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Analog Science Fiction and Fact



Analog Science Fiction and Fact es una revista estadounidense de ciencia ficción publicada bajo varios nombres desde 1930. El primer número, bajo el nombre Astounding Stories of Super-Science, publicado por William Clayton, con Harry Bates como editor, data de enero de 1930.[n 1]​ Clayton fue a la quiebra en 1933 y la revista fue vendida a la editorial neoyorquina Street & Smith. El nuevo editor fue F. Orlin Tremaine, que pronto hizo de Astounding la revista líder en el por entonces naciente campo de la ciencia ficción pulp, publicando historias tan conocidas como La legión del espacio de Jack Williamson y Twilight de John W. Campbell. A finales de 1937, Campbell asumió las funciones editoriales bajo la supervisión de Tremaine y al año siguiente Tremaine dejó la revista, dando a Campbell más independencia. Durante los años siguientes Campbell publicó muchas historias que se convirtieron en clásicos del género, como la serie de la Fundación de Isaac Asimov, Slan de A. E. van Vogt y varias novelas y relatos de Robert A. Heinlein. El período que se inició con la dirección de Campbell se considera a menudo como la Edad de oro de la ciencia ficción. Como Astounding Science-Fiction y Analog Science Fact & Fiction la revista ganó ocho veces el Premio Hugo a la mejor revista profesional, de dieciocho nominaciones.

En 1950 a la revista le surgió una nueva competencia con la aparición de Galaxy Science Fiction y The Magazine of Fantasy and Science Fiction. El interés de Campbell en algunos temas de pseudociencia, como la dianética (una versión temprana de la cienciología), alejó a algunos de sus escritores habituales y Astounding perdió su consideración de líder del ramo, aunque continuó publicando historias populares e influyentes como la novela de Hal Clement Misión de gravedad (Mission of Gravity), publicada en 1953, o la de Tom Godwin Las frías ecuaciones (The Cold Equations) al año siguiente. En 1960, Campbell cambió el nombre de la revista a Analog Science Fiction & Fact; quería deshacerse de la palabra Astounding ('sorprendente', 'asombroso', en idioma inglés) del título, pues la consideraba demasiado sensacionalista. Al mismo tiempo, Street & Smith vendió la revista a Condé Nast Publications. Campbell permaneció como editor hasta su muerte en 1971; Ben Bova asumió el control de 1972 a 1978 y el carácter de la revista cambió perceptiblemente. Bova publicó historias como The Gold in the Starbow's End de Frederik Pohl, nominada para los premios Hugo y Nébula, o Hero de Joe Haldeman, el primer relato de la serie ganadora del Hugo y el Nebula La guerra interminable (The Forever War); Pohl había sido incapaz de vender historias a Campbell, quien había rechazado Hero por considerarla inadecuada para la revista. Bova ganó cinco premios Hugo al mejor editor profesional consecutivos como editor de Analog.

A Bova le sucedió Stanley Schmidt, quien continuó publicando historias de la mayoría de los autores que venían contribuyendo desde hacía años, lo que conllevó algunas críticas indicando que la revista se había estancado, aunque Schmidt inicialmente tuvo éxito en el mantenimiento de la tirada. La revista fue vendida a Davis Publications en 1980 y luego a Dell Magazines en 1992. Crosstown Publications adquirió Dell en 1996 y continúa siendo su editorial. Schmidt continuó editando la revista hasta 2012, cuando fue reemplazado por Trevor Quachri.

En 1926 Hugo Gernsback había lanzado Amazing Stories, la primera revista dedicada íntegramente a la ciencia ficción. Gernsback había estado publicando historias de ficción científica durante algún tiempo en sus revistas de aficionados, como Modern Electrics y Electrical Experimenter, pero decidió que el interés por el género era suficiente para justificar una revista mensual. Amazing fue todo un éxito, llegando rápidamente a una tirada de más de 100 000 ejemplares.[1]William Clayton, exitoso y respetado editor de varias revistas pulp, consideró la posibilidad de lanzar una publicación competitiva en 1928; según Harold Hersey, uno de sus redactores por entonces, Hersey había «discutido planes con Clayton para lanzar una hoja de fantasía pseudo-científica».[2]​ Clayton no estaba convencido, pero al año siguiente decidió lanzar una nueva revista, principalmente porque la hoja en la que se imprimían las portadas a color de sus revistas tenía un espacio para una cubierta más. Sugirió a Harry Bates, un editor recién contratado, que lanzaran una revista de historias de aventuras históricas. Bates propuso en su lugar un pulp de ciencia ficción, que se titularía Astounding Stories of Super Science, y Clayton estuvo de acuerdo.[3][4]

     Harry Bates       F. Orlin Tremaine      John W. Campbell      Ben Bova      Stanley Schmidt

Astounding fue publicado inicialmente por Publisher's Fiscal Corporation, una filial de Clayton Magazines.[4][7][8]​ El primer número apareció en enero de 1930, con Bates como editor. Bates pretendía publicar historias de acción y aventuras sencillas, solo con los elementos científicos imprescindibles para proporcionar una mínima plausibilidad.[4]​ Clayton pagó tarifas mucho mejores que Amazing y Wonder Stories —dos centavos por palabra en el momento de la aceptación, en lugar de medio centavo por palabra a la aceptación (o algunas veces más tarde)—, por lo que Astounding atrajo a algunos de los escritores de pulp más conocidos, como Murray Leinster, Victor Rousseau o Jack Williamson.[3][4]​ En febrero de 1931, el nombre original Astounding Stories of Super-Science se acortó a Astounding Stories.[9]

La revista era rentable,[9]​ pero la Gran Depresión le causó problemas a Clayton. Normalmente, un editor pagaba a la imprenta con tres meses de retraso, pero una restricción de crédito iniciada en mayo de 1931, conllevó que recibiera presiones para reducir este retraso. Las dificultades financieras hicieron que Clayton comenzara a alternar la publicación de sus revistas, y cambió Astounding a una publicidad bimensual con el número de junio de 1932. Debido a la crisis, algunos impresores compraron las revistas que estaban en deuda con ellos, por lo que Clayton decidió montar su propia imprenta para evitar que esto le sucediera, pero resultó ser una decisión desastrosa. Clayton no disponía del dinero necesario para completar la transacción y, en octubre de 1932, decidió cesar la publicación de la revista, con la intención de que el número de enero de 1933 sería el último. Llegado el momento resultó que tenían suficientes historias en existencias y disponían de papel suficiente para publicar otro número, por lo que el último Astounding de Clayton salió en marzo de 1933.[10]​ En abril, Clayton fue a la bancarrota, y vendió sus títulos de la revista a T. R. Foley por 100 dólares; Foley los revendió en agosto a Street & Smith, una editorial bien establecida.[11][12][13]

La ciencia ficción no era totalmente desconocida para Street & Smith, editorial que ya tenían dos títulos de publicaciones pulp que ocasionalmente se aventuraron en ese campo: The Shadow (publicación basada en el personaje radiofónico La Sombra), que había comenzado en 1931 y fue tremendamente exitoso, con una circulación de más de 300 000 ejemplares, y Doc Savage, que había sido lanzada en marzo de 1933.[14]​ La nueva editorial nombró para el puesto de editor de Astounding a F. Orlin Tremaine, un editor con experiencia que había estado trabajando para Clayton como el editor de Clues y que había llegado a Street & Smith como parte de la transferencia de títulos tras la quiebra de Clayton. Desmond Hall, que también venía de trabajar con Clayton, fue nombrado editor adjunto; como Tremaine era redactor de Clue y de Top-Notch Magazine, además de Astounding, Hall realizó gran parte del trabajo editorial, aunque Tremaine conservaba el control final sobre los contenidos.[15]

El primer número de Street & Smith salió en octubre de 1933; hasta el tercer número, en diciembre de 1933, el equipo editorial no aparecía en la mancheta.[15]​ Street & Smith tenía una excelente red de distribución y consiguieron que la tirada de Astounding alcanzara unos 50 000 ejemplares a mediados de 1934.[16]​ Las dos principales revistas rivales de ciencia ficción del momento, Wonder Stories y Amazing Stories, tenían una circulación alrededor de la mitad. Astounding era la principal revista de ciencia ficción a finales de 1934, además de la más voluminosa, con 160 páginas, y la más barata, con un precio de 20 centavos. Las tarifas de Street & Smith de un centavo por palabra (a veces más) a la aceptación no eran tan altas como las pagadas por Bates en el Astounding de Clayton, pero seguían siendo mejores que las de las otras revistas.[17]

Hall dejó Astounding en 1934 para convertirse en editor de la nueva revista slick[n 2]​ de Street & Smith, Mademoiselle, siendo reemplazado por R. V. Happel. Tremaine permaneció en el control de la selección de relatos.[18]​ El escritor Frank Gruber describió el proceso de selección editorial de Tremaine en su libro The Pulp Jungle:[19]

Gruber señaló que podrían pasar muchos meses antes de que Tremaine leyera los relatos del medio; el resultado fueron unos tiempos de respuesta erráticos que a veces se extendían a más de 18 meses.[20]

En 1936 la revista cambió su formato de bordes sin recortar a recortados; Brian Stableford comentó que esto suponía «un importante paso simbólico», ya que los demás pulps de ciencia ficción todavía no estaban recortadas, dándole a Astounding un aspecto más elegante que el de sus competidoras.[4]

Tremaine fue promovido a director editorial adjunto en 1937. El nuevo editor de Astounding fue John W. Campbell, Jr. Campbell se había hecho un nombre a principios de los años 1930 como escritor, publicando space opera bajo su propio nombre y otros relatos más reflexivos bajo el seudónimo Don A. Stuart. Comenzó a trabajar para Street & Smith en octubre de 1937, por lo que su primera influencia editorial se vio en el número de diciembre de 1937. El número de marzo de 1938 fue el primero del que fue plenamente responsable.[21][22]​ A principios de 1938, Street & Smith abandonó su política de tener redactores jefe, con lo que el puesto de Tremaine se hizo redundante. Su abandono de la editorial, el 1 de mayo de 1938, dejó a Campbell un mayor control de la revista.[23]

Una de las primeros decisiones de Campbell fue cambiar el nombre de la revista de Astounding Stories a Astounding Science-Fiction, a partir del número de marzo de 1938. La política editorial de Campbell estaba dirigida a lectores de ciencia ficción más maduros y consideraba que «Astounding Stories» no transmitía la imagen correcta.[23]​ Su intención era eliminar también la palabra «Astounding» del nombre, quedando tan solo como Science Fiction, pero en 1939 apareció una nueva revista con ese título. Pero aunque «Astounding» se mantuvo en el nombre, desde entonces en las portadas a menudo se imprimía en un color que lo hacía mucho menos visible que «Science-Fiction».[4]​ A principios de 1942 se incrementó, por primera vez, el precio de la revista, que pasó a costar 25 centavos; al mismo tiempo cambió también el formato a uno de mayor tamaño, el bedsheet,[n 3]​ aunque no duró mucho tiempo ya que volvió al tamaño pulp a mediados de 1943 durante seis números y posteriormente se convirtió en la primera revista de ciencia ficción en adoptar el formato digest en noviembre de 1943, aumentando a su vez el número de páginas para mantener el mismo número de palabras total.[n 4]​ El precio de 25 centavos se mantuvo durante todo el proceso de estos cambios en el formato.[7][24]

El precio volvió a incrementarse, esta vez a 35 centavos, en agosto de 1951.[7]​ A finales de la década de 1950, se hizo evidente para la editorial que iban a tener que subir el precio de nuevo. Durante 1959, Astounding se vendió a 50 centavos en algunas zonas para averiguar cuál sería el impacto en la tirada. Los resultados fueron aparentemente satisfactorios y el precio se elevó en el número de noviembre de 1959.[25]​ Al año siguiente, Campbell finalmente consiguió su objetivo de deshacerse de la palabra «Astounding» en el título de la revista, cambiándola a Analog Science Fact/Science Fiction. El «/» en el título fue sustituido a menudo por un símbolo de la invención de Campbell, parecido a una U invertida traspasada por una flecha horizontal y con el significado de «análogo a». El cambio comenzó con la edición de febrero de 1960, y se completó en octubre; durante varios números, en la portada de la revista figuraba al mismo tiempo tanto «Analog» como «Astounding», con «Analog» destacando cada vez más sobre «Astounding» con cada número.[n 5][n 1][4][26]

Street & Smith fue adquirida por Samuel Newhouse, propietario de Condé Nast Publications, en agosto de 1959, aunque Street & Smith no se fusionó en Condé Nast hasta finales de 1961.[27]Analog era la única revista de formato digest en el inventario de Condé Nast —las demás eran slicks, como Vogue y Vanity Fair—. Todos los anunciantes de estas revistas tenían plantillas diseñadas para sacar provecho de este tamaño, por lo que Condé Nast cambió el formato de Analog a un tamaño mayor desde el número de marzo de 1963 para amoldarse. Las cubiertas delantera y trasera pasaron a imprimirse en papel brillante, para destacar los anuncios y las características científicas. Sin embargo, el cambio no atrajo apoyo publicitario y desde el número de abril de 1965, Analog volvió al formato digest una vez más. La tirada, que había estado creciendo antes del cambio, no se vio perjudicada y continuó aumentando mientras Analog se publicó en formato slick.[28]​ A partir de la edición de abril de 1965 el nombre cambió el orden de las palagras «Fiction» y «Fact», de modo que se convirtió en Analog Science Fiction/Science Fact.[29]

Campbell murió repentinamente en julio de 1971, pero había suficiente material en las existencias de Analog como para permitir que el resto del personal pudiera reunir temas para publicar los números del resto del año.[30]​ Condé Nast le había prestado muy poca atención a la revista, ya que era rentable y barata de producir, pero estaban orgullosos de que fuera la revista líder en el campo de la ciencia ficción. Consultaron con Kay Tarrant, que había sido asistente de Campbell, para que ley ayudara a encontrar un sustituto, y este se puso en contacto con los autores que contribuían regularmente con la revista para que aportaran sugerencias. Algunos escritores de renombre a los que se les ofreció el puesto lo rechazaron; Poul Anderson no quería dejar California, y tampoco Jerry Pournelle, que además consideraba que el salario era insuficiente. Antes de morir, Campbell había hablado con Harry Harrison sobre la posibilidad de hacerse cargo de la redacción, pero Harrison no quería vivir en Nueva York. Se rumoreó que se le ofreció el puesto a Lester del Rey y Clifford D. Simak, aunque Simak lo negó; Frederik Pohl estaba interesado, pero sospechaba que su deseo de cambiar la dirección de la revista disminuía sus posibilidades con Condé Nast.[31]​ El vicepresidente de Condé Nast encargado de seleccionar al nuevo editor decidió leer textos de ficción y no ficción de los solicitantes, ya que el nombre de la revista incluía tanto «ciencia ficción» (Science Fiction) como «hecho científico» (Science Fact). Eligió a Ben Bova, al que después dijo que sus relatos y artículos «eran los únicos que podía entender».[31]​ El número de enero de 1972 fue el primero en el que Bova apareció en la mancheta.[7]

La intención de Bova era permanecer durante cinco años, para asegurar una transición tranquila tras de la repentina muerte de Campbell; el salario era demasiado bajo para que considerara mantenerse indefinidamente en el puesto. En 1975 propuso la creación de una nueva revista a la dirección de la editorial, que se llamaría Tomorrow Magazine; quería publicar artículos sobre ciencia y tecnología, aligerados con algunas historias de ciencia ficción. Condé Nast no estaba interesado y se negó a ayudar a Analog con mercadotecnia o promociones. Bova renunció en junio de 1978, tras permanecer un poco más de lo que había planeado, y recomendó a Stanley Schmidt para sucederle. El primer número de Schmidt fue el de diciembre de 1978, aunque el material comprado por Bova todavía apareció durante varios meses.[32]

En 1977 Davis Publications lanzó la revista Isaac Asimov's Science Fiction Magazine y, tras la partida de Bova, Joel Davis, propietario de Davis Publications, se puso en contacto con Condé Nast con el fin de adquirir Analog. La revista siempre había sido difícil de adaptar a la línea editorial de Condé Nast, con publicaciones como Mademoiselle y Vogue, y en febrero de 1980 se cerró el acuerdo. El primer número publicado por Davis fue el de septiembre de 1980.[33]​ Davis estaba dispuesto a aportar un cierto esfuerzo en la mercadotecnia de Analog, así que Schmidt consideró que probablemente el cambio sería beneficioso,[32]​ y de hecho la tirada creció rápidamente, invirtiendo una caía gradual durante los años de Bova, pasando de unos 92 000 ejemplares en 1981 a casi 110 000 dos años después. A partir del primer número de 1981, Davis cambió la publicación de la revista a una periodicidad cuatrisemanal, en lugar de mensual, para adaptar el programa de producción con un calendario semanal. En lugar de aparecer como «enero de 1981», el primer número bajo este nuevo régimen fue datado como «5 de enero de 1981», pero esto condujo a que los quioscos retiraran la revista mucho más rápidamente, puesto que la fecha dio la impresión que era una revista semanal. La fecha de la portada se cambió de nuevo mostrando el mes de publicación a partir del número de abril de 1982, pero el nuevo sistema semanal se mantuvo, por lo que salió una edición «Mid-September» (mediados de septiembre) en 1982 y 1983 y los números «Mid-December» durante más de una década.[33]​ La tirada se redujo lentamente durante los años 1980, llegando a 83 000 ejemplares a finales de 1990; para entonces la gran mayoría de lectores eran suscriptores, pues las ventas en quiosco bajaron a solamente 15 000.[29]

     Stanley Schmidt      Trevor Quachri

En 1992 Analog fue vendida a Dell Magazines y Dell fue a su vez adquirida por Crosstown Publications en 1996.[29]​ Ese año dejaron de aparecer los números «Mid-December» y al año siguiente las ediciones de julio y agosto se combinaron en un único número.[29]​ En el año 2000 se lanzó una edición en formato eBook, que se ha hecho cada vez más popular; la tirada de estos números en formato electrónico no se reflejan en los listados de circulación anual,[29]​ y su tirada en 2011 estaba en torno a los 27 000.[34]​ En 2004 se unieron las ediciones de enero y febrero, de modo que ese año solo aparecieron diez números. Schmidt se retiró en agosto de 2012 y su puesto fue ocupado por Trevor Quachri.[29]​ Desde enero de 2017 la frecuencia de publicación pasó a ser bimestral (seis números por año).[35]

Astounding nació como una revista orientada a la aventura: a diferencia de Gernsback con su Amazing Stories, Bates no tenía interés en educar a sus lectores a través de la ciencia. Las portadas estaban todas pintadas por Wesso[n 6]​ y todas ellas cargadas de acción; la del primer número mostraba una especie de escarabajo gigante atacando a un hombre. Bates no aceptaba historias experimentales, basándose principalmente en tramas predecibles. En oponión de Mike Ashley, un historiador de ciencia ficción, Bates estaba «destruyendo los ideales de la ciencia ficción».[36]​ Un relato históricamente importante que casi apareció en Astounding fue Triplanetaria (Triplanetary), de E. E. Smith, que Bates habría publicado si la revista no hubiese dejado de imprimirse a principios de 1933. La portada que Wesso había pintado para este relato apareció en la edición de marzo de 1933, la última que fue publicada por Clayton.[37]

Cuando Street & Smith adquirió Astounding, también planeaban relanzar otra revista pulp de Clayton, Strange Tales, por lo que adquirieron material para ella antes de finalmente decidieran no publicarla. Estas historias aparecieron en la primera Astounding de Street & Smith, el número de octubre de 1933.[11]​ Este número y el siguiente no tenían nada especial, pero con la edición de diciembre, Tremaine publicó una declaración de política editorial, pidiendo historias con lo que él denominó «Thought Variant» (variante de pensamiento) que contuvieran ideas originales, provocadoras, sin restricciones y no que simplemente reprodujeran aventuras en un contexto de ciencia ficción.[38][39]​ Probablemente esta política fue elaborada entre Tremaine y Desmond Hall, su editor adjunto, en un intento de dar a la revista una identidad propia en el mercado que lo distinguiera de las revistas de ciencia ficción existentes y las pulps de héroes, como La Sombra, que a menudo utilizaban ideas de la ciencia ficción.[40]

Es posible que la política de Thought Variant se introdujera con fines publicitarios, más que como un intento real de definir el tipo de ficción que Tremaine estaba buscando;[4]​ los primeros relatos Thought Variant no siempre fueron muy originales o bien escritos.[40]​ Mike Ashley describe el primero, Voces ancestrales (Ancestral Voices), de Nat Schachner, indicando que «no está entre los mejores de Schachner»; el segundo, Colossus , de Donald Wandrei, no era una idea nueva, sino que estaba escrito con vigor. A lo largo de los siguientes números, se hizo evidente que Tremaine estaba genuinamente dispuesto a publicar material que habría sido rechazado por tabúes editoriales en otros lugares. Publicó por entregas Lo!, de Charles Fort, un trabajo de no ficción sobre fenómenos extraños e inexplicables, en ocho números entre abril y noviembre de 1934, en un intento de estimular nuevas ideas para los relatos.[40]​ La publicación más memorable de 1934 fue probablemente La legión del espacio, de Jack Williamson, que comenzó a publicarse por entregas en abril, aunque hubo otras historias notables, como Sidewise in Time, de Murray Leinster, que fue el primer relato de ciencia ficción que utilizó la idea de la ucronía,[40][41]The Bright Illusion, de C. L. Moore, o Twilight, de John W. Campbell bajo el seudónimo Don A. Stuart. Twilight, relato escrito en un estilo más literario y poético que las space opera anteriores de Campbell, fue particularmente influyente y Tremaine animó a otros escritores a escribir relatos similares. Uno de ellos fue Old Faithful, de Raymond Z. Gallun, que apareció en la edición de diciembre de 1934 y fue lo suficientemente popular como para que Gallun escribiera una secuela, Son of Old Faithful, publicada en el número de julio del año siguiente.[40]​ Sin embargo la space opera seguía siendo popular y dos novelas de este género se publicaron también en 1934: Un mundo destruido (Skylark of Valeron), de E. E. Smith y The Mightiest Machine, de Campbell. Al final del año, Astounding era la líder indiscutible del pequeño campo de revistas de ciencia ficción.[4]

El lector de Astounding era más culto y maduro que el de las otras revistas del género y esto se reflejó en el material gráfico de las portadas, casi en su totalidad obra de Howard V. Brown, cuyas cubiertas eran menos llamativas que las de Wonder Stories o Amazing Stories. Respecto al material gráfico del interior, Ashley lo describe como «fascinante, mostrando indicios de una tecnología superior sin ignorar el elemento humano», y destaca la obra de Elliot Dold como particularmente impactante.[40]

La política de Tremaine de publicar el material que le gustaba, aunque no estuviera incluido estrictamente dentro de los límites del género, le llevó a publicar por entregas la novela de H. P. Lovecraft En las montañas de la locura a principios de 1936. A este le siguió otro trabajo de Lovecraft, En la noche de los tiempos, en junio de 1936, aunque por ello se recibieron quejas de los puristas de la ciencia ficción. Sin embargo Tremaine generalmente fue incapaz de mantener el alto nivel que había establecido en los primeros años, tal vez porque su carga de trabajo era elevada. Sus lentas respuestas a los relatos que le remitían desalentaron a nuevos autores, aunque él siempre podía confiar en los colaboradores regulares, como Jack Williamson, Murray Leinster, Raymond Gallun, Nat Schachner o Frank Belknap Long.

Durante la última mitad de su mandato surgieron nuevos escritores, como Ross Rocklynne, Nelson S. Bond o L. Sprague de Camp, cuya primera aparición fue en el número de septiembre de 1937 con The Isolinguals.[42]​ Tremaine imprimió algunos artículos de no ficción durante su cargo, como la serie de 18 partes de Campbell sobre el sistema solar entre junio de 1936 y diciembre de 1937.[42]

Street & Smith contrató a John W. Campbell en octubre de 1937. Aunque no se hizo con el control editorial de Astounding por completo hasta el número de marzo de 1938, ya antes consiguió introducir algunas nuevas señas de identidad. En enero de 1938, comenzó a incluir una breve descripción de los relatos del próximo número, titulado «In Times To Come» (En los tiempos venideros); y en marzo introdujo «The Analytical Laboratory» (El laboratorio analítico), que recababa los votos de los lectores y clasificaba los relatos por orden. La tarifa que se pagaba en aquel momento era de un centavo por palabra, pero Street & Smith accedió a que Campbell pagara una bonificación de un cuarto de centavo adicional al escritor cuyo relato estuviera en el primer puesto de la lista de votos.[42]

Campbell quería que sus escritores proporcionaran acción y entusiasmo, pero también quería que las historias atrajeran a un público que había madurado durante la primera década de la ciencia ficción. Quería que sus escritores escribieran relatos que parecieran haber sido publicadas como no ficción en una revista del futuro; un lector del futuro no necesitaría largas explicaciones para los artefactos existentes en sus vidas, por lo que Campbell pidió a sus escritores que encontraran maneras de introducir la tecnología de manera natural en sus relatos. También introdujo artículos regulares de no ficción, con el objetivo de estimular ideas para los relatos; los principales colaboradores de estos artículos fueron R. S. Richardson, L. Sprague de Camp y Willy Ley.[42]

Cambió el enfoque de la portada de la revista, con la esperanza de que un material gráfico más maduro atrajera a más lectores adultos y les permitiera llevar la revista en la mano sin sentir vergüenza. Howard V. Brown había realizado casi todas las portadas del Astounding de Street & Smith, y Campbell le pidió que hiciera una imagen astronómicamente precisa del Sol visto desde Mercurio para el número de febrero de 1938. También introdujo a Charles Schneeman como artista de portadas a partir del número de mayo de 1938, y a Hubert Rogers en febrero de 1939; Rogers rápidamente se convirtió en el ilustrador habitual, encargándose de todas las portadas excepto cuatro entre septiembre de 1939 y agosto de 1942.[42]

Debido a su inmensa influencia en el género, la etapa de Campbell como editor de Astounding se conoce como la Edad de oro de la ciencia ficción. Tras dos años como editor, había publicado relatos de muchos de los escritores que acabarían convirtiéndose en figuras centrales de la ciencia ficción. Entre ellos estaban autores establecidos como L. Ron Hubbard, Clifford D. Simak, Jack Williamson, L. Sprague de Camp, Henry Kuttner o C. L. Moore, que se hicieron asiduos de Astounding o de su revista hermana, Unknown, y nuevos escritores que publicaron algunas de sus primeros relatos en Astounding, como Lester del Rey, Theodore Sturgeon, Isaac Asimov, A. E. van Vogt o Robert Heinlein.[43]

El número de abril de 1938 incluyó el primer relato de Lester del Rey, The Faithful, y la segunda venta de L. Sprague de Camp, Hyperpilosity.[42]The Legion of Time, de Jack Williamson, descrita por el escritor y editor Lin Carter como «posiblemente el mayor relato de una sola aventura en la historia de la ciencia ficción»,[44]​ comenzó a publicarse por entregas en el número siguiente. De Camp contribuyó también con un artículo de no ficción, Language for Time Travelers, en el número de julio, que también contenía la primera venta de ciencia ficción de Hubbard, The Dangerous Dimension. Hubbard había estado vendiendo por entonces relatos de literatura popular a revistas pulp durante varios años. El mismo número incluía también Rule 18, de Clifford D. Simak; Simak había medio abandonado la ciencia ficción aproximadamente un año después de adentrarse en el género en 1931, pero retornó atraído por el enfoque editorial de Campbell. El siguiente número contó con una de las obras más conocidas de Campbell, Who Goes There?, e incluía también The Disinherited de Kuttner, que había estado vendiendo con éxito a otras revistas pulp durante varios años, pero este fue su primer relato en Astounding. En octubre L. Sprague de Camp inició una popular serie sobre un oso inteligente llamado Johnny Black con La orden (The Command).[42]

El mercado de la ciencia ficción experimentó un gran aumento al año siguiente; se lanzaron varias revistas nuevas, como Startling Stories en enero de 1939, Unknown en marzo (complementaria de Astounding más orientada a la fantasía, también editada por Campbell), Fantastic Adventures en mayo y Planet Stories en diciembre. Todas las competidoras, incluidas las dos principales ya existentes, Wonder Stories y Amazing Stories, estaban publicando space opera, historias de aventuras interplanetarias u otros temas similares que se venían utilizando desde los primeros días del género. La intención de Campbell de hacer más madura la ciencia ficción llevaron a una división natural de los escritores: los que no podían escribir ajustándose a sus estándares continuaron vendiendo a otras revistas; y los que podían ajustarse a Campbell rápidamente centraron su atención en Astounding y vendieron relativamente poco a las otras revistas. La expansión del mercado también benefició a Campbell porque los escritores sabían que si él rechazaba sus trabajos, podían volver a enviar esas historias a otra revista, con lo que se sentían con menos presión y mayor libertad para intentar escribir de acuerdo a su modelo.[45]

Durante 1939, el grupo de colaboradores habituales de Campbell se incrementó con la incorporación de varios nombres nuevos que le vendieron su primer relato ese año. En julio el más destacado fue Black Destroyer, la primera venta de van Vogt; el mismo número incluyó también Trends (publicado en español como Opinión pública o Tendencias), la primera venta de Asimov a Campbell y su segundo relato publicado. Otras primeras ventas fueron relatos como Lifeline de Heinlein en agosto y Ether Breather (publicado en español como Respirador de éter o Etéreo) de Sturgeon el mes siguiente.[45]​ Uno de los autores más populares de la space opera, E. E. Smith, reapareció en octubre, con la primera entrega de Gray Lensman (Hombres de la lente gris), una secuela de Patrulla galáctica (Galactic Patrol), que había aparecido en la revista dos años antes.[45]

Heinlein se convirtió rápidamente en uno de los colaboradores más prolíficos de la revista, publicando tres novelas en los dos años siguientes, Si esto continúa... (If This Goes on...), Sixth Column y Los hijos de Matusalén (Methuselah's Children, también publicada en español como Las 100 vidas de Lazarus Long), y media docena de cuentos cortos. En septiembre de 1940 se inició la publicación por entregas de la primera novela de van Vogt, Slan, obra inspirada en parte por un desafío de Campbell a van Vogt de que era imposible contar una historia de un superhombre desde el punto de vista del superhombre. Resultó ser una de las obras más populares publicadas por Campbell, y un ejemplo de la forma en trabajaba con sus escritores para alimentar sus ideas y generar el material que quería comprar. La serie de los robots de Isaac Asimov comenzó a tomar forma en 1941 con Razón (Reason) y ¡Embustero! (Liar!), que aparecieron en los números de abril y mayo; como pasó con Slan, estas historias fueron inspiradas en parte por las conversaciones entre el autor y Campbell.[45]​ El número de septiembre de 1941 incluía Cae la noche de Asimov, probablemente el relato estadounidense de ciencia ficción más famoso que se haya escrito,[46]​ y en noviembre se inició la publicación por entregas de El espía interplanetario (Second Stage Lensmen), la segunda novela de la serie Lensman de E. E. Smith.[45]

El año siguiente trajo la primera entrega de las historias de la serie de la Fundación de Asimov; Foundation apareció en mayo y Bridle and Saddle en junio.[45]Recruiting Station de van Vogt, en el número de marzo, fue el primer relato de su serie Weapon Shop, descrita por el crítico John Clute como la más atractiva de todas las obras de van Vogt.[47]​ Henry Kuttner y C. L. Moore comenzaron a aparecer regularmente en la revista, a menudo publicando juntos bajo el seudónimo Lewis Padgett, y se añadieron nuevos escritores como Hal Clement, Raymond F. Jones o George O. Smith, que acabaron convirtiéndose en colaboradores habituales. El número de septiembre de 1942 contenía Nerves, de Lester del Rey, que trataba sobre las consecuencias de una explosión en una planta nuclear.[45]

A partir de 1942 algunos de los colaboradores habituales, como Heinlein, Asimov o Hubbard, que se habían unido al esfuerzo de la guerra, aparecieron con menos frecuencia. Entre los que quedaron, los más importantes fueron van Vogt, Simak, Kuttner, Moore y Fritz Leiber, todos ellos con una menor orientación hacia la tecnología en sus obras que escritores como Asimov o Heinlein, lo que dio lugar a la aparición de una ficción más orientada al aspecto sicológico, como El mundo de los No-A (The World of Null-A) de van Vogt, que comenzó a publicarse por entregas en 1945. Kuttner y Moore contribuyeron con una serie humorística sobre un inventor, Galloway Gallegher, que sólo podía inventar mientras estaba borracho, aunque ambos escritores podían escribir obras de ficción más serias.[48]​ Campbell les había pedido que escribieran ciencia ficción sin restricciones y con la misma libertad que les había ofrecido para las obras de fantasía que estaban escribiendo para Unknown, la revista de fantasía de Street & Smith; el resultado fue Mimsy Were the Borogoves (publicada en español como Findiga era la arboleda o Mimosos se atristaban los borloros), que apareció en febrero de 1943 y actualmente está considerado como un clásico.[48][n 7]¡Hágase la oscuridad! (Gather, Darkness!), de Leiber, publicado por entregas en 1943, se situó en un mundo donde el conocimiento científico permanece oculto para las masas y se presenta como magia; al igual que Kuttner y Moore, Leiber publicaba simultáneamente fantasías en Unknown.[48]

Junto con la ciencia ficción blanda, Campbell continuó publicando ficción tecnológica, como Tiempo límite (Deadline), de Cleve Cartmill, una historia sobre el desarrollo de la bomba atómica. Apareció en 1944, en los inicios del desarrollo atómico, cuando el Proyecto Manhattan todavía no era de conocimiento público; Cartmill utilizó su experiencia en física atómica para desarrollar una historia plausible que tenía grandes similitudes con el programa de investigación secreta del mundo real, tanto que incluso llevó a que agentes de la inteligencia militar estadounidense llamaran a Campbell a declarar, aunque quedaron satisfechos con sus explicaciones de cómo Cartmill había podido hacer tantas suposiciones certeras.[50]​ En palabras del crítico de ciencia ficción John Clute, «la predicción de Cartmill hizo que los seguidores de la ciencia ficción se sintieran enormemente orgullosos», ya que algunos consideraron que el relato demostraba que la ciencia ficción podría ser un predictivo del futuro.[51]

A finales de la década de 1940, Thrilling Wonder y Startling Stories comenzaron a publicar ficción mucho más madura que la que tenían durante la guerra y, aunque Astounding seguía siendo la revista líder en el campo de la ciencia ficción, ya no era el único mercado para los escritores que habían estado vendiendo sus relatos regularmente a Campbell, aunque muchos de los mejores escritores nuevos todavía eligieron a Astounding en lugar de otras revistas. El primer relato de Arthur C. Clarke, Lo imprevisto (Loophole), apareció en el número abril de 1946, y otro escritor británico, Christopher Youd (seudónimo de Samuel Youd, mucho más conocido bajo otro de sus seudónimos, John Christopher), comenzó su carrera con El árbol de Navidad (Christmas Tree) en el número de febrero de 1949. La primera venta de William Tenn, El cebo (Alexander the Bait), apareció en mayo de 1946, y Una y otra vez (Time and Time Again), fue el primero de H. Beam Piper, publicado en el número de abril de 1947. Junto con estos nuevos escritores, Campbell seguía publicando material sólido de autores que se habían establecido durante la guerra. Entre las historias más conocidas de esta época están Vintage Season, de C. L. Moore (bajo el seudónimo Lawrence O'Donnell); With Folded Hands (publicado en español como Con los brazos cruzados o De brazos cruzados), de Jack Williamson; Los jugadores de No-A (The Pawns of Null-A), secuela de El mundo de los No-A de van Vogt; y Children of the Lens, la entrega final de la serie Lensman, de E. E. Smith.[52]

En el número de noviembre de 1948, Campbell publicó una carta al editor de un lector llamado Richard A. Hoen que contenía una clasificación detallada del contenido de un número «un año en el futuro». Campbell siguió con la broma y contrató relatos de la mayoría de los autores mencionados en la carta que tendrían los títulos imaginarios de la relación de Hoen. Una de las historias más conocidas de ese número es Abismo (Gulf), de Heinlein. Otros relatos y artículos fueron escritos por algunos de los autores más famosos de la época: Asimov, Sturgeon, del Rey, van Vogt, Sprague de Camp y el astrónomo Robert S. Richardson.[53]

La fuerte personalidad de Campbell lo había llevado a entrar en conflicto en 1950 con algunos de sus principales escritores, lo que conllevó que algunos abandonaran la revista.[54]​ El lanzamiento de The Magazine of Fantasy & Science Fiction y Galaxy Science Fiction en 1949 y 1950, respectivamente, marcó el final del dominio de Astounding entre las revistas de ciencia ficción,[54]​ liderazgo que para algunos pasó a ser de Galaxy.[n 8]​ El creciente interés de Campbell por la pseudociencia también dañó su reputación en el campo;[56]​ se implicó profundamente con el nacimiento de la dianética, publicando el primer artículo de Hubbard sobre ella en el número de mayo de 1950, y dándole una gran promoción en los meses anteriores;[57]​ más adelante defendió también conceptos paranormales como la «psiónica» y otros temas como los dispositivos antigravedad.[4]

Aunque su entusiasmo hacia estos temas disminuyó la reputación de Campbell, la revista siguió publicando ciencia ficción popular e influyente.[58]​ En 1953 se publicó por entregas Misión de gravedad, de Hal Clement, descrita por John Clute y David Langford como «una de las novelas más apreciadas de la ciencia ficción»,[59]​ y en 1954 se publicó Las frías ecuaciones (The Cold Equations), de Tom Godwin. Este relato, sobre una muchacha que se cuela como polizón en una nave espacial, generó un gran debate entre los lectores, y está considerado como el identificador del carácter del Astounding de Campbell.[60][61]​ La nave transporta un antídoto a una colonia planetaria con el fin de salvar a un grupo de colonos atacados por un virus mortal y está pilotada por un solo hombre; la nave no dispone de suficiente combustible para llegar al planeta si la muchacha permanece a bordo, por lo que las «frías ecuaciones» de la física obligan al piloto a deshacerse de la muchacha para salvarse él y a los colonos.[61]

En los años 1950 y principios de los años 1960, escritores como Gordon R. Dickson, Poul Anderson y Harry Harrison aparecieron regularmente en la revista.[58]Dune, de Frank Herbert, fue publicada por entregas en dos secuencias separadas, una en 1963 y otra 1965, y pronto se convirtió en «una de las novelas más famosas de la ciencia ficción».[62]

En 1965 Campbell recibió su octavo Premio Hugo al mejor editor profesional, el último que ganó.[54]

El igual que Campbell, Bova era un tecnófilo con base científica y pronto puso de manifiesto en su política editorial su deseo de que Analog continuara centrándose en historias con una base científica, aunque también dejó claro que el cambio era inevitable.[63]​ Durante sus primeros meses al frente de la revista, algunos lectores asiduos enviaron cartas de queja cuando juzgaron que Bova no estaba cumpliendo con los estándares de Campbell, en especial cuando empezaron a aparecer escenas de sexo.[n 9]​ A lo largo de la década de 1970, Bova continuó publicando autores como Anderson, Dickson o Christopher Anvil, que ya colaboraban regularmente durante el mandato de Campbell, pero también atrajo a autores que no habían podido vender a Campbell, como Gene Wolfe, Roger Zelazny o Harlan Ellison.[64]Frederik Pohl, que años más tarde comentó en su autobiografía sus dificultades para venderle a Campbell, apareció en el número de marzo de 1972 con The Gold at the Starbow's End, relato que fue nominado para los premios Hugo y Nebula. En el verano del mismo año se publicó Hero, de Joe Haldeman, primer relato de su serie La guerra interminable (The Forever War), que Campbell había rechazado, indicando que se abusaba de las obscenidades y por lo inverosímil de que hombres y mujeres combatieran juntos; Bova pidió verlo de nuevo y lo aceptó sin solicitar cambios.[65]​ Entre otros nuevos escritores que publicaron con Bova se encuentran Spider Robinson, cuya primera venta fue The Guy With the Eyes, en febrero de 1973, George R. R. Martin, con Una canción para Lya (A Song for Lya), en junio de 1974 y Orson Scott Card, con El juego de Ender (Ender's Game), en el número de agosto de 1977.[64][65]

Dos de los artistas de las portadas de la revista que habían sido colaboradores regulares con Campbell, Kelly Freas y John Schoenherr, continuaron haciéndolo; además de ellos, Bova comenzó a ofrecer regularmente cubiertas a Rick Sternbach y Vincent di Fate. Jack Gaughan, que había tenido poca relación con Campbell, vendió varias cubiertas a Bova.[66][67]

Ben Bova ganó el Premio Hugo al mejor editor profesional cinco años consecutivos, de 1973 a 1977.[68]

Schmidt era profesor asistente de física cuando se convirtió en editor de Analog y su formación científica era muy adecuada para los lectores de la revista. Evitó cambios drásticos y continuó con la tradición de escribir editoriales provocativos, aunque en ellos rara vez hablaba de ciencia ficción.[n 10]​ En 1979 resucitó «Probability Zero» (Probabilidad cero), una sección que Campbell había dirigido a principios de los años 1940 que publicaba historias absurdas (relatos humorísticos con premisas científicas ridículas o imposibles). También en 1979, Schmidt inició «The Alternate View» (La opinión alternativa), una columna de opinión que escrita en números alternos por G. Harry Stine y Jerry Pournelle que, a principios de 2017 todavía sigue siendo una sección de la revista, aunque ahora con diferentes colaboradores.[29][69][70]

El grupo de colaboradores de relatos de ficción permaneció prácticamente sin cambios desde los tiempos de Bova, e incluía nombres como Poul Anderson, Gordon R. Dickson o George O. Smith, familiares para los lectores de la era Campbell. Esta continuidad conllevó críticas dentro del campo, como la de Bruce Sterling que en 1984 escribió que la revista «se ha vuelto vieja, aburrida y sin sentido... Es una situación que pide a gritos un cambio. Analog ya no se deja leer.»[71]​ A pesar de ello la revista prosperó y, aunque parte del aumento de la tirada a principios de los años 1980 pudo deberse al gran esfuerzo de Davis Publications para aumentar suscripciones, Schmidt sabía lo que querían sus lectores y se aseguró de conseguirlo; en 1985 manifestó: «Reservo Analog para el tipo de ciencia-ficción que he descrito aquí: buenas historias sobre personas con problemas en los que alguna parte de la ciencia especulativa plausible (o al menos no demostrablemente inverosímil) juega un papel indispensable.»[72]

A lo largo de las décadas de Schmidt como editor, muchos escritores se convirtieron en colaboradores regulares, como Catherine Asaro, Maya Kaathryn Bohnhoff, Michael Flynn, Geoffrey A. Landis, Paul Levinson, Robert J. Sawyer, Charles Sheffield o Harry Turtledove.

Schmidt nunca ganó un Premio Hugo al mejor editor profesional mientras estuvo a cargo de la revista, pero después de haberse retirado ganó la edición de 2013 en su versión «Short Form».[29]

Los editores de la revista fueron los siguientes:[29]

A lo largo de los años la revista fue cambiando de nombre:[73]

La revista se tituló originalmente Astounding Stories of Super-Science; se acortó a Astounding Stories de febrero de 1931 a noviembre de 1932, y el título más largo volvió para las tres ediciones de Clayton a principios de 1933. Los números de Street & Smith comenzaron como Astounding Stories, cambiado a Astounding Science-Fiction en marzo de 1938. El guion desapareció en noviembre de 1943 (aunque en la portada se mantuvo hasta noviembre de 1946)[73][n 1]​ y el título se mantuvo sin cambios hasta 1960, cuando Analog Science Fact & Fiction se introdujo gradualmente entre febrero y octubre. En abril de 1965 se invirtió el orden, quedando como Analog Science Fiction & Fact, que se ha mantenido desde entonces, aunque ha sufrido diversas variaciones estilísticas y ortográficas.[29][74]

Astounding fue publicado en formato pulp hasta el número de enero de 1942, cuando se cambió al bedsheet.[n 3]​ Volvió al pulp durante seis números en mayo de 1943 y se convirtió en la primera revista de ciencia ficción en adoptar el formato digest en noviembre de 1943. El formato permaneció sin cambios hasta que Condé Nast publicó 25 números de Analog en bedsheet entre marzo de 1963 y marzo de 1965, momento en el que volvió de nuevo al digest.[74]​ En mayo de 1998 y de nuevo en diciembre de 2008, se cambió el formato para que fuera ligeramente mayor que el tamaño digest habitual: primero a 21,0 × 13,5 cm y luego a 21,7 × 14,8 cm.[29]

Atlas Publishing and Distributing Company publicó una edición británica desde agosto de 1939 hasta agosto de 1963, inicialmente en formato pulp, cambiando a digest a partir de noviembre de 1953. Los números pulp comenzaron con 96 páginas, luego pasaron a 80 páginas con el número de marzo de 1940 y a 64 páginas en diciembre de ese año. Todos los números digest tenían 128 páginas. El precio fue de 9 £sd hasta octubre de 1953; a partir de entonces fue 1/6 hasta febrero de 1961 y 2/6 hasta que dejó de publicarse. El material publicado en los números británicos se seleccionaba en Estados Unidos; la mayoría de los relatos se correspondían a un único número de la edición estadounidense, aunque se utilizaron otros relatos de ediciones anteriores o posteriores para completar la revista.[76]​ Las cubiertas por lo general fueron reimpresiones de los originales estadounidenses.[77]​ Se distribuyeron algunos números de esta edición en Australia en los años 1940, con un precio distinto, aunque probablemente sin más cambios.[n 1]

Una revista italiana, Scienza Fantastica, publicó siete números entre abril de 1952 y marzo de 1953, cuyo contenido se extrajo fundamentalmente de Astounding, junto con algunas historias originales.[78]​ La editorial danesa Skrifola publicó seis números de Planetmagazinet en 1968 a base de reimpresiones, sobre todo de Astounding, con Knud Erik Andersen como editor.[79]

Entre las antologías de relatos de Astounding o Analog están:[4][29][76]



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