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Andreu Alfaro



¿Qué día cumple años Andreu Alfaro?

Andreu Alfaro cumple los años el 5 de agosto.


¿Qué día nació Andreu Alfaro?

Andreu Alfaro nació el día 5 de agosto de 1929.


¿Cuántos años tiene Andreu Alfaro?

La edad actual es 95 años. Andreu Alfaro cumplió 95 años el 5 de agosto de este año.


¿De qué signo es Andreu Alfaro?

Andreu Alfaro es del signo de Leo.


¿Dónde nació Andreu Alfaro?

Andreu Alfaro nació en Valencia.


Andreu Alfaro Hernández (Valencia, 5 de agosto de 1929 - ibídem, 13 de diciembre de 2012)[1]​ fue un escultor español, calificado como uno de los más relevantes del siglo XX.[2][3]

Andreu Alfaro Hernández nació en Valencia en 1929, en el seno de una familia de clase media. Entre 1933 y 1939 estudió en el Colegio Cossío, en el que se estaba llevando a cabo una iniciativa pedagógica impulsada por los seguidores de la Institución Libre de Enseñanza, y con posterioridad en el Instituto Escuela de Segunda Enseñanza, donde también se seguían los mismos principios educativos. La fuerte carga humanística y la educación recibida le llevaron a entender que la vida, la sociedad y la cultura eran una sola cosa.

Durante su juventud buscó conectar con los círculos intelectuales valencianos relacionados con las letras y las artes. Conoció a Joan Fuster, con quien acabó manteniendo una fuerte amistad, o con Vicente Aguilera Cerni, quien le introdujo en las corrientes artísticas del momento.

Paralelamente, su padre se dedicaba al negocio de la carne y a muy pronta edad, Alfaro comenzó a ayudarle. Se encargó tanto del trabajo en la propia carnicería, situada en el centro de Valencia, como en el de la selección de carnes desplazándose hasta los establos donde estaba el ganado. Pero sus inquietudes artísticas le llevaron, desde bien joven, a experimentar con el dibujo. Según sus propias palabras, la necesidad de adentrarse en la escultura se debió a la superación de los límites del papel, buscando llegar más allá.

En 1954 se reencuentra con la antigua afición por el dibujo durante un viaje a Italia, plasmando en un cuaderno que llevaba consigo paisajes y monumentos.[4]​ Sería este el germen de lo que a la postre le llevaría a convertirse en el artista que fue.

En el año 1958, y junto con varios amigos, se desplazó hasta Bruselas, donde se estaba celebrando la Exposición General, y donde entró en contacto con la obra de Constantin Brâncuşi, lo cual fue determinante para que decidiese priorizar sus creaciones en el campo de la escultura.

Relacionado con el Grupo Parpalló (1957) e influido por los constructivistas, como Constantin Brâncuşi o Antoine Pevsner, y por Jorge Oteiza. Comenzó haciendo uso de latas y alambres para, poco a poco, ir profundizando en las posibles aplicaciones y formas de los distintos metales, hasta el punto de dominarlos.

En la década de 1960 trabajó en la agencia de publicidad llamada Publipress junto con Vicent Ventura, el fotógrafo Paco Jarque, el periodista J. J. Pérez Benlloch o el realizador Rafa Gassent, entre otros. Trabajaron para numerosas compañías, convirtiéndose en una de las primeras agencias en Valencia y actuando como pedagogos de la comunicación. También, y tras dejar de lado la publicidad, se adentró en el diseño gráfico, donde siguió, en palabras del crítico de arte Daniel Giralt-Miracle, los esquemas de las Escuela suiza, llevando hasta las últimas consecuencias el rigor de la Bauhaus.[5]

A finales de la década de 1960 experimentó profusamente con materiales metálicos como el acero y el aluminio. Sus obras, expuestas en la Bienal de Venecia del 1966 My Black Brother, lograron un eco internacional.[6]

En la década de 1970 se consolidaría como artista, participando nuevamente en la Bienal de Venecia de 1976 y protagonizando una gran muestra en el Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro de Madrid en 1979.[7]

En 1980 experimentó con el alambre y el mármol. El mismo año recibió el Premi d’Honor Jaume I y en 1981 el Premio Nacional de Artes Plásticas. A mediados de esta década, recibió la propuesta de realizar una exposición en un palacio de estilo barroco alemán situado en Bruhl, diseñado por François de Cuvilliés y en el que se halla una escalera obra del arquitecto Balthasar Neumann y frescos de Giambattista Tiepolo. El objeto de la misma era el de conmemorar los 700 años de existencia de la localidad.[8]​ Se celebró una exposición bautizada como Im Dialog mit dem Barock, y en ella llevó a cabo una interpretación propia de las formas barrocas, imitando al ya citado Neumann, pero también a otros artistas que pronto se convirtieron en referentes para él, como Gian Lorenzo Bernini o Francesco Borromini, creando una intencionada escenografía capaz de unir dos tiempos.[9]

A comienzos de 1990, y tras un viaje a Egipto que para él resultó revelador, decidió potenciar el uso de la piedra en sus creaciones, dadas las propiedades de durabilidad de este material. En 1991 la diputación de Valencia le concedió el Premio Alfons Roig d’Arts Plàstiques. Cuatro años después, sería invitado nuevamente para participar en la Bienal de Venecia, en este caso dando lugar a un dueto con el artista Eduardo Arroyo que tuvo lugar en el Pabellón de España.[10]

El 17 de febrero de 2016, a título póstumo, la Universidad de Valencia le entregó la Medalla de honor.[11]​ En el mes de noviembre de ese mismo año, la Generalidad Valenciana hizo lo propio concediéndole el premio Julio González en el IVAM.[12]​ En 2018 se celebró en el centro cultural de la Fundación Bancaja, en Valencia, una retrospectiva de su obra que reunió 89 obras. Esta recibió el título de Laboratori de formes escultòriques y fue comisariada por el crítico Tomás Llorens Serra.[13]

Existen obras de Andreu Alfaro en museos de todo el mundo y en las vías públicas de muchas localidades, particularmente en España. Sus obras más importantes fueron La rella (1961), La veu d'un poble (1964-1965), Monument a l’amor (1965-1967), Bon dia llibertat (1975) y Catalan power (1976).

El cantante Raimon le dedicó una canción en 1978 (Andreu, amic).[14]

Para definir su estilo habría que recurrir al profesor José Marín Medina, cuando dice:

A Alfaro le gustaba aplicar sus conocimientos geométricos para crear obras abstractas. Sus obras suelen estar llenas de matices, que juegan con el módulo, con la serie, con la luz y con el color. También se le definió como un artista minimalista, aunque tampoco a esa definición se ajusta un arte cargado de significado.

En un plano más personal, Andreu Alfaro fue un artista comprometido con la sociedad en la que vivía. Los ideales de democracia, libertad, ilustración, etc. aparecían siempre en sus obras, como también aparecen sus inquietudes nacionalistas.

A título póstumo:

Escultura de Alfaro en Maguncia.

Puerta de la Ilustración en la avenida de la Ilustración, barrio del Pilar, Madrid.

Escultura Un món per a infants, en Madrid.

Las Columnas de la UAB (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., escultura en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Escultura con la que participó en la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle de Santa Cruz de Tenerife



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