La arquidiócesis de La Paz es una provincia eclesiástica de la Iglesia católica en Bolivia. El territorio de la arquidiócesis de La Paz (originariamente centro de altas culturas andinas) recibió a los primeros misioneros que cruzaron el río Desaguadero para evangelizar todo el Collao una vez conquistado el Cuzco y establecido allí el primer obispado de esta parte de América en 1530.
Con la fundación de ciudades y pueblos hispanos y la creación de la primera Iglesia particular en lo que hoy es Bolivia (Charcas 1552), la pastoral se diversificó desde la evangelización y catequesis de los pueblos indígenas a la atención pastoral de hispanos y criollos como a las misiones a infieles en las zonas de Yungas y Apolobamba, también se realizó la organización eclesiástica, el desarrollo de la vida religiosa y el surgimiento del clero secular nativo. Este trabajo pastoral movió al papa Paulo V a crear el obispado de La Paz el 4 de julio de 1605 con la bula Super specula militantis Ecclesiae, junto al de Santa Cruz de la Sierra y a elevar la sede de Charcas a la categoría de arquidiócesis. Fue confirmada por cédula real de 17 de noviembre de 1607, que delegó y comisionó al presidente de la Audiencia de Charcas, Alonso Maldonado de Torres, para que señalara los límites entre las diócesis. Comprendía 80 curatos entre Paucarcolla y Chucuito a orillas del lago Titicaca y las provincias de Larecaja, Pacajes, Sicasica y Omasuyos. A la catedral le fueron asignados 3 dignidades y 4 canónigos.
En 1686 fueron incorporadas al obispado las misiones franciscanas de Apolobamba o Caupolicán en el corregimiento de Larecaja. El 22 de agosto de 1798 el rey dictó una real cédula por la cual ordenó que los franciscanos entregasen al obispo de La Paz los 8 pueblos para ser secularizados, mandando que cada una sea un curato. Una real orden del 30 de septiembre de 1804 ordenó que los pueblos misionales de Cavinas, Pacaguaras y Mosetenes, fuesen devueltos por el Virreinato del Perú a la intendencia de La Paz. El 25 de diciembre de 1799 el rey dictó una real cédula confirmando que las misiones de Apolobamba estaban dentro de la jurisdicción de la intendencia y del obispado de La Paz.
En la relación del virrey del Perú José Antonio Manso de Velasco a su sucesor con fecha 23 de agosto de 1761 indicó que la diócesis de La Paz tenía 108 337 personas en las 7 provincias que entonces la integraban: Ciudad de La Paz, Omasuyos, Cicasica, Pacages, Chucuito, Paucarcolla, Larecaxa.
El 5 de junio de 1784 fue creada la intendencia de Puno incluyendo el partido de Chucuito y la villa de Puno (Paucarcolla o Huancané) pertenecientes al obispado de La Paz.
La Iglesia paceña se desarrolló en el periodo virreinal y sufrió también la crisis de la guerra de la independencia y del proyecto secular del libertador Antonio José de Sucre. En la segunda mitad del siglo XIX se conoce un nuevo periodo de desarrollo y florecimiento pastoral. Pero después, ha de enfrentar la segunda crisis en los gobiernos liberales, durante los primeros lustros del siglo XX.
El 7 de agosto de 1825 Simón Bolívar decretó la separación de las provincias de Chucuito y Huancané de la jurisdicción del obispado de La Paz e incorporándolas a la diócesis del Cuzco sin intervención papal.
La diócesis de Puno en Perú se erigió mediante la bula In procuranda universalis Ecclesiae por el papa Pío IX el 9 de octubre de 1861, desmembrando una parte del territorio de la diócesis del Cuzco y formalizó la separación hecha en 1825 de Chucuito y de Huancané del obispado de La Paz.
Fue elevada a arquidiócesis el 18 de junio de 1943 por el papa Pío XII mediante la constitución apostólica Ad Spiritule Bonum, desarrolla un nuevo florecimiento pastoral: la revitalización del área rural, la organización del laicado, el aporte de nuevos movimientos apostólicos. La renovación del concilio Vaticano II y las crisis post-conciliares le afectan, al igual que otras Iglesias. Desde los años ochenta intentan nuevos esfuerzos de vitalización que hoy comienzan a dar sus frutos.
Los obispos destacados de esta diócesis fueron Feliciano de Vega y Padilla y que luego sería arzobispo de México, Diego Morcillo Rubio de Auñón que luego fuera arzobispo de La Plata, de Lima y dos veces virrey del Perú.
El sucesor de este último también se destacó, Mateo Panduro y Villafañe, al igual que Agustín Rodríguez Delgado que fuera también arzobispo de La Plata y de Lima aunque en este cargo no llegó a tomar posesión, pues falleció antes del viaje. José de Peralta Barnuevo que fuera obispo de Buenos Aires de 1741 a 1746, siendo electo obispo de La Paz en este mismo año, no llegó a tomar posesión del cargo por fallecimiento.
Dentro de la jurisdicción de la arquidiócesis hay cuatro basílicas consagradas, una de ellas es la catedral.
Otro templo destacado es la Iglesia del Carmen (La Paz)
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