Se denomina provida (en inglés pro-life) a la posición moral y política que afirma el derecho a la vida principalmente con respecto al nacimiento en los seres humanos sean cuales sean las circunstancias, extendiéndose la oposición a prácticas como la eutanasia, las investigaciones con células madre embrionarias no adultas y sobre todo, el aborto inducido. Sus partidarios argumentan que la vida humana es digna de respeto desde el momento de la fecundación hasta sus últimas etapas y la muerte no debe ser un proceso asistido, por lo tanto consideran el cigoto, el embrión y el feto como vidas humanas y que no es ético inducir la muerte de ningún ser humano mientras muestre signos vitales.
En el debate sobre el aborto, la perspectiva provida se opone directamente a la perspectiva proelección, pudiendo considerarse recíprocamente como contramovimientos. La mayor divergencia entre ambas posturas radica en su postura sobre el momento de inicio de la vida humana. Desde esta perspectiva y en lo que se refiere a su oposición a los movimientos proaborto, el movimiento provida ha sido criticado como un «encuadre político», que emplea argumentos para validar la posición propia (contraria al aborto), al mismo tiempo que invalida la posición contraria (favorable al aborto). El movimiento provida sostiene que el aborto es un drama social debido a su convicción de estar interrumpiendo una vida humana.
Los movimientos provida surgen en los años 70 y los años 80 del siglo XX como reacción a los cambios sociales y legales que se producen en las sociedades occidentales a partir de los años 60: la legalización de los métodos anticonceptivos, la despenalización del aborto, la creación de unidades de planificación familiar, la introducción de la educación sexual en los programas de los centros de enseñanza, la liberalización de las costumbres sexuales, la aparición de formas alternativas a la familia tradicional, etc. Se suele situar su nacimiento en Estados Unidos a raíz de la sentencia Roe v. Wade del Tribunal Supremo de Estados Unidos que en 1973 despenalizaba el aborto argumentando que la Constitución de Estados Unidos "protege de la actividad del Estado en contra de la privacidad, incluido el derecho garantizado de la mujer a finalizar su embarazo". En aquel momento sólo un 46% de los encuestados aseguraba no oponerse a "una ley que permita a la mujer a acudir al médico durante sus primeros meses", mientras que veinte años después lo aprueban el 60%.
En las dos últimas décadas los grupos antiabortistas han ido ganando terreno en Estados Unidos y en Europa. En Estados Unidos su influencia ha alcanzado a los electores del Partido Demócrata por lo que han conseguido que el apoyo a la Ley del aborto de 1973 haya pasado del 56% en 1995 al 41% en 2012. El líder de estos demócratas antiabortistas es el expresidente Jimmy Carter que afirmó: "Nunca he creído que Jesucristo hubiera permitido el aborto". Los grupos más importantes y que cuentan con más recursos son Focus on the Family y Alliance Defense Fund.[cita requerida]
En España, el punto de inflexión para el desarrollo de los movimientos provida fue la aprobación por el gobierno de Rodríguez Zapatero de la nueva Ley del aborto de 2009 (una ley de plazos que sustituyó a la de 1985). Esta ley suscitó un manifiesto científico en contra de la propia ley conocido como el Manifiesto de Madrid, apoyado por más de 2.000 científicos, profesores e intelectuales de distintas ramas de la Biomedicina, las Humanidades y las Ciencias Sociales. Además, diferentes instituciones españolas como el Colegio Oficial de Médicos de Sevilla, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, la Comisión Nacional de Bioética española, y el Colegio Oficial de Médicos de Cádiz firmaron también su adhesión a este manifiesto.
Desde ese momento las manifestaciones se han ido sucediendo de forma reiterada. De hecho, en mayo de 2012 los grupos provida españoles como Hazteoir consiguieron que fuera Madrid el lugar donde se reunió el Congreso Mundial de Familias, donde intervino, entre otros, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, y al que también asistió el eurodiputado del Partido Popular, Jaime Mayor Oreja. En ese periodo, España también ha visto la creación de múltiples grupos y asociaciones provida en diferentes ámbitos sociales.
En el movimiento provida, cabe destacar la importancia que reviste la declaración de Dublín
realizada y firmada por más de 900 especialistas, ginecólogos, médicos, enfermeros, matronas, y pediatras en el contexto del simposio internacional sobre la salud de la madre en septiembre del año 2012. Esta declaración compatibiliza el derecho a la vida del no nacido con el derecho de la mujer a la salud sexual que muchos grupos proelección emplean como contrapeso.Por otro lado, en el año 2014, unos 300 juristas españoles del ámbito académico, político y del ejercicio de la abogacía, apelan a la responsabilidad del Estado de tutelar los derechos fundamentales con la reforma de la ley del aborto a través del manifiesto de los juristas
, con la intención de iniciar un debate abierto y la reflexión sobre la tutela de los derechos fundamentales del ser humano.Así mismo, en el año 2015, un grupo transversal de profesionales de la salud grabó un manifiesto médico en contra del aborto, como respuesta a los primeros pasos del gobierno chileno para legalizar el aborto.
Mientras, en España se siguen sucediendo las manifestaciones provida ante el gobierno, a través de iniciativas como Cada Vida Importa. Según los diversos movimientos provida «todos los seres humanos tienen derecho a la vida», entendiendo como seres humanos también a la vida gestada tras la fecundación: cigoto, embrión y feto. Los movimientos provida generalmente entienden que la vida humana debe ser valorada y respetada desde la fecundación o desde la implantación hasta la muerte natural. El movimiento provida actual es normalmente, pero no exclusivamente, asociado con la moralidad cristiana, y ha influenciado a ciertas ramas del utilitarismo bioético.
Desde el punto de vista provida, cualquier destrucción deliberada de seres humanos, entendiendo por tales también embriones o fetos, es vista como un asesinato, algo considerado como ética o moralmente incorrecto y como un delito. Tales actos no son considerados como mitigados por cualquier creencia o pensamientos científicos o, en el caso del aborto, con la terminación de los problemas de la mujer con un embarazo no deseado o peligroso, ya que tales beneficios provendrían de la muerte de otra persona. Las asociaciones provida se apoyan en corrientes científicas que afirman que la vida humana comienza tras la fecundación, y que "la prohibición del aborto no afecta, de ninguna manera, la disponibilidad de un cuidado óptimo de la mujer embarazada". En algunos casos, esta creencia se extiende a la oposición de abortar fetos que podrían ser no viables, como los que sufren de anencefalia. Además, la eutanasia, o el "suicidio asistido", como la llaman las asociaciones provida, es también objetada en la creencia de que la vida es un "bien supremo", y que existen alternativas viables al suicidio como pueden ser los cuidados paliativos (en caso de enfermedades terminales) y la atención personalizada, cercana y humana en todos los casos.
Las asociaciones provida frecuentemente se oponen a ciertos métodos anticonceptivos, como la píldora y el DIU, incluyendo las pastillas anticonceptivas, que evitan la implantación del cigoto. Esto se debe a que los defensores provida, como se dijo, consideran que la vida comienza con la fecundación, con lo que estos métodos serían abortistas. La Iglesia católica reconoce este punto de vista.
No se puede hablar de una correlación entre tendencia política o religiosa y la posición provida, pues hay partidarios y contrarios al aborto en todas las tendencias; tómese por ejemplo de lo dicho, la existencia de grupos feministas radicales y ateos provida, como Feminists for Life (Feministas por la Vida), Mujeres contra el Aborto, , la Alianza de Gais y Lesbianas Provida, Atheists for Life (Ateos por la Vida), Secular Pro-Life o el movimiento Parlamentarios y Gobernantes por la Vida, que integra a personas de diversas tendencias políticas, religiosas y culturales.
Por otro lado, según algunos expertos, los movimientos provida católicos pueden distinguirse en dos grandes grupos:
Organizaciones evangélicas como Focus on the Family están involucradas en el movimiento pro-vida.
El activismo provida abarca una variedad de actividades, desde promover el pensamiento provida al público en general, conversar con personas del gobierno o acercarse a las personas individualmente; por ejemplo, intentando disuadir a las mujeres que piensan abortar, por medio de la distribución de información impresa o proveyendo servicios de conserjería. También promueven manifestaciones multitudinarias y exposiciones culturales como «Expovida (Expoaborto)».acciones más comunes[cita requerida] del colectivo provida son las siguientes:
LasEn la década de 1990 hubo diversos incidentes violentos relacionados con protestas en contra de clínicas abortistas en EE. UU. En 1993 se produjo el asesinato del médico abortista David Gunn. Diversos analistas provida defendieron el hecho como la «ejecución de un abortista/asesino»;[cita requerida] por otra parte, también hubo denuncias de esta violencia por parte de otras voces provida. Durante esta década se produjeron un total de siete asesinatos de médicos abortistas, además de 17 tiroteos sin víctima mortal. En 2009, otro médico abortista, George Tiller, fue asesinado por un «fundamentalista religioso» opuesto al aborto, después de sufrir dos atentados previos. También se registraron incidentes violentos en Canadá, como la explosión de bombas, el incendio provocado, las agresiones físicas, amenazas de muerte, el secuestro, o el robo. Pero su forma típica, evolucionó desde los enfrentamientos directos, cara a cara, en ataques de «lobos solitarios» que actúaban cometiendo crímenes desde lugares desconocidos y por sorpresa.
En Chile, se ha criticado el hecho que varios de sus líderes provida son miembros del partido de derecha Unión Demócrata Independiente (UDI), quienes justifican o desmienten las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. En este sentido, se critica la inconsistencia de defender el derecho a la vida que está por nacer, pero no los derechos de los que ya han nacido. Aunque parece que la penalización del aborto por parte de estados que no respetan los derechos humanos está más relacionada con razones demográficas que éticas.
El Día del Niño por Nacer es recordado cada 25 de marzo; la Argentina fue el primer país del mundo en declararlo, el 7 de diciembre de 1998, por iniciativa del presidente Carlos Saúl Menem en el decreto número 1406/98. Al año siguiente se celebró por primera vez ese día. En el Teatro Coliseo de Buenos Aires se reunieron representantes de la Iglesia Católica y de las iglesias ortodoxas y cristianas, así como líderes judíos y musulmanes. Desde aquel entonces, cada 25 de marzo se realiza fecha en varias partes de Argentina celebraciones y actividades destinadas a la concientización sobre la necesidad de defender la vida desde la concepción y en todas sus etapas. Misas, marchas, ecografías en vivo, gestos solidarios, conferencias, etc.
En marzo de 2017 llamó la atención de los medios una campaña antiabortista dirigida por Mariana Rodrígez Varela. La campaña, impulsada por redes sociales, consiste en difundir imágenes de fetos humanos y en la entrega de muñecos.
En Australia, el movimiento contra el aborto está representado por varias organizaciones, entre ellas Cherish Life, Right to Life Australia y Australian Christian Lobby. Estas organizaciones llevan a cabo varias acciones de campaña, incluida la recaudación de fondos para campañas políticas, el cabildeo y protestas y campañas tradicionales.
En Canadá, la organización estadounidense Silent No More aboga por la legislación que prohíbe los abortos de nacimiento tardíos y parciales.
Ha habido dos manifestaciones contra el aborto de la «Marcha por la Vida» que han reunido a más de 10 000 manifestantes en Parliament Hill. En estas protestas, miles se reunieron en un intento de crear suficiente tumulto para promulgar el cambio. Además de las protestas nacionales, los antiabortistas todavía protestan contra las clínicas de aborto en todo el país, en un intento por detener la continuación de los abortos.
El movimiento chileno se llama «Siempre por la Vida».
El movimiento antiabortista de los Estados Unidos se formó como respuesta a las históricas decisiones de 1973 de la Corte Suprema Roe v. Wade y Doe v. Bolton, con muchas organizaciones antiaborto que surgieron desde entonces. También hay un movimiento ético de la vida más pequeño y consistente que favorece una filosofía que se opone a todas las formas de asesinato, incluidos el aborto, la guerra, la eutanasia y la pena capital.
El movimiento actual es, en parte, una continuación de los debates previos sobre el aborto que llevaron a la práctica prohibida en todos los estados a fines del siglo XIX. El movimiento inicial fue dirigido por médicos, pero también incluyó a políticos y feministas. Entre los médicos, los avances en el conocimiento médico jugaron un papel importante en la influencia de la opinión antiaborto. Se descubrió que el acicalamiento, que anteriormente se había pensado que era el punto en el que el alma entraba en un ser humano, era un paso relativamente poco importante en el desarrollo fetal, lo que hacía que reconsideraran su posición respecto de los abortos tempranos.
Ideológicamente, el juramento hipocrático y la mentalidad médica de esa edad para defender el valor de la vida humana como un absoluto, también jugaron un papel importante en la formación de opiniones sobre el aborto. Mientras tanto, las feministas tendían a considerar el aborto como una necesidad indeseable impuesta a las mujeres por hombres irreflexivos.
Incluso el ala del "amor libre" del movimiento feminista se negó a abogar por el aborto y trató la práctica como un ejemplo de los terribles extremos a los que el matrimonio moderno impulsaba a las mujeres. La violación sexual y la seducción de mujeres solteras eran males sociales que las feministas necesidad de abortar, ya que los hombres no respetaron el derecho de las mujeres a la abstinencia. La primera organización específicamente antiabortista en Francia, Laissez-les-vivre-SOS futures mères, se creó en 1971 durante el debate que conduciría a la Ley del velo en 1975. Su principal portavoz fue el genetista Jérôme Lejeune. Desde 2005, el movimiento antiabortista francés ha organizado una Marcha por la Vida anual.
Hay varios grupos antiaborto importantes en la República de Irlanda, Pro Life Campaign, Youth Defense e Iona Institute.
En Israel, la principal organización antiabortista es Efrat. Los activistas de Efrat principalmente recaudan fondos para aliviar las "presiones financieras y sociales" sobre las mujeres embarazadas para que no terminen sus embarazos. Sin embargo, esta actividad solo se lleva a cabo en el sector judío en la sociedad israelí, ya que Efrat oficialmente considera el aborto entre los judíos como una amenaza demográfica para el pueblo judío.
En Liechtenstein, una aplicación para legalizar abortos fue rechazada por una mayoría escasa en un referéndum en 2011. Los oponentes, que incluían al Príncipe Alois, obtuvieron 500 votos más y finalmente se asentaron en el 52.3 por ciento en comparación con el 47.7 por ciento.
El príncipe Alois había anunciado el uso de su veto por adelantado si era necesario para prevenir la introducción del aborto.
En el Reino Unido, la organización antiabortista más destacada es la Sociedad para la Protección de Niños por Nacer. Se formó para "defender el principio de respeto por la vida humana, en particular la vida del niño por nacer" en el momento de la aprobación de la Ley de Aborto de 1967 que liberalizó la ley del aborto. Fue la primera organización de ese tipo en el mundo.
En Sudáfrica, una organización antiaborto se llama Pro-Life Generation.
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