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Australopithecus africanus



Plesianthropus transvaalensis

Australopithecus africanus es una especie extinta de hominino de Sudáfrica. Su nombre significa «mono del sur de África». Los primeros restos fósiles, el cráneo de un niño conocido como el niño de Taung, fueron descubiertos en 1924 por Raymond Dart en Taung, Sudáfrica,[1]​ pero no fue tomado en cuenta hasta 30 años después. Posteriores descubrimientos se realizaron en Sterkfontein y Makapansgat.

La biocronología (estimación de la edad biológica) de la especie abarca desde el Piacenziense (Plioceno superior) al Gelasiense (Pleistoceno inferior), aunque las edades absolutas son difíciles de determinar por las características de los yacimientos. Algunas fuentes barajan cifras desde menos de 3 millones de años de antigüedad hasta más de 2 millones;[2]​ otras lo datan entre 3,3 y 2,5 millones de años[3]

Un equipo de geólogos de la Universidad de Purdue afirma que los primeros fósiles de homínidos, los australopithecus africanos, son más antiguos de lo que parecen. En concreto, 1 millón de años más longevos. Lo que quiere decir que la raza humana debe tener entre 3,4 y 3,7 millones de años de evolución.

Sin duda, un hallazgo histórico que el equipo encontró tras analizar nuevamente los fósiles de la cueva Sterkfontein. También conocida como la “Cuna de la Humanidad”, por la cantidad de restos humanos que hay en su interior. Entre los que figuran el primer australopithecus adulto, descubierto en 1936, y el cráneo mejor preservado de un homínido anterior al Homo sapiens: la Señora Ples hallada en 1947.

Hace medio siglo era muy difícil precisar el periodo y la especie a la que pertenecía un fósil humano. Esto debido a los múltiples cambios evolutivos que sufría su morfología, y a las variaciones en el entorno y en el clima. Sin embargo ahora es mucho más fácil, con la ayuda de la datación de carbono computarizada y de los instrumentos de análisis.

En este caso, los investigadores de la Universidad de Purdue idearon un nuevo mecanismo para fechar los sedimentos enterrados en la cueva Sterkfontein. Una técnica centrada en analizar el bloque que recubre al fósil, en lugar de pensar en el cráneo del homínido o en los animales y plantas cercanos que suelen ser de épocas diferentes.

Para ello, el equipo utilizó un acelerador de isótopos radioactivos (AMS) para separar la superficie del suelo más joven y datar las rocas más longevas. Fue así que se dieron cuenta de que el “Little Foot”, uno de los primeros fósiles de australopithecus, era 3,7 millones de años más antiguo. No 2,5 millones de años como creían los científicos en 1930.

Como otros Australopithecus, A. africanus tenía una marcha bípeda, aunque aún conservaba costumbres arborícolas. Su peso promedio era de 41 kg para los machos y de 30 kg para las hembras,[4]​ con una estatura de 1,50 m.

Su capacidad craneal es de 480 cm³ a 520 cm³,[5]​ muy por debajo de los 1500 cm³ del ser humano actual. Su caja craneal es más alta y redondeada que la de los antropomorfos, y su esqueleto postcraneal es similar al de Australopithecus afarensis.

Su cara es más corta. Presenta menor prognatismo (la mandíbula está adelantada con respecto al maxilar), unido a un menor tamaño de piezas dentales.

Sus piezas dentales no se diferencian mucho de las del humano. Los caninos eran pequeños, sin sobresalir como en los antropomorfos, y los incisivos eran tan pequeños como los nuestros. Recientes estudios han demostrado que podía partir semillas y frutos secos grandes con sus dientes, lo que le habría dado una gran ventaja en épocas de escasez de otros alimentos más blandos.[6]

También es importante mencionar que desaparece el diastema (separación entre incisivos), o es muy escaso.

Por tanto, notamos una reducción de caninos e incisivos y hay un mayor énfasis de la masticación en el resto de la dentadura.

Otro punto importante es el dimorfismo sexual.[7][8]



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