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Batalla de Camarón



La batalla de Camarón (Bataille de Camerone en francés) fue un conflicto que tuvo lugar el 30 de abril de 1863 entre la Legión Extranjera Francesa y el Ejército Mexicano cerca de la localidad de Camarón de Tejeda, Veracruz contra el ejército del Segundo Imperio francés.[1]

Durante la segunda intervención francesa en México, en 1863, el ejército francés cercó la localidad de Puebla tras el fracaso del ataque previo contra la ciudad en la batalla de Puebla del año anterior, el 5 de mayo de 1862.

El 29 de abril de 1863, un destacamento francés partió desde el puerto de Veracruz con la misión de abastecer a las tropas francesas con víveres, tres millones de oro y otros materiales. El coronel Pierre Joseph Jeanningros estuvo al mando de la Legión Extranjera tras recibir información sobre un posible ataque contra el destacamento decidió mandar a la 3.ª compañía a explorar los accesos al poblado de Palo Verde bajo las órdenes del capitán Jean Danjou. El destacamento estuvo formado por 62 soldados de infantería y tres oficiales (entre los que se encontraban Danjou y los tenientes Maudet y Vilain).

A la 1:00 (hora local) del 30 de abril, los soldados iban de camino y a las 7:00, tras recorrer 15 millas se detuvieron en Palo Verde a descansar. Poco después avistaron a un batallón formada por 650 infantes y 200 caballos dirigida por el gobernador de Veracruz y coronel Francisco de Paula Milán.[2]​ El capitán Danjou ordena desplazar a paso ligero hacia la hacienda de La Trinidad. Después de varias escaramuzas se acerca a la hacienda con bandera blanca y enviado por Milán, el teniente Ramón Layne y les pide se rindan, a lo que se niega Danjou argumentando que tiene armamento, esto a pesar de que las mulas donde los franceses llevaban municiones de reserva habían sido capturadas por los mexicanos.

Tras incendiarse la posada, los franceses se quedaron sin agua y al mediodía Danjou falleció de un disparo en el pecho y el subteniente Vilain dos horas después. No obstante, sus soldados continuaron resistiendo a pesar de estar en inferioridad ante las fuerzas mexicanas. A las 5 de la tarde quedaban en pie 12 legionarios a las órdenes del teniente Maudet. El fuego de los defensores se fue opacando, escuchándose cada vez menos disparos provenientes del caserón. Esto permitió que el teniente coronel Cambas entrara con sus hombres al interior para luchar cuerpo a cuerpo.[3]


De los 62 soldados franceses, solo el caporal Maine y 2 hombres más quedaron en pie al final de la batalla; en total resistieron por 11 horas ante 650 mexicanos cuyas bajas registradas ascendieron solamente a 16 muertos y 18 heridos.[4]​ Al terminar la batalla y notar que solo quedaban 12 legionarios, Paula de Milán exclamó con asombro: "¡Estos no son hombres, son demonios!". Los franceses restantes se rindieron a condición de que pudieran conservar sus armas y, más importante, que su teniente herido fuese tratado por un doctor, Paula de Milán aceptó y cumplió su promesa, aunque más tarde el teniente francés murió por sus heridas; el resto permaneció en cautiverio unos meses más (leer la siguiente sección para más detalles).

Las bajas fueron significativas: de toda la compañía, la mitad murieron o fueron heridos de gravedad. Los heridos fueron trasladados a los hospitales de Huatusco y Jalapa, donde recibieron asistencia médica. Tres meses después de la batalla se produjo el primer intercambio de prisioneros en el que fueron liberados ocho franceses a cambio de doscientos mexicanos.[5]

Por decreto del 4 de octubre de 1863, el Ministro de Guerra, el general Randon ordenó que el nombre de "Camerone" estuviese inscrito en la bandera del regimiento de la legión extranjera.[6]​ Además, el Emperador Napoleón III decidió que los nombres de Danjou, Vilain y Maudet fueran marcados en el palacio de Los Invalidos.

En 1892 se erigió un monumento en el lugar del combate en el que rezaba una inscripción en latín, pero el estado de abandono del memorial hizo que en 1948, el coronel Penette mandara levantar otro inaugurado en 1963 en el que figura la misma inscripción en francés:[7]

El 30 de abril, durante todos los años el gobierno francés celebra ceremonias en memoria de los caídos con un desfile militar. A estas ceremonias suelen asistir representantes del ejército francés y de veteranos jubilados de la legión francesa.

La conducta atribuida a la legión en esta cita fue mitificándose y Camarón fue sinónimo de coraje y de lucha hasta la muerte.[8]

El capitán Danjou fue un militar que perdió la mano izquierda durante una expedición en Argelia, por lo que tuvo que llevar una prótesis en su antebrazo. Esta prótesis está considerado el objeto más valioso de la legión y aquel legionario que la porte durante un desfile lo considera un honor.



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