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Artículos de la Confederación



Los Artículos de la Confederación y la Unión Perpetua, conocidos como los Artículos de la Confederación, constituyeron el primer documento de gobierno de los Estados Unidos de América. Fueron aprobados por el segundo Congreso Continental el 15 de noviembre de 1777, después de varios meses de debate. Fue una directriz no obligatoria hasta su ratificación cuatro años después, el 21 de marzo de 1781. Los Artículos de la Confederación son considerados uno de los cuatro documentos fundacionales de la nación norteamericana.

Los Artículos formaron una confederación débil que unía a las Trece Colonias británicas norteamericanas, con la capacidad de gobernarse casi solamente en tiempos de guerra y emergencias. Tras el fin de la Guerra de Independencia y el comienzo de nuevas prioridades, sus limitaciones se hicieron evidentes. Este documento fue reemplazado por la Constitución de los Estados Unidos después de su ratificación el 21 de junio de 1788.

El Congreso buscó la ratificación de los Artículos que había aprobado desde 1777,

Este documento, sin embargo, no sería efectivo sin la ratificación de los trece Estados. El primero de ellos en ratificarlo fue Carolina del Sur, el 15 de febrero de 1778. El proceso se alargó 3 años más ya que algunos Estados se negaban a renunciar a sus reclamaciones territoriales hacia el oeste. Maryland fue el último Estado en hacerlo, ya que se negaba a unirse si Virginia y Nueva York no renunciaban a sus reclamaciones territoriales del Valle del río Ohio. Finalmente, Maryland ratificó el documento el 1 de marzo de 1781.

El documento consistía en 16 artículos, una conclusión y una sección para las firmas.

Ya que todavía continuaba la guerra contra Gran Bretaña, los colonos no querían establecer otro gobierno nacional poderoso. Con el celo de proteger su nueva independencia, el Congreso Continental creó una estructura unicameral débil que protegía la libertad de los Estados miembros. Aunque el Congreso regulaba los asuntos monetarios y militares, los Artículos no habían diseñado ningún mecanismo para asegurarse de que cada Estado cumpliese con las tropas y el dinero que se necesitara. Ello debilitaba al ejército, como fue el caso en 1781 y que George Washington haría patente en una carta al Gobernador de Massachusetts, John Hancock.

Los Artículos daban apoyo al Ejército Continental y permitían que los trece Estados formasen un frente de unión ante los poderes europeos. Sin embargo, como herramienta para construir un gobierno efectivo en tiempos de guerra, fue un fracaso. El Congreso podía tomar decisiones, pero no tenía el poder para aplicarlas. Quizás, el mayor contratiempo fue el requisito de aprobación unánime de los 13 Estados para modificar los artículos. Al mismo tiempo, el poder más importante que le faltaba al Congreso era el poder de cobrar impuestos: sólo podía solicitar dinero de los Estados. Estos, por su parte no siempre cumplían con las demandas y el Congreso no contaba con los fondos necesarios para su operación. Los Estados y el Congreso se habían endeudado durante la guerra, y el pago de las deudas era un asunto de importancia nacional.

No obstante, el Congreso de la Confederación tomó dos acciones muy importantes. La Ordenanza de la Tierra de 1785 estableció las provisiones de la tierra que se utilizarían durante la expansión posterior del país. La Ordenanza de 1787 (Ordenanza Noroeste) oficializó la renuncia de los trece Estados originales de las tierras del oeste y, al mismo tiempo, permitió la entrada de nuevos Estados a la confederación.

Tan pronto como la unidad que demandaba la Guerra de Independencia se hizo innecesaria, el Ejército Continental se disolvió, aunque se conservó una fuerza muy pequeña para proteger los fuertes y defender a los Estados de los ataques de los amerindios. No obstante, cada Estado tenía su propio ejército y 11 de los 13 Estados tenían una armada. Las promesas de riqueza y de otorgamiento de tierras que se harían durante la guerra no se cumplieron. En 1783, George Washington apaciguó la conspiración de Newburgh, pero los disturbios de los veteranos de Pensilvania que no habían recibido sus pagos forzaron al Congreso a marcharse de Filadelfia el 21 de junio. Este, sin embargo, no sería efectivo sin la ratificación de los trece Estados. El primero de ellos en ratificarlo fue Carolina del Sur, el 5 de febrero de 1778. El proceso se alargó tres años más ya que algunos Estados se negaban a renunciar a sus reclamaciones territoriales hacia el oeste. Maryland fue el último estado en hacerlo, ya que se negaba a unirse si Virginia y Nueva York no renunciaban a sus reclamaciones territoriales del Valle del río Ohio. Finalmente, Maryland ratificó el documento el 1 de marzo de 1781.

En mayo de 1786, Charles Pinckney, de Carolina del Sur, propuso que el Congreso revisara los Artículos de la Confederación. Algunos de los cambios que recomendaba eran otorgar al Congreso el poder para regular el comercio interior y exterior y proveer una estructura de financiación para recaudar dinero de las tesorerías estatales. No obstante, se requería la aprobación unánime, y en aquella ocasión no llegaron a ningún consenso.

En septiembre, cinco Estados se reunieron en la Convención de Annapolis (1786) para discutir sobre los ajustes para mejorar el comercio. El director, Alexander Hamilton, invitó a los representantes de los Estados a una convención en Filadelfia para discutir sobre las mejoras en el gobierno federal. Después de debatir, el Congreso presentó su plan de revisar los Artículos de la Confederación el 21 de febrero de 1787.

Según los términos de la modificación, los Artículos permanecerían vigentes hasta 1790, hasta que cada uno de los 13 Estados hubiese ratificado la nueva Constitución. El 28 de septiembre de 1787, el Congreso envió la Constitución a los Estados para su ratificación. El 2 de julio de 1788, el Congreso anunció formalmente la ratificación de la Constitución, después de la ratificación del noveno Estado, Nuevo Hampshire, el 21 de junio de 1788. Finalmente, el 1 de abril de 1789 se reunió por primera vez la Cámara de Representantes.

La lista siguiente es de los presidentes del Congreso de la Confederación después de la promulgación de los Artículos de la Confederación y que ostentaron el cargo de "Presidente de los Estados Unidos en el Congreso Reunido". El presidente no era, sin embargo, el jefe del ejecutivo, como lo sería después el Presidente de los Estados Unidos bajo la Constitución.



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