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Bacará



El bacará, baccarat o bacarrá en España, es un juego de cartas francesas común en los casinos,[1]​ semejante al blackjack.

En el bacará sencillo, la casa es el banco. En el modo llamado chemin de fer (una variante avanzada de bacará), el banco pasa de un jugador a otro. En el punto banco (versión norteamericana), se ve cómo el banco pasa de jugador en jugador, pero realmente bajo el control de la casa. En el juego de casino se manejan tres o seis barajas de 52 cartas, barajadas en conjunto y repartidas a partir de un "sabot" o "shoe", nombre que se le da en inglés a una caja diseñada para contener varios mazos de naipes, y poder ir tomando estos de uno en uno. Las cartas se diferencian en palos y figuras, con numeraciones de 10 y 0. El fin del juego es que el jugador sume con sus cartas un valor lo más cercano posible al 9 y mayor que el que tenga la banca. Este juego fue popularizado por Ian Fleming (2015), entre otros autores, desde la primera novela del agente 007.

El bacarrá, bacará o baccarat suele disputarse entre un jugador contra la banca, aunque pueden ser más. Al contrario de la mayoría de los juegos de casino, la ventaja de la casa se reduce a conocer la tercera carta recibida por el jugador, caso de haberla. El escritor Ian Fleming (2015) explica el reglamento de la siguiente manera:

Se reparten, una a una, cuatro cartas, dos para el jugador y dos para el banquero, sin embargo hay ocasiones en que se extrae una tercera. El juego comienza colocando una apuesta al jugador, al banquero o al empate, en caso de participar varios jugadores estos pueden pasarse, pero si todos se pasan la apuesta se divide.[nota 1]​ La mano que consiga o más se acerque al 9 gana. Cuando el jugador y el banquero totalizan el mismo puntaje, la mano es declarada en empate.

Las figuras, J, Q y K más los dieces, valen cero, los ases valen 1, las restantes cartas conservan su valor. En el bacará no es posible superar el nueve porque solo se contabiliza la última cifra. Ejemplo: El jugador recibe un 4 y un 8. El total es 12, como únicamente se toma la última cifra, la mano vale 2. Ninguna mano tendrá más de 3 cartas.

Si el valor de las dos cartas iniciales, ya sean del jugador o del banquero, es de 8 o 9 (mano natural) no se reparten más cartas a ninguna de las dos partes, el que posee esa puntuación levanta los naipes y se ve quien ha ganado. En caso de que ninguno de los dos ha llegado a 8 o 9 pueden pedir una tercera carta. En este último supuesto, las leyes de la probabilidad desaconsejan claramente pedirla cuando la suma es 6 o 7. Por contra, es aconsejable pedirla cuando se tiene 0, 1, 2, 3 y 4. Cinco es el término medio y, por lo general, las probabilidades de mejorar o empeorar están empatadas al 50%, quedando al criterio del jugador solicitar o no un naipe más.[nota 2]

El escritor británico Ian Fleming contribuyó a popularizar este juego con sus novelas sobre James Bond, girando la primera, Casino Royale, en torno a una partida de bacará con apuestas millonarias. Posteriormente ha salido en numerosos títulos de la serie Bond, pese a que la película Casino Royale la sustituya por una de póquer Texas hold 'em.



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