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André Gorz



André Gorz, seudónimo de Gerhart Hirsch (Viena, febrero de 1923, † Vosnon, Champagne-Ardenne (Francia) el 22 de septiembre de 2007), fue un filósofo y periodista francés.

De personalidad extremadamente discreta, es autor de un pensamiento que oscila entre filosofía, teoría política y crítica social. Discípulo del existencialismo de Jean-Paul Sartre, tras 1968 se convirtió en unos de los principales teóricos de la ecología política[1]​ y el altermundialismo. Asimismo, fue cofundador (junto a Jean Daniel) en 1964 de la revista Le Nouvel Observateur, con el seudónimo de Michel Bosquet.

Gorz nació en Viena en el año 1923 con el nombre de Gerhart Hirsch. Su padre Robert era un comerciante judío, y su madre, Maria Starka, una secretaria proveniente de una familia cultivada católica. Sus padres no expresaban un gran sentido de la identidad nacional o religiosa. Por la época en que vivió, el joven Gorz crece en un ambiente antisemita que acabó provocando que su padre se convirtiera al catolicismo y cambiase en 1930 su apellido por Horst.

En 1939 fue enviado a una institución de Suiza para evitar ser movilizado por el ejército nazi. En estos años, su padre es expulsado de su propia casa. En 1945 obtiene un diploma de ingeniero químico en la universidad de Lausanne, participando en estos años en las reuniones de la asociación de estudiantes Belles-Lettres, dónde se interesó por la fenomenología y la obra de Sartre, con quien se encontraría un año más tarde, y que marcaría su formación intelectual.[2]

Trabajó como traductor de novelas estadounidenses para un traductor suizo, y publicó sus primeros artículos en un periódico de izquierda. En junio de 1949 se trasladó a París dónde trabajó en el secretariado internacional de Citoyens du Monde - un movimiento que proponía un gobierno popular a nivel mundial y una fuerte implicación de los ciudadanos en la toma de decisiones. Después pasó a trabajar como agregado militar en la embajada de la India. Su entrada en Paris-Presse significó el comienzo de su carrera periodística. Escogió el seudónimo de "Michel Bosquet" y conoció a Jean-Jacques Servan-Schreiber quien en 1955 le contrató para escribir en L'Express.

Paralelamente, siguió en contacto con el pensamiento de Sartre, otorgando un lugar central en sus reflexiones a la alienación y la liberación del individuo. Ese enfoque tenía como hilo conductor la experiencia existencial y el análisis de los sistemas sociales desde el punto de vista del individuo. Sobre estos temas publicó sus primeros libros firmados André Gorz:[3]Le traître (El Traidor), donde, con rasgos autobiográficos, explicaba las posibilidades de la autoproducción del individuo; La morale de l'histoire (Historia y enajenación), una teoría de la alienación; y Les fondements pour une morale (Fundamentos para una moral), que representa su visión de la reintegración del hombre en el marxismo a partir de la conciencia individual.

En el centro de sus pensamientos se encuentra pues la autonomía del individuo, alcanzando unas conclusiones profundamente emancipadoras del movimiento social. Según Görz, el desarrollo individual es la condicioń sine qua non de la transformacioń de la sociedad. Este idea de que liberación individual y colectiva se condicionan mutuamente, la comparte con Herbert Marcuse, amigo personal pero también gran figura de la Escuela de Fráncfort donde las diferentes generaciones de autores (Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Jürgen Habermas) constituyeron la otra influencia sobre su pensamiento. Así, critica la sumisión de la sociedad a los imperativos económicos.[4]​ También critica el estructuralismo por su negación del sujeto y la subjetividad.

Su posicionamiento antiinstitucional, antiestructuralista y antiautoritario se reflejó asimismo en la línea de la revista Les Temps modernes desde su entrada en el comité de dirección en 1960.

Por esos años había alcanzado ya tal prestigio que pasó a encargarse de la dirección política. La revista se hacía eco de italianos radicales como Garavani, el comunista neo-keynesiano Bruno Trentin o el sindicalista libertario Vittorio Foa. Se impuso como el jefe de fila intelectual de la tendencia italiana de la nueva izquierda francesa. Asimismo, ejerció una cierta influencia sobre los militantes de l'UNEF (Union nationale des étudiants de France) y de la CFDT (Confédération française démocratique du travail); entre ellos Jean Auger o Michel Rolant. En su libro Stratégie ouvrière et néocapitalisme, 1964 (Estrategia obrera y neocapitalismo), se dirigía específicamente a los movimientos sindicales en una exposición de diferentes estrategias y de una severa crítica del modelo de crecimiento capitalista. Ese mismo año, abandonó el Express junto con Serge Lafaurie, Jacques-Laurent Bost, K.S. Karol y Jean Daniel para fundar Le Nouvel Observateur.

Gorz consideraba la sobriedad como una necesidad para luchar contra la miseria. La energía siendo limitada, el sobreconsumo de algunos condena al resto a la miseria. Asegurando a cada persona el acceso a la energía que necesita, el principio de sobriedad energética impide los sobreconsumos injustos y contaminantes.

Según André Gorz, se es pobre en Vietnam cuando se anda descalzo, en China cuando no se tiene bici, en Francia cuando no se tiene coche, y en los EE. UU. cuando se tiene uno pequeño. Según esta definición, ser pobre siginificaría « no tener la capacidad de consumir tanta energía como consume el vecino»: cada uno es el pobre (o rico) de otro.

Sin embargo, se está en la miseria cuando no se tienen los medios para satisfacer las necesidades elementales: comer, beber, curarse, tener un techo decente, vestirse. Así como no hay pobres cuando no hay ricos, tampoco puede haber ricos cuando no hay pobres: cuando todo el mundo es « rico» nadie lo es; de la misma forma cuando todo el mundo es « pobre». A diferencia de la miseria, que es la insuficiencia de recursos para vivir, la pobreza es esencialmente relativa.[5]

El 24 de septiembre de 2007 fueron encontrados los cuerpos sin vida de André y su esposa (que padecía de una enfermedad degenerativa desde hacía años)[6]​ en su casa de Vosnon. En su último libro Carta a D.[7]​ afirmaba: "Nos gustaría no sobrevivir a la muerte del otro. Nos hemos dicho a menudo que, si tuviésemos una segunda vida, nos gustaría vivirla juntos".[8]​ El 17 de septiembre de 2007, André Gorz escribió el último texto: La salida del capitalismo ya ha empezado.[9]



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