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Argecilla



Vista de Argecilla con el ayuntamiento en la zona inferior central y la iglesia encima

Argecilla, denominada también como Algecilla en los documentos tardomedievales y modernos, es un municipio español, situado en la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

La descripción de su escudo[1]​es la siguiente: en escudo español, de plata, una montaña de sinople en su costado diestro, y en la punta ondas de azur y plata. En la siniestra del jefe, las armas de Silva, que es sobre el mismo campo de plata un león rampante de gules coronado de oro. Al timbre, la corona real cerrada.

El término municipal de Argecilla ocupa una extensión de 40.76 km² al norte de la comarca natural de La Alcarria. Su territorio es atravesado por el río Badiel que forma un profundo valle. La marcada orografía así como la abundancia de aguas por manantiales y el propio río Badiel, condicionan sus cultivos, dándose secano en las altiplanicies de poniente, matorral bajo en las colinas y huerta en las orillas del río.

Pertenece al partido judicial de Guadalajara y a la diócesis católica de Sigüenza-Guadalajara. La capital del municipio del mismo nombre, está situada a 983 metros de altitud sobre el nivel del mar, y en las coordenadas latitud 40,53 norte y longitud 2,49 oeste. Su distancia por carretera de la capital de la provincia es de 29 kilómetros. Se despliega sobre una colina en un apiñado caserío.

Como la mayoría de los pueblos de la Alcarria, Argecilla sigue perdiendo población. Según el padrón continuo publicado en 2015,[2]​ tiene una población de 70 vecinos, 29 habitantes menos que en 2005.

Argecilla tiene un clima mediterráneo continentalizado, determinado como de tipo Csb[3]​ (templado con verano seco y templado) en transición a Csa (templado con verano seco y caluroso) según la clasificación climática de Köppen.

Según las Cifras oficiales de población resultantes de la revisión del Padrón municipal a 1 de enero de 2015, Argecilla cuenta con 70 habitantes.,[2]​ de los cuales 48 eran varones y 22 eran mujeres.[5]

     Población según el Población del Padrón Continuo por Unidad Poblacional a 1 de enero del INE.[5]

La existencia de restos prehistóricos en su término, excavados desde mediados del siglo XIX por Nicanor de la Peña[6]​(cuyos descubrimientos se conservan en el Museo Arqueológico Nacional) demuestra que la zona fue ocupada desde el neolítico. Incluso la cueva de la Solana pudo ser ocupada como vivienda por aquella época.

Tras la conquista de la zona por los reyes de Castilla en el siglo XI, Argecilla quedó bajo la Tierra de Atienza y su fuero hasta que a principios del siglo XIV, en tiempos de Fernando IV se donó a Ruy Pérez de Atienza, a la sazón Canciller de Castilla. Posteriormente Argecilla pasó a manos de Íñigo López de Orozco (quien fue también señor de Escamilla, Pinto, Orija, Santa Olalla, Galve de Sorbe, Robredarcas, Tamajón o Miedes de Atienza) , y de este a su hija Teresa López, casada en segundas nupcias con Pedro González de Mendoza, quien incluyó, en 1380, a Argecilla en un vasto mayorazgo junto con otras localidades de la comarca como Palazuelos y Carabias, Tamajón y Sacedoncillo, Castejón de Henares, Almadrones, Ledanca, Cogollor, Hontanares, Villanueva de Argecilla, Cutamilla, Henarejos, Retuerta y Sarracines, con lo que pasó a la órbita de los estado de los Mendoza hasta la desaparición de los mayorazgos en el siglo XIX. Algunos tratadistas[7]​ consideran a Diego Hurtado de Mendoza, hijo de Pedro González, primer marqués de Algecilla, pero se suele considerar como tal a Diego Hurtado de Mendoza, hijo de Diego de Mendoza y Ana de la Cerda.[8]

En el siglo XVII, Diego de Mendoza y Silva, tercer marqués de Argecilla, mandó construir en la localidad una iglesia, la actual parroquial de San Miguel Arcángel, en cuyo interior se conservan varios escudos de la familia, y una casa palacio, finalizada en 1696 según consta en su portada.[9]

En 1710, y tras la batalla de Villaviciosa del Tajuña, Felipe V se alojó en la casa que Manuel Morterero, poseía en la localidad.[10]

Lo más destacable de Argecilla es su caserío aceptablemente conservado. Entre sus edificios, destaca su sencilla iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, construida en el siglo XVII, de tres naves, en estilo indefinido. Su portada muestra elementos jónicos, y en su interior, sobre los pilares del crucero, aparecen grandes escudos tallados en piedra, correspondientes sus promotores, los duques de Francavile y marqueses de Argecilla.

Entre los edificios civiles, construidos tradicionalmente de sillarejo en su planta baja y de entramados de madera con rellenos de adobe en la superior, solo destacar la casa palacio de los marqueses de Argecilla (siglo XVII) y sus dos fuentes públicas.



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