Astérix y los normandos es el noveno tomo de la serie, en español, de historietas Astérix creadas por Albert Uderzo (dibujos) y René Goscinny (guion). Parte del argumento de este álbum fue utilizado en la película live-action Astérix y Obélix al servicio de su majestad.
Como de costumbre es un día apacible cuando llega a la aldea gala Filatelix, el cartero. Obélix le pregunta si se pueden enviar menhires por correo, a lo que este le responde que sí, siempre que sean certificados para que no se pierdan en el reparto. En la correspondencia trae una carta desde Lutecia (París) para el jefe Abraracurcix. La carta es de su hermano Oceanonix que le informa que su hijo Gudurix, un joven quinceañero, viaja de vacaciones a la aldea y le solicita que lo haga hombre, ya que la vida de ciudad lo tiene muy blando.
El “colérico” muchacho llega a la aldea conduciendo un carro tirado por cuatro caballos, al tío lo trata de “viejo”. Astérix le alaba el carro y éste le contesta que es un sport fabricado en Mediolanum (Milán). El jefe le encarga a Astérix y a Obélix que se preocupen del joven. Astérix organiza un baile de recepción en su honor. El muchacho se aburre con la música y bailes provincianos, hasta que sube al proscenio, le quita la lira a Asurancetúrix, el bardo, y les dice que les tocará lo que se baila en las catacumbas de Lutecia, el Pata Pata y otros bailes modernos; pronto todos bailan entusiasmados, hasta Obélix. El baile termina cuando el bardo recupera su lira y comienza a cantar. Todos se van y el joven le dice que está perdiendo el tiempo, que debería ir a cantar al Olimpix de Lutecia (París).
Mientras esto sucede en la aldea gala, en un país situado muy al norte de la Galia, donde las noches son larguísimas y el frío del invierno es insoportable para cualquier ser humano menos para los Normandos - fieros guerreros que desconocen el miedo - un grupo celebra una importante reunión. Están conversando de que necesitan saber lo que es el miedo, pues ellos quieren saberlo todo y lo único que les falta conocer es el miedo y eso que han escuchado de “salir volando de miedo” porque creen que les dará la habilidad de poder volar igual que los pájaros. El jefe pide que le traigan unos calvados, su bebida nacional, en unos cráneos de vencidos, pero bien llenos. El problema que tienen es que al no conocer lo que es el miedo, los niños no le temen al ogro, los mayores no le temen a la autoridad y el hipo es una enfermedad prácticamente incurable; como esto no puede continuar, el jefe Grosenbaf les propone partir hacia donde conozcan el miedo y descubrir el secreto de lo que eso se trata.
Tres semanas después, los normandos se embarcan en uno de sus marineros navíos, un drakkar, iniciando el viaje de estudios. Grosenbaf elige al azar la Galia como región donde dirigirse. Lamentablemente no sabe que los galos no son especialistas en miedo y que su único temor es que el cielo se caiga sobre su cabeza.
Astérix, Obélix y Gudurix están en la playa cuando el joven avista el barco normando, lo reconoce inmediatamente y arranca despavorido a la aldea. Abraracurcix envía a Astérix y a Obélix nuevamente a la playa para que vean qué hacen los visitantes. Éstos, en cuanto llegan a la playa comienzan a instalar su campamento. Astérix y Obélix regresan a la aldea y le informan al jefe que los normandos desembarcaron y levantaron un campamento, además le cuentan que tienen nombres muy raros, todos terminados en “af” como: Pataf, Epitaf, Complementaf, Soldaf, Mataf, Castañaf.
Grosenbaf envía a su ayudante Soldaf al interior del territorio a espiar a los galos. A su regreso le cuenta que los galos, igual que ellos, ignoran lo que es el miedo, pero que hay uno que presume conocerlo, incluso dice que es campeón del miedo. El Jefe ordena organizar una expedición para que lo capturen y se lo traigan vivo.
Los normandos capturan a Gudurix cuando va de regreso a Lutecia. Astérix y Obélix encuentran el carro del joven en el bosque y por las huellas deducen que fue secuestrado. Una patrulla romana observa que en la playa hay una pelea, el decurión regresa a su campamento para hacer un informe en triplicado del acontecimiento pero el centurión los envía nuevamente a la playa para que detengan la pelea. Cuando llegan a la costa se meten en medio de la contienda que tienen los normandos con Astérix y Obélix, sacando la peor parte.
La patrulla romana regresa a su campamento e informa que sólo es una discusión entre bañistas. Astérix y Obélix llegan a la tienda del jefe normando y le preguntan por qué han raptado a Gudurix. El jefe les contesta que el campeón les enseñará muchas cosas y luego lo dejarán ir, lo que les enseñará es cómo tener miedo y cómo volar.
Astérix le pregunta al jefe normando si ellos le enseñan cómo tener miedo ¿le devolverá al joven y se irán de la Galia? Grosenbaf le contesta que sí, porque ellos no han venido en plan de guerra sino de estudio. Serán sus descendientes quienes volverán, pero muchos siglos más adelante.
Astérix le responde que en la aldea tienen algo que servirá para enseñarles a tener miedo. Envía a Obélix a buscar al bardo Asurancetúrix, al que encuentra cuando iba camino a Lutecia. El bardo acepta ir donde los normandos por salvar al joven Gudurix, el único que ha sabido apreciar sus dotes de cantante y que le recomendó presentarse en el Olimpix de Lutecia.
Mientras esperan el regreso de Obélix, el jefe normando pierde la paciencia y lleva a Gudurix al borde de un acantilado para que les enseñe a volar de miedo. Justo cuando lo van tirar al vacío interviene Astérix y se arma la gran pelea; el joven, al ver la soledad de Astérix contra tantos normandos, pierde todo su temor y con gran coraje pelea junto a Astérix.
Cuando están en medio de la pelea llegan Obélix y el bardo. Astérix pide detener el combate para enseñarles lo que es tener miedo y hace cantar al bardo delante de los normandos. Éstos, al escucharlo, comprenden lo que es tener miedo, aunque todavía no les aparecen alas. Liberan al joven y regresan a su patria, pero lo único que no les resulta es lo de volar de miedo.
En la aldea, el tío está orgulloso de su ahora valiente sobrino que completa su aprendizaje con Obélix quien, entre otras cosas, le enseña a cazar jabalíes y a atacar las patrullas romanas. Terminan las vacaciones del joven y Abraracúrcix organiza un gran banquete de despedida, pero también es en homenaje del bardo que fue el héroe de la jornada; en el banquete se le permite cantar todo lo que se le ocurra.
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