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Arsínoe II



Arsínoe II Filadelfo (316 a. C.-270 a. C.) fue reina de Tracia, primero, y corregente de Egipto, después. Era hija del rey Ptolomeo I Sóter de Egipto y de Berenice.[1]

En 300 a. C. se casó con Lisímaco, rey de Tracia, mucho mayor que ella.[a]​ Para casarse con ella, Lisímaco repudió a Amastris, su primera mujer, y cuando esta murió concedió a Arsínoe las ciudades de Heraclea Síntica, Amastris y Díon como regalo.

Deseando asegurar la sucesión en sus propios hijos, intrigó contra su hijastro Agatocles, que era hijo del primer matrimonio de Lisímaco y que además estaba casado con Lisandra, hermanastra de la propia Arsínoe. Y no cesó en su empeño hasta que, en 284 a. C., Agatocles fue condenado a muerte gracias a los ardides de Arsínoe. Pero esta muerte sería fatal para sus planes, pues Lisandra buscó protección en la corte de Seleuco, que estaba encantado de tener un pretexto para marchar contra Lisímaco.

En la guerra que siguió, Seleuco logró vencer y matar a Lisímaco, por lo que Arsínoe tuvo que huir con sus hijos a Éfeso (que entonces se llamaba Arsínoe en su honor) y de ahí a Casandrea (Macedonia). Seleuco sólo reinó en Macedonia unos pocos meses, pues fue asesinado por Ptolomeo Cerauno, el hermanastro de Arsínoe que se acababa de proclamar rey del país.

Deseando librarse de los hijos de Arsínoe, que podrían convertirse en pretendientes al trono, Ptolomeo Cerauno propuso matrimonio a Arsínoe, disimulando sus verdaderas intenciones con promesas solemnes y juramentos de lealtad. Una vez que la ingenua aceptó y le abrió las puertas de Casandrea, Ptolomeo asesinó a los dos hijos menores de Arsínoe en presencia de su propia madre, que huyó de nuevo, esta vez a Samotracia y, poco después, a Alejandría de Egipto, donde se casó con su propio hermano, Ptolomeo II Filadelfo, después de intrigar para que se expulsara a la primera mujer de su hermano, Arsínoe I.

Aunque no tuvieron descendencia, Ptolomeo demostró una gran pasión por su hermana y esposa, dándole su nombre a numerosas ciudades y distritos del país, entre otros honores, y parece ser que su amor fue correspondido. Arsínoe colaboró con su marido en el gobierno del país, influyendo favorablemente en el éxito de la Primera Guerra Siria, entre Egipto y el Imperio seléucida.

Cuando Arsínoe murió, el ingenioso arquitecto Dinócrates proyectó por orden de Ptolomeo un fastuoso templo en su honor, cuya cúpula iba a construirse con piedra imán. De esta forma colocarían una estatua metálica de la homenajeada que quedaría suspendida en el aire por efecto del magnetismo.[2]​ Pero la muerte del arquitecto y del mismo Ptolomeo dio al traste con la construcción.

El epíteto de Filadelfo (que ama a su hermano), que compartió con su marido, le fue dado por sus paisanos macedonios, escandalizados por el incesto, que era una antigua costumbre practicada por los reyes de la monarquía egipcia.



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