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Beatriz de Suabia



Beatriz de Suabia (bautizada como Isabel) (1205 - Toro, 1235) fue una noble alemana, reina consorte de Castilla y de León entre 1220 y 1235 por su matrimonio con Fernando III de Castilla.

Fue la cuarta hija de Felipe, duque de Suabia y rey de Romanos, y de Irene Ángelo, nacida esta de Isaac II Ángelo, emperador de Constantinopla.

A la muerte de sus padres permaneció bajo la tutela de su primo Federico II, Sacro Emperador Romano Germánico, un hombre excepcional, muy amante y protector de la cultura y muy culto él mismo, que le inculcó ese mismo amor que trasmitiría a sus hijos; este dio su autorización para su matrimonio con Fernando III, en esos momentos rey de Castilla y años más tarde también rey de León. La boda se celebró el 30 de noviembre de 1219 en la Catedral de Burgos. El cronista Rodrigo Ximénez de Rada, nada proclive a los epítetos, la describe como optima, pulchra, sapiens et pudica («buenísima, bella, sabia y modesta»). Su hijo Alfonso X el Sabio le dedicó un elogio en una de sus Cantigas (la 256, en la que es curada milagrosamente por la Virgen) y en la catedral de Burgos se conserva una escultura del siglo XIII que la representa.

Fue bautizada como Isabel, sin embargo, en Castilla adoptó el nombre de su hermana mayor, Beatriz, la emperatriz del Sacro Imperio Romano, que murió en 1212. Beatriz fue reina consorte a su vez de ambos reinos hasta su muerte. De dicha unión nacieron:

A su muerte, el cadáver de la reina Beatriz de Suabia recibió sepultura en el monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas en Burgos, en un sepulcro colocado junto al del rey Enrique I de Castilla. Su hijo, Alfonso X el Sabio, ordenó que sus restos mortales fueran trasladados a la Catedral de Sevilla en 1279, donde reposaban los restos mortales de Fernando III.[1]

En 1948, con motivo del séptimo centenario de la conquista de la ciudad de Sevilla por Fernando III, que capituló en 1248, se construyó el sepulcro actual de la reina Beatriz de Suabia, que se encuentra situado en el lado de la Epístola de la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.

La estatua orante de la reina Beatriz de Suabia, realizada en piedra y alabastro, representa a la reina en su juventud, llevando toca y corona. En su manto aparecen esculpidos castillos y leones. El resto del mausoleo de la reina es idéntico al de su hijo Alfonso X el Sabio, situado enfrente de él. El mausoleo está formado por dos cuerpos superpuestos, que se encuentran flanqueados por columnas en los extremos. El primer cuerpo contiene la urna donde reposan los restos mortales de la reina Beatriz de Suabia, en cuyo frontal hay una cartela donde se lee "Beatriz de Suabia". El segundo cuerpo del mausoleo, rematado por un frontón, lo ocupa un medallón circular en el que aparece colocado el escudo del reino de Castilla y León.[2]

En la primitiva Capilla Real de la Catedral de Sevilla había una estatua que representaba a la reina en posición sedente, que se hallaba situada ante la imagen de la Virgen de los Reyes, y a su lado izquierdo. También se hallaban presentes en la capilla las imágenes sedentes de Fernando III, rey de Castilla, y de Alfonso X, sepultados allí. En 1356, Pedro I de Castilla, tataranieto de Alfonso X el Sabio, despojó las imágenes de Alfonso X y de su madre, la reina Beatriz de Suabia, de todos los metales preciosos y piedras preciosas que las adornaban.





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