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Antropología física



La antropología biológica o antropología física es una rama de la antropología y la biología que tiene como objeto el estudio de la evolución y variabilidad biológica humana, tanto pasada como actual.[1]

A diferencia de otras disciplinas similares, la antropología biológica se destaca por su punto de vista evolutivo, comparativo y biocultural. Desde un punto de vista evolutivo, la disciplina trata de responder las causas y trayectorias evolutivas que han dado origen a la variabilidad biológica actual, tanto en humanos como en primates no humanos. El punto de vista comparativo tiene relación con la capacidad de la disciplina de estudiar a individuos de diversas culturas y lugares geográficos, al igual que a sus antepasados. Finalmente, el enfoque biocultural pone énfasis en el hecho de que los humanos no solo somos seres biológicos, sino también culturales, analizando la interrelación de ambas esferas.[2]

Como base teórica se utilizó la teoría de selección natural de Charles Darwin inicialmente. Luego, en 1953, la teoría de selección natural se vio complementada y profundizada por el éxito que tuvieron Francis Crick, Maurice Wilkins, y Rosalind Franklin, bajo la supervisión de James Watson, al descifrar la estructura y composición molecular del ADN ( Ácido desoxirribonucleico). Este descubrimiento permitió comprender molecularmente la variabilidad fenotípica de los organismos y, así, poder comprender como se ha dado el proceso evolutivo bioquímicamente. La comprensión bioquímica permitió el análisis de las afinidades genéticas entre los diferentes organismos, para validar, aún más, la teoría del ancestro común.[3]

La antropología física, como sub-disciplina antropológica, se ve en un proceso de cambio constante, porque aquellos principios e ideales que inspiraban a los primeros antropólogos han sido anulados. Aquella búsqueda por lo desconocido que caracterizaba a los primeros antropólogos cada día se ve amenazada por la accesibilidad de la información, lo cual anula la necesidad de exploración. Por ende, los antropólogos contemporáneos siempre deben considerar las ideologías y las aportaciones de sus predecesores. Pero, deben ser astutos al desarrollar sus métodos de investigación, puesto a que las interacciones del ser humano con su sociedad y el medioambiente están cambiando precipitadamente.[4]​ No obstante, se argumenta, que son sus diversas sub-especialidades las que la mantienen en crecimiento y desarrollo. La antropología, por tener tantas sub-especialidades, que aunque cada una tiene su tema de enfoque principal, se complementan y contribuyen a su utilidad universal.[5]

La antropología biológica tiene una variada gama de sub-especialidades que se enfocan en algún aspecto específico del estudio de la variabilidad biológica humana. Todas ellas, sin embargo, se agrupan en cuanto usan una perspectiva evolutiva para comprender su objeto de estudio particular. Alguna de estas sub-especialidades son:

La antropología forense es la aplicación de la ciencia de la antropología física o antropología biológica al proceso legal. Trata directamente con la identificación de cadáveres y restos, y con descifrar las circunstancias de muerte. También, practica la reconstrucción de la biografía biológica antemortem del individuo, con el propósito de establecer cómo era el modo de vida de la víctima antes de su muerte, la edad, el sexo, linaje ancestral, trauma físico durante la vida (enfermedades, golpes etc.), fecha de fallecimiento, y se puede, también, identificar si ha habido daños al espécimen postmortum.[6]

La paleopatología es una disciplina que estudia los dientes, huesos, muestras de pelo, muestras de piel de los restos humanos para obtener una idea de la nutrición, traumas o enfermedades que el organismo en estudio vivió.[7]

La paleoantropología es la rama de la antropología física que se ocupa del estudio de la evolución humana y sus antepasados extintos, en otras palabras de los homínidos antiguos. Para el estudio de éstos utiliza los fósiles, artefactos y herramientas; y los analiza en su contexto geológico y arqueológico. Los descubrimientos y hallazgos de esta sub-especialidad han contribuido a la creación de la cronología de la historia natural y evolutiva de los seres humanos. [3]

La antropología molecular es el estudio evolutivo y genético entre las poblaciones de humanos y primates. La antropología molecular comenzó a crecer después de que se pudo identificar el ADN y fue fundada después que se logró descifrar el genoma humano. Esta sub-disciplina sugiere que las especies tienen un “reloj molecular” y al comparar el ADN de especies ancestrales y el de las especies modernas se puede identificar la trayectoria de evolución de la especie.

Es el estudio de la relación existente entre el ser humano y el medio ambiente en el cual se desarrolla.

La bioarqueología estudia las poblaciones humanas del pasado a través de los restos óseos (esqueletos) recuperados de sitios arqueológicos, en contexto y en conjunto con los materiales culturales provenientes de los mismos sitios.

El interés en temas que actualmente involucran a la antropología biológica, como la variación y orígenes humanos, datan al menos desde la Antigüedad. Sin embargo, es solo desde la Ilustración que se aprecia un estudio más riguroso de lo que actualmente abarca la disciplina. Es en este periodo en donde el concepto y estudio de las "razas" humanas tomara mayor preponderancia, e inaugurara un tema dominante dentro de la antropología biológica hasta bien entrado el siglo XX.[8]

Muchos identifican a Johann Friedrich Blumenbach (1752–1840) como uno de los primeros autores en escribir sobre "variedades humanas" en la tercera edición de De humani generis nativa varietate en 1795. En ella, Blumenbach dividió la especie humana en cinco variedades o "razas", que han sido denominadas desde entonces como las cinco razas de Blumenbach.[9]

A fines del siglo XIX, el antropólogo Franz Boas (1858-1942) tendría un impacto fundamental en la antropología biológica al ser uno de los mayores opositores al racismo científico dentro de la disciplina, y al enfatizar la influencia de la cultura y el ambiente en la biología humana. Boas es generalmente asociado a la antropología cultural, pero su impacto en la antropología biológica es considerable, al haber producido más de 180 trabajos, desde antropometría y osteometría hasta la influencia del ambiente en la biología humana, incluyendo el desarrollo y crecimiento humanos.[10]​ Fue el primer científico influyente en demostrar mediante estadística multivariada que el ambiente es el factor más relevante en moldear las diferencias físicas entre los humanos.



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