x
1

Areópago



El Areópago o «Colina de Ares», es un monte situado al oeste de la Acrópolis de Atenas, sede del Consejo que allí se reunió desde el 480 a. C. hasta el 425

Geológicamente, la colina del Areópago es un enorme monolito de mármol gris azulado, veteado de rojo. Mide 115 m de altura y domina el Ágora de Atenas. En la cima y en las laderas se observan cortes en la roca, formando plataformas, que son los únicos restos de antiguos edificios.

Según la leyenda, se llamaba así porque Ares había sido juzgado por los dioses y exonerado de ser ajusticiado por dar muerte a Halirrotio, hijo de Poseidón, que había violado a una hija de Ares: Alcipe. Por otra parte, y también según la leyenda, allí fue juzgado Orestes por el asesinato de su madre Clitemnestra.

En su origen, el Consejo del Areópago dependía del rey y se componía únicamente de eupátridas. La influencia de estos aumentaba a medida que iba disminuyendo el poder del rey, hasta el siglo VII a. C., en el que estos últimos llegaron a gobernar.

Tras las reformas de Solón, sus miembros eran escogidos entre los arcontes (magistrados) cuyos cargos eran inamovibles y representaban a los ricos en oposición a los aristócratas, si bien constituían un organismo menos exclusivo.[1]

Este tribunal controlaba a los magistrados, interpretaba las leyes y juzgaba a los homicidas.[2]​ Sus poderes políticos fueron recortados y, en cierta medida, limitados por Clístenes, pero mantuvieron el poder hasta las Guerras Médicas.[3]​ Con el rápido progreso de las instituciones democráticas, sus poderes resultaban incongruentes. Los arcontes perdieron su prestigio y su poder político en el 487 a. C. y ya no eran escogidos entre los hombres más importantes de la sociedad, sino que eran elegidos por sorteo.

Efíaltes, en el 462 a. C. les retiró la custodia de la constitución, con lo que su competencia disminuyó.[4]​ Conservaron, no obstante, su función de tribunal para juzgar los asuntos criminales, pero perdieron toda su importancia política.

Se encuentra registro bíblico, diciendo en Hechos 17,16-18 y 22, que el apóstol Pablo pronunció un discursó allí, cuando unos filósofos epicúreos y estoicos lo condujeron al Areópago para que explicara aquella enseñanza «extranjera» que publicaba.

En la actualidad hay una placa de bronce que contiene este discurso del apóstol Pablo y que conmemora dicho acontecimiento. No es posible afirmar con certeza que en aquella ocasión Pablo hablase ante el tribunal del Areópago, pero en su auditorio tuvo por lo menos a un componente de ese notable tribunal, según se afirma en Hechos 17:33-34.




Escribe un comentario o lo que quieras sobre Areópago (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!