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Asedio de Atella



El asedio de Atella tuvo lugar en julio del año 1496 y fue consumado por las tropas españolas al mando de el "Gran Capitán. Con el éxito de este asedio, se culminó la ofensiva de la liga Veneciana más importantes durante el conflicto ya que a partir de esta victoria y de la capitulación francesa casi todas las plaza francesas pasaron al rey Fernando II de Nápoles, permitiendo así expulsar a casi todos los franceses del territorio napolitano, menos a las plazas de Calabria, Venosa, Tarento y Gaeta .

Después de 17 días a través del territorio napolitano, el "Gran Capitán" llegó a la puertas de Atella con 400 hombres de caballería ligera, 70 hombres de armas y 1000 hombres de intantería elegidos por él. En el campamento ya estaban el rey Fernando II de Nápoles, el papa Alejandro VI, que dejó a su hijo César como Legado pontificio y Francisco II Gonzaga. En la ciudad se encontraba el duque de Montpensier.

Tras evaluar la situación, a Don Gonzalo le llamaron la atención unos molinos mediante los cuales los sitiados obtenían agua y harina, lo cual les permitía prolongar por más tiempo el cerco, a la espera de una posible llegada de auxilios exteriores. Se fijó entonces como primer objetivo privar al enemigo de los beneficios de dichos molinos, que eran custodiados por piqueros suizos y ballesteros y arcabuceros gascones. En el enfrentamiento del 1 de julio de 1496, los rodeleros españoles cargaron con gran fuerza contra los mencionados defensores, haciéndoles retroceder desordenadamente. La caballería ligera hispana les cortó la retirada, y prácticamente fueron aniquilados. Salió entonces de la ciudad la caballería pesada gala, y el Gran Capitán reagrupó todas sus fuerzas para hacerle frente. Tras un nuevo choque, aquella fue cediendo terreno, y finalmente optó por refugiarse en la ciudad, logrando así los españoles apoderarse de los molinos. A continuación tomó el resto de posiciones enemigas circundantes a Atella, entre ellas las fortalezas de Ripacandida y Venosa. Así el cerco se iba haciendo más pequeño, entonces el duque de Montpensier pactó rendirse y entregar la ciudad si no llegaban refuerzos en 30 días. En el pacto se incluyeron una serie de cláusulas:

Menos las plazas del Señor de Aubigny en Calabria, todas las demás plazas de Nápoles deberían pasar a la liga Veneciana. Se ayudaría a trasladar a los soldados franceses a Francia en navíos. Habría un indulto general a los soldados napolitanos que hubieran participado al lado de Francia y que reconociesen como rey a Fernando II en quince días.

Como la ayuda no llegó, se firmaron las cláusulas de la capitulación. Pero las ciudades de Venosa, Tarento y Gaeta se negaron a rendirse, excusándose en no tener órdenes directas de Carlos VIII. Desde que zarpara el barco francés con 5.000 hombres hasta su llegada murieron en el camino 4.500 tripulantes por culpa de diversas epidemias, y entre ellos, figuraba el duque de Montpensier.

Esta gran victoria de Don Gonzalo fue sonada a nivel internacional, y a partir de esta batalla fue cogiendo el sobrenombre del Gran Capitán. Después de esta batalla todas las plazas francesas menos Venosa, Tarento y Gaeta y las gobernadas por el Señor de Aubigny, se recuperaron para Fernando II.



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