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Batalla de Mocha



La Batalla de Mocha fue un enfrentamiento bélico acaecido el 2 de septiembre de 1812 en los alrededores de la ciudad de Mocha, en la actual provincia ecuatoriana de Tungurahua, al sur de la ciudad de Ambato.[5]​ En esta batalla se enfrentaron los ejércitos del Estado de Quito, comandados por el coronel Carlos de Montúfar, y los del Imperio español, dirigidos por el general Toribio Montes.

Inicialmente, la Junta quitense de 1809 había considerado entre sus proyectos iniciales organizar un ejército de 2.000 hombres para defender la ciudad.[6]​ Incapaces de fabricar armas de fuego por dificultades materiales y técnicas, los quiteños se dispusieron a producir lanzas, espadas, hachas, cuchillos, arcos, flechas y mazas.[7]​ Los revolucionarios solicitaron ayuda a Cuenca, Guayaquil y Popayán, pero éstos territorios se negaron al enterarse de la campaña del virrey José Fernando de Abascal, dejando solos a los quitenses, que contaban con apenas 800 fusiles, y debieron enviar 2.000 hombres (solo 200 o 300 armados con fusiles, el resto con lanzas y sables) capitaneados por un inexperto Francisco Javier de Ascázubi, a tomar Pasto y Popayán, pero la mayoría de sus tropas desertaron.[3]

Finalmente, los pastusos derrotan y capturan a Ascázubi, quien será ejecutado en 1810. Los quitenses terminaron rodeados por realistas tanto al norte como al sur, y sufrieron serias dificultades para alimentarse,[8]​ por lo que fueron fácilmente vencidos por un ejército de 5.000 realistas limeños y neogranadinos que avanzaron arransando todo a su paso, con el apoyo de Pasto, Guayaquil y Cuenca.[9]

En 1812, después de instalada una segunda Junta presidida por el obispo José de Cuero y Caicedo, que había declarado la independencia del Estado de Quito a finales de 1811, el gobierno quitense estaba en crisis, cercado por todas partes y con dos facciones (montufaristas y sanchistas) enfrentadas entre sí.[1]

La expedición de Montes había salido de Guayaquil con 600 milicianos y 300 soldados del Real de Lima, mientras el coronel Juan de Sámano sale con una división de Cuenca para unir fuerzas en Riobamba.[10]​ Juntos sumaban 2.000 combatientes,[1][2][4]​ la mayoría milicias de Loja, Cuenca y Guayaquil,[4]​ quizás hasta tres cuartos provenientes de esta última[11]​ pero apenas 156 infantes y 46 jinetes de línea enviados desde Lima, sin contar oficiales.[12]​ Se organizaban en 1.550 soldados de a pie, 450 montados y 11 piezas de artillería.[2]

La vanguardia quiteña estaba en San Miguel de Chimbo, pero fue batida antes del combate, pero se concentró el resto de la fuerza en Ambato y principalmente en Mocha, donde estaban bien posicionados y se apoyaban en 6 baterías de artillería, así bloqueaban los dos caminos que conducían a Quito.[2]​ Acorde a José Manuel Restrepo en total eran 5.000 a 6.000, principalmente indios a pie o a caballo con lanzas, y poco más de 1.000 tenían fusiles pero eran bisoños y carecían de oficiales experimentados.[2]​ En cambio, Francisco Antonio Encina habla de 5.000 a 6.000 efectivos en total, la mayoría indios,[1]​ pero apenas 800 con fusiles.[3]

Entusiasmado con el triunfo obtenido sobre las tropas de Arredondo en la Batalla de Chimbo, el coronel Carlos de Montúfar se preparó para enfrentar al general Toribio Montes, que había sido enviado desde Lima para acabar con el Estado de Quito y convertirse en Presidente de la Real Audiencia.[5]​ En su avance, Montes había tomado la ciudad de Cuenca el 25 de junio, capturando allí a 90 personas y 17 cañones.[1]

Ante la amenaza de reconquista, los quitenses abandonaron sus ofensivas al norte y al sur, concentrándose en la defensa de la ciudad capital, especialmente después de conocer que después de su salida de Guayaquil, a Montes se le habían sumado las tropas del teniente general Melchor Aymerich, sumando 3.500 hombres, que incluían mil indios.[13]

Los dos ejércitos se encontraron el 2 de septiembre en los campos de Mocha, al sur de Ambato, las tropas realistas se componían de soldados y milicias provenientes de Perú, Cuenca y Guayaquil, mientras que las quitenses eran en su mayoría indios armados con lanzas que no podían considerarse un ejército,[1]​ por lo que fueron derrotados y obligados a replegarse hacia el Valle de Los Chillos.[14]

Durante la batalla destacó la presencia de Josefa Sáenz Campo y Larrahonda, tía de la posterior heroína independentista Manuela Sáenz, que era esposa del oidor Manzanos y realista declarada. La mujer, que había escapado de un monasterio en el que su familia anti-hispana la tenía recluida, se juntó al ejército español e ingresó al campo de batalla con un sable. Tras la victoria realista, las tropas ingresaron a la ciudad con Josefa llevando el estandarte del Rey al frente, para después hacerla subir al campanario de la iglesia y tañer las campanas en celebración por el triunfo. Al enterarse de que se había convertido en la figura insigne de la batalla, el general Montes la llenó de felicitaciones, elogios y cuidados.[15]

Después de esta victoria, Montes recuperó las ciudades de Ambato y Latacunga, emprendiendo su avanzada sobre la ciudad de Quito, a la que entraría el 7 de noviembre para enfrentar nuevamente a las tropas de Montúfar en la Batalla de El Panecillo,[16]​ en donde los quitenses tuvieron 53 muertos y gran número de heridos, mientras que los realistas 15 caídos y 73 heridos.[17]




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