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Biblioteca Nacional de París



Biblioteca Nacional de Francia (en francés: Bibliothèque nationale de France, abr. BnF), es la biblioteca más importante de Francia y una de las más antiguas del mundo, esta situada principalmente en París.[1]​ Sus actividades se reparten entre diferentes ubicaciones, siendo la principal la sede François Mitterrand en el XIII distrito de París, en la orilla sur del río Sena. Dispone de millones de volúmenes, y almacena otros recursos a través de otros departamentos como su biblioteca digital, Gallica.

Un decreto del año 1537, que sigue aún en vigor, exige que la BnF guarde un ejemplar de todas las obras publicadas en el país. Actualmente, alberga en total más de 13 millones de libros y 350.000 volúmenes encuadernados de manuscritos, además de colecciones de mapas, monedas, documentos, estampas y registros sonoros. Cuenta con catorce departamentos y numerosas colecciones principalmente conservadas en sus cuatro sedes parisinas, incluyendo el Departamento de monedas, medallas y antigüedades, heredero del Cabinet des Médailles. El conjunto de las colecciones representa alrededor de 4000 millones de documentos impresos y especializados.

Sus fondos resultaron de la unión de diversas colecciones. La Biblioteca del Rey (Bibliothèque du Roi), fundada en 1368 por el rey Carlos V (1364-1380) con unos 1200 manuscritos en el palacio real de Louvre. Después de su reinado, los manuscritos junto a otras obras de arte se dispersaron a otros lugares pero Luis XI (1423-1483) volvió a crear otra biblioteca real. En 1544, Francisco I de Francia trasladó la biblioteca que contaba con 917 manuscritos, y la biblioteca de los Duques de Orléans en su residencia real de Fontainebleau. Desde el 28 de diciembre de 1537 mediante una ordenanza, el castillo de Blois donde se encontraba ahora la biblioteca, empezó a recibir una copia de cada publicación que se ponía a la venta en el país. Esta obligación, llamada depósito legal, es una etapa fundamental por su importancia y vigencia a lo largo de su existencia. La biblioteca se trasladó a la capital, París, entre 1567 y 1593 por Carlos IX (1550-1574).

El primer catálogo de sus existencias se compiló y publicó en 1622. Bajo el nombre de Biblioteca Real (Bibliothèque Royal), en 1666 fueron instaladas por Luis XIV (1643-1715) en la calle Vivienne. Se abrió al público por primera vez en 1692.

En 1721 la biblioteca se trasladó al Palacio Mazarin en la rue de Richelieu y se sometió a sucesivas expansiones a partir de entonces. En plena revolución francesa, pasó a llamarse Biblioteca Nacional (Bibliothèque Nationale) en 1795 y se benefició con las confiscaciones revolucionarias de las colecciones de libros que poseía la iglesia católica en Francia y más tarde con las adquisiciones de Napoleón. Se estimó unos 300 000 volúmenes antes de la revolución y en 1818, se habían duplicado.

Durante el siglo XIX, el administrador y bibliotecario Léopold Victor Delisle organizó la extensa y valiosa colección de manuscritos de la biblioteca. En 1926, la Bibliothèque Nationale entró a formar parte de un grupo de otras bibliotecas parisinas que, a finales del siglo XX, incluía la Biblioteca del Arsenal y las bibliotecas de la Ópera de París y del Conservatorio Nacional de Música. Con la continua expansión de las colecciones, el antiguo complejo de edificios en la rue de Richelieu ya no podía acomodar más libros.

Una nueva biblioteca diseñada se completó a lo largo del río Sena en 1995 y se abrió al año siguiente. Estas nuevas estructuras albergan todos los libros, publicaciones periódicas y revistas de la BnF, con un total de más de doce millones de libros impresos.

La Biblioteca Nacional de Francia (BnF) antes de su sede principal, sufre de varias mudanzas y se instala en 1720 en la calle Richelieu de París. Nombrada como Biblioteca Nacional primero, y posteriormente como Imperial en el curso de los cambios de regímenes que conoce Francia a partir de la revolución, se instala en los edificios construidos por Henri Labrouste en 1868.

La evolución de la BnF está marcada por varias mudanzas de colecciones, de las cuales, la última fue la más importante. Acompañada por reformas y una ampliación de las superficies utilizadas, con nuevas construcciones, anexiones de edificios preexistentes, y por otra parte almacenamientos en profundidad (en la calle Richelieu) o en altura (en Tolbiac). En varios siglos, la biblioteca encontró varias evoluciones técnicas, que las tuvo en cuenta, a veces con retraso. Estas evoluciones se reflejaron en la entrada de documentos más variados. Diferentes técnicas también han sido puestas en ejecución en la constitución de catálogos cada vez más complejos (catálogos manuscritos e impresos, ficheros y, desde 1987, catálogos informatizados).

El 14 de julio de 1988, François Mitterrand, aconsejado particularmente por Jacques Attali, anuncia en la tradicional entrevista televisada en la radio televisión francesa por el día nacional, «el diseño y la construcción de la mayor y más moderna biblioteca del mundo».[2]

La ubicación escogida está en el nuevo barrio de Tolbiac, en el XIII distrito de París, en una de las orillas del río Sena, entonces un terreno abandonado y propuesto para ayudar a la renovación urbana de la ciudad. El proyecto arquitectónico de Dominique Perrault es atrevido. Simbolizando unos libros abiertos, son cuatro rascacielos de vidrio y acero de 80 metros de altura, 22 pisos, en forma de «L». Cada torre lleva un nombre: de los tiempos, de las leyes, de los números y torre de las letras. Los edificios están agrupados alrededor de un cuadrado abierto en el centro, que es un jardín de 12000 m² cerrado al público. Bajo este nivel hay además dos niveles, de los que el más bajo es una calle interior destinada a la circulación de vehículos (en particular los propios vehículos internos de la BNF y los que vienen para entregar nuevo material al depósito legal). El conjunto de las superficies construidas representa 2.900.000 m² y ocupa una superficie de 7,5 hectáreas en una explanada de 60 000 m².

La nueva Biblioteca Nacional Francesa abrió al público el 20 de diciembre de 1996 y, después de la mudanza de la sede mayor de las colecciones de la calle Richelieu, acoge también en una sala especial a los investigadores desde octubre de 1998.

La BNF es un establecimiento público bajo tutela del Ministerio de Cultura. Como biblioteca nacional, tiene por misión constituir colecciones, particularmente en el marco del depósito legal, velar por su conservación y darlas a conocer al público. Produce un catálogo de referencia, coopera con otros establecimientos al nivel nacional e internacional y participa en programas de búsqueda.

La zona superior de la sede de Tolbiac es accesible a toda persona de dieciséis o más años de edad, a condición de pagar una cuota de entrada, o sea para un acceso puntual, o sea en forma de abono anual. La Planta baja con jardín, así como las salas de lectura de otras ubicaciones son utilizables sólo después de acreditación mediante justificación de la búsqueda, y mediante pago (carta de quince días o carta anual). Ciertas personas pueden ser exoneradas y pagar una tarifa reducida, particularmente los estudiantes.

La BNF, además de asegurarse una copia de todo libro puesto a la venta en el país, también recoge otros tipos de producciones en colaboración con el Instituto Nacional de los Medios Audiovisuales y el Centro Nacional de la Cinematografía. Es a ella quien recoge más documentos a este título y la mayoría de las entradas proviene del depósito legal. Hay que anotar que si la BNF es depositaria de los libros y otros impresos, el depósito legal de las historietas está en el Centro Nacional de la Historieta y de la Imagen (CNBDI) en Angulema.

La BNF tiene una tradición larga de exposiciones centradas sobre sus colecciones, pero a menudo completadas por aportaciones exteriores. Desde la constitución del nuevo establecimiento público, reforzó su actividad de acogida de manifestaciones científicas, tales como coloquios, conferencias, o más raramente proyecciones y conciertos. También es una editorial. Principalmente publica catálogos de sus colecciones, catálogos de exposiciones y documentos inéditos. Algunas de sus producciones aparecen en coedición con editores privados.

La BNF asegura la publicación de dos publicaciones. Crónicas de la BNF informa sus lectores de la vida del establecimiento. La revista de la biblioteca nacional francesa, que sucedió a la Revista de la Biblioteca nacional, comprende artículos sobre la historia de la biblioteca y de sus colecciones, así como a la historia de los medios de comunicación y de las bibliotecas en general.

La BNF tiene también en sus misiones la cooperación con otras bibliotecas francesas. Anudó así relaciones privilegiadas con otras bibliotecas destinadas " polos asociados " de la BNF. Estos polos asociados son de dos tipos:

Los polos regionales del depósito legal impresor, en cada región de provincia y exótica, reciben los libros depositados por los impresores.

Los polos de división documental, en total de 47,(25 en Isla de Francia, 22 en las provincias). Se comprometen, con la ayuda de este, en adquirir y conservar colecciones complementarias de las de la BNF, en un campo determinado. A menudo, varias bibliotecas de la misma ciudad forman juntos un polo de división documental.

La BNF también mantiene relaciones con otras bibliotecas e instituciones en el extranjero. La más conocida es la participación en la Biblioteca Europea, la biblioteca virtual organizada conjuntamente por varias bibliotecas europeas, esencialmente con otras bibliotecas nacionales. Esta reagrupación dio origen a la iniciativa para una "biblioteca digital europea", un proyecto que asocia a la inmensa mayoría de las bibliotecas nacionales del continente.

La BNF aporta también su apoyo a bibliotecas de otros países, en particular de África francófona y de América del Sur. Participa por último en la IFLA. En el seno de esta federación, la BNF participa en los grupos de trabajo sobre las normas de catalogar y está encargada más especialmente de coordinar el programa PAC Preservación y conservación, dedicado a la conservación y a la salvaguardia de los documentos antiguos o frágiles.

La biblioteca nacional francesa es administrada por un consejo de administración que comprende a representantes de los ministerios de tutela, miembros que representan el mundo de la búsqueda, de los representantes del personal y de dos representantes de los usuarios Al consejo de administración le presta asistencia un consejo científico que tiene un papel consultivo.

El presidente de la BNF, nombrado por decreto por tres años, mandato renovable una vez, dirige el establecimiento, tiene asistencia de un director general y por directores generales adjuntos. Actualmente, Laurence Engel es presidente de la BNF. Los servicios de la BNF son repartidos en tres direcciones y cuatro delegaciones.

Las delegaciones que directamente dependen del director general son las siguientes:



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