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Antonio de Alvarado



Antonio de Alvarado o Félix Antonio de Alvarado fue un religioso reformado español emigrado a Gran Bretaña, traductor al castellano de la Liturgia inglesa o el libro de oración común y de la Apología de la verdadera teología cristiana de Robert Barclay.

Lo que de su biografía se conoce es lo que él mismo cuenta en las páginas de introducción a sus obras, esto es, que era natural de Sevilla, presbítero de la Iglesia anglicana y «Capellán de los Honorables Señores Ingleses Mercaderes, que Comercian en España», según decía en la página de título de los Diálogos ingleses y españoles, aparecidos en Londres a costa de Guillermo Hinchliffe en 1718,[1]​ donde añadía «Tiempo ha Naturalizado en este Reyno». En su dedicatoria a lord John Carteret se presentaba como «un forastero, ya de edad, y sin otros medios, con que mantenerse, a sí, y a su familia, que su indefatigable trabajo, e industria, que ha dexado su patria, y huydo de la persecución por el testimonio de una buena conciencia».

Previamente había publicado su traducción del Libro de Oración Común,[2]​ actualizando la que había realizado Tomás Carrascón, con las reformas introducidas en la liturgia inglesa por orden del rey Jacobo II de Inglaterra.[3]

La traducción de la Apología de la verdadera theologia christiana, cómo ella es professada, y predicada, por el pueblo, llamado en menosprecio los tembladores, que es una cumplida explanación y vindicación de sus principios y doctrinas [...]. Escrita en latín e inglés, por Roberto Barclay, [...] y ahora en castellano por Antonio de Alvarado, originario de Sevilla, se imprimió en Londres por J. Sowle en 1710,[4]​ después de que Alvarado, según noticias recogidas por Benjamin B. Wiffen, se presentase el 22 de abril de 1709 a la sociedad de los cuáqueros de Londres ofreciéndose a realizar la traslación al castellano de la obra, como ya lo estaba a otras lenguas. En marzo de 1710 tenía la traducción completa y una comisión de la sociedad, que se encargó con el traductor de la corrección de las pruebas, mandó imprimir mil ejemplares. En diciembre del mismo año Alvarado pidió alguna ayuda a los cuáqueros, pues no tenía dinero ni para pagar la pensión en la que vivía en Grace church street, y la Sociedad de los amigos formó una comisión para que lo visitase y se informase, no encontrándose otra noticia de él en los registros de dicha sociedad.[5]​ Fue la lectura del libro de Barclay en la traducción de Alvarado, según él mismo confiesa, lo que propició la conversión de Luis de Usoz a las tesis teológicas e irenistas de los cuáqueros.[6]

La última de sus obras en ser publicada, los Diálogos ingleses y españoles, que incluyen una ortografía y una nomenclatura español-inglés tomada de Francisco Sobrino,[7]​ es, según Marcelino Menéndez Pelayo, obra rica «en proverbios, frases y modos de decir galanos y castizos, como que el autor parece haberse inspirado en otros manuales de conversación del siglo XVI, y especialmente en el de Juan de Luna, el continuador del Lazarillo».[8]



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