedes intermedios para parásitos trematodos. Estos parásitos causan schistosomiasis, una enfermedad que afecta a 200 millones de personas en regiones tropicales. Una de las especies introducidas como bioagente es Marisa cornuarietis. Este caracol compite con otras especies de caracoles y preda sobre caracoles. Esperanzadoramente Marisa no se ha convertido en una plaga como Pomacea en Asia. Otras especies de caracol introducidas, en las Grandes y Pequeñas Antillas, predando sobre distintas especies endémicas de caracol gigante protegidas, están exterminándolas.



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