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Antilocapra americana



El berrendo o antílope americano (Antilocapra americana) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Antilocapridae.[2]​ Se trata del único representante actual de su familia, aunque hasta principios del Pleistoceno contaba con numerosas especies. Con el paso del tiempo, todos se extinguieron por diversas causas, dejando al berrendo actual como único vestigio de su presencia.

Pese a que son llamados antílopes americanos no son verdaderos antílopes.[3]​ Presenta un marcado dimorfismo sexual, siendo los machos mayores, con un peso de 45-60 kg, mientras que las hembras pesan entre 35 y 45 kg. Difiere del resto de rumiantes de cuernos huecos por tener estuches córneos caducos. Ambos sexos poseen cuernos curvos y dirigidos hacia atrás que mudan cada año, como los ciervos, pero nunca se desprenden de la base ósea que hay bajo la superficie córnea. Estos cuernos son más grandes y están ramificados en los machos (125 a 450 mm), mientras que las hembras los tienen cortos y sin ramificaciones (25 a 150 mm).Tanto las hembras como los machos poseen una corona de pelo en la base de los cuernos y una crin de color negro.

Su longitud corporal es de 1,30 a 1,50 m, una alzada a la cruz de 70 a 80 cm y su cola tiene una longitud de 10 cm mientras que sus orejas la tienen de 15 cm.

La forma del cuerpo recuerda a los antílopes, ya que al igual que ellos, tienen el lomo a mayor altura que los hombros. Sus extremidades son delgadas y largas y no tienen dígitos laterales. En cuanto al pelaje, es leonado o berrendo en el lomo, de donde proviene su nombre en castellano, aunque en invierno se oscurece ligeramente. Se aclara en las partes inferiores del cuerpo hasta volverse blanco en cara, garganta, vientre, patas y glúteos. Un elemento característico de esta especie, es la presencia de una gran mancha blanca alrededor de la región caudal, está presente en machos, hembras y crías, el pelaje en esta zona se eriza cuando el animal presiente algún peligro, sirviendo de advertencia a otros miembros del grupo. En la parte del cuello sobresalen dos bandas blancas localizadas una a la altura de la garganta y otra debajo de ella. Existen bandas de pelo oscuro en nariz, frente, carrillos, parte posterior del cuello y dorso de la cola. Las patas tienen cuatro dedos, aunque caminan sobre dos.

El berrendo es propio de Norteamérica, encontrándose desde el sur de Canadá, a través del oeste de los Estados Unidos, hasta el norte de México (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila e Hidalgo).[1]

El hábitat característico de estos animales son los espacios abiertos, como llanuras herbáceas y semidesiertos.

Se alimentan durante gran parte del día de hierbas, arbustos, musgos y en ocasiones incluso cactus. Los berrendos se mueven en grandes grupos, a veces en manadas de cientos de animales, especialmente en verano. Los integrantes de estas manadas son siempre hembras con sus crías y machos jóvenes. Los machos adultos o viejos suelen ser solitarios o viven en pequeños grupos, aunque a veces pueden formar también rebaños formados únicamente por individuos masculinos. En otoño, los machos en edad reproductora compiten entre sí luchando cabeza contra cabeza con el fin de ganarse el derecho a reproducirse. Al contrario que en muchos otros ungulados, los machos no abandonan las manadas de hembras y jóvenes tras la época de celo, sino que se unen a ellas durante todo el invierno siguiente.

Tras 230 días de gestación, las hembras paren una cría (si es su primer parto) o dos en el mes de junio. Estos pequeños son de color gris y pesan de 2 a 4 kg. Inmediatamente tras el parto, las hembras separan a sus crías y las esconden entre la maleza, aunque se mantienen vigilantes en las zonas próximas y acuden regularmente para darles de mamar.

Actualmente no cuentan con auténticos depredadores. Son los mamíferos más rápidos de Norteamérica,[4]​ pudiendo correr a 65 km/h durante varios kilómetros, saltando de 3 hasta casi 6 metros.[3]​ Su velocidad máxima registrada es de 98 km/h.[cita requerida]

Debido a ello, es raro que mueran presas de otros animales. Los lobos, coyotes, linces, pumas y águilas reales pueden matar crías de pocos días, pero incluso esto no es algo común, pues los pequeños berrendos pueden pasar horas agazapados entre la vegetación y sin realizar movimiento alguno que pueda delatarlos. A las pocas semanas de nacer dejan de esconderse y siguen a su madre, siendo ya más rápidos que sus potenciales cazadores hasta entonces.

La posible causa de la velocidad del antílope americano es que hasta hace apenas 20 milenios sí tenía un depredador del que preocuparse de verdad. En las praderas americanas habitaban felinos similares al guepardo de Asia y África, pertenecientes al género extinto Miracinonyx, que probablemente alcanzaban velocidades similares a este (105 km/h en tramos cortos). La velocidad y la resistencia a la carrera se desarrollaron con el fin de darles esquinazo, y cuando los guepardos americanos se extinguieron a finales de la última glaciación, los berrendos simplemente siguieron siendo igual de veloces que hasta entonces.

Debido a esta ausencia de depredadores, los antílopes americanos se multiplicaron sin problemas durante el Holoceno, y a la llegada de los primeros europeos formaban manadas de millones de ejemplares en las llanuras de Canadá, Estados Unidos y México. Esto cambió con la llamada “conquista del Oeste”. Al igual que los bisontes, los berrendos fueron objeto de una brutal matanza a manos de los colonos durante todo el siglo XIX, muriendo miles cada año. En 1908, quedaban menos de 20.000 ejemplares en todo el mundo. Antes de que la especie disminuyese más se dictaron leyes para protegerla a ella y su hábitat, por lo que la población ha aumentado en la actualidad hasta casi los 3 millones de animales, siendo especialmente abundantes en las zonas protegidas de Wyoming y Colorado. En algunas zonas la caza ha vuelto a ser permitida con el fin de controlar el exceso de población. En México era cazada habitualmente para alimentar a los mineros del El Boleo, hasta que en 1922 se la convirtió en especie protegida y su caza se volvió ilegal.[5]

Se reconocen las siguientes subespecies:[2][6]

AA.VV (2009)“Berrendo (Antilocapra americana)” extraído el 2 de abril de 2011 de: https://web.archive.org/web/20150923210118/http://www.conanp.gob.mx/pdf_especies/pace_berrendo.pdf



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