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Arroyomolinos (Cáceres)



Arroyomolinos es un municipio español de la provincia de Cáceres, Extremadura.

El escudo de Arroyomolinos fue aprobado mediante la "Orden de 2 de marzo de 1993, por la que se aprueba el Escudo Heráldico y Bandera Municipal, para el Ayuntamiento de Arroyomolinos (Cáceres)", publicada en el Diario Oficial de Extremadura el 18 de marzo de 1993 y aprobada por el Consejero de Presidencia y Trabajo Manuel Amigo, luego de haber sido aprobado el expediente por el ayuntamiento el 7 de mayo de 1991 y el 12 de noviembre de 1992 y haber emitido informes favorables el Consejo Asesor de Honores y Distinciones de la Junta de Extremadura el 28 de enero y 24 de noviembre de 1992. El escudo se define oficialmente así:

El término municipal de Arroyomolinos de Montánchez limita con:[3]

Fue fundado en 1228 por el rey Alfonso IX de León, pero sus tierras han sido habitadas desde el neolítico. Ya en tiempos romanos se construyeron los molinos que le dan nombre a la localidad. Los árabes construyeron también este tipo de molinos.

El 28 de octubre de 1811, se produce el acontecimiento histórico más importante de Arroyomolinos. Durante la Guerra de la Independencia Española, en Arroyomolinos se produjo una de las más importantes victorias sobre el ejército francés.

La batalla que tuvo lugar fue conocida como la Batalla del Arroyo de los Molinos y también como la Sorpresa de Arroyomolinos. En ella, un ejército aliado anglo-hispano-portugués, bajo las órdenes del General Hill, derrotó a las tropas francesas del General Girard.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura que desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Montánchez[4]​que en el censo de 1842 contaba con 600 hogares y 3287 vecinos.[5]

Desde el censo de 1857 hasta el de 1981 se denominaba Arroyomolinos de Montánchez.

Evolución demográfica (INE[6][7]​):

Es el monumento más importante de la villa. Los primeros cimientos se remonta a siglo XVI, aunque fue terminada en el siglo XVII. Organizada interiormente en una sola nave de cuatro tramos, techados mediante bóvedas de cañón con lunetos, una gran cabecera poligonal, rematada con una compleja bóveda de crucería.

En los laterales del templo se abren dos portadas, siendo la septentrional una notable obra en la que se funden elementos góticos y renacentistas.

Del interior destacan varias obras que se pueden fechar las más antigua en el siglo XV como es el rico sepulcro también plateresco, en la parte superior tiene un crucifijo y ángeles a los lados, todo ello en piedra; se ignora a quién pudo haber pertenecido, pues su descubrimiento es de fecha reciente.

Obra poco conocida pero no por ello menos importante es la tabla Virgen de la Leche, su nombre se debe al tema tratado, ya que se representa a la virgen madre amamantando a su hijo.

Joya renacentista de Arroyomolinos. Esta ermita es obra de uno de los principales maestros del renacimiento español. La obra olvidada de Roque Balduque.

En el lugar antiguamente conocido por el Arrabal, al final de la calle de Santo se alza la ermita dedicada a San Sebastián. Consta de una sola nave con tres cuerpos, camarín y sacristía. El altar mayor, en forma de concha, y entre otras imágenes destaca le de San Sebastián, documentada como obra del escultor del renacimiento sevillano Roque Balduque, escultor de origen flamenco (?-1561), hay que destacar que la producción de este sobre todo se refiere a las imágenes marianas, supone el punto de partida tanto iconográfica como estilísticamente para las creaciones de los escultores del posterior manierismo sevillano. La imagen muestra la elegancia y el empaque de las figuras renacentistas pero con cierta expresión melancólica, además posee los grafismos propios de la producción de este escultor sobre todo en la manera de tratar los ropajes.

El acceso a la ermita se hace a través de una puerta de estilo gótico, adornada con dovelas, con entrada por la calle del Santo y por otra puerta dintelada, que mira a poniente, un amplio patio, con arreates llenos de flores y rodeado de altas paredes, servía de escenario para la tradicional ofrenda al Santo. Está reforzada por el exterior de recios contrafuertes, que van adosados a los muros, dando resistencia al tiempo para seguir para seguir desafiando al paso del tiempo: en el tejado, sobre la parte que cubre el altar, se levanta una humilde espadaña donde hay una pequeña campana.

En Arroyomolinos se celebran las siguientes fiestas:[8]

28 de octubre " Sorpresa de Arroyomolinos " representación de la batalla



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