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Blas de Prado



¿Qué día cumple años Blas de Prado?

Blas de Prado cumple los años el 15 de mayo.


¿Qué día nació Blas de Prado?

Blas de Prado nació el día 15 de mayo de 599.


¿Cuántos años tiene Blas de Prado?

La edad actual es 1424 años. Blas de Prado cumplirá 1425 años el 15 de mayo de este año.


¿De qué signo es Blas de Prado?

Blas de Prado es del signo de Tauro.


Blas de Prado (c. 1545-1599) fue un destacado pintor manierista español, nacido probablemente en Camarena (Toledo), que trabajó para la Catedral de Toledo y otras iglesias de su arzobispado así como para el rey Felipe II y el jerife de Fez. Los elogios que le dedicaron sus contemporáneos, según recogen las fuentes literarias, atestiguan el prestigio del que gozó en su tiempo aunque son muy pocas las obras de su mano que se han conservado. La fuerte influencia italiana que se advierte en ellas, descartado un posible viaje a Italia, se explicaría por sus relaciones con El Escorial y la utilización de estampas de aquella procedencia.

Hijo de Alfonso Martínez, albañil, y de Juana Rodríguez, debió de nacer en Camarena donde se documentan los bautismos de varios de sus hermanos o, según Antonio Palomino, cuya información es en este caso poco fiable, en la propia ciudad de Toledo. Consta que en 1583 se encontraba en esta ciudad donde contrató una serie de retratos de la familia real para decorar uno de los arcos triunfales con que la ciudad recibió las reliquias de santa Leocadia traídas desde la abadía de San Gislem (Mons). La ausencia de noticias anteriores a esa fecha y los rasgos italianizantes de su pintura hicieron pensar en un viaje a aquel país en la década de 1570, para el que no existe confirmación documental.

En 1586 trabajó en la restauración de los frescos pintados por Juan de Borgoña en la Sala Capitular de la Catedral de Toledo, donde entre 1591 y 1592 pintó los escudos de armas de los prelados y sus inscripciones. Entre 1589 y 1590 fue llamado a El Escorial para realizar la tasación de las pinturas de Pellegrino Tibaldi y otros maestros italianos, así como de los «adornos» hechos para la Santa Margarita de Tiziano y para una copia de la Última Cena de Leonardo da Vinci. Nombrado «segundo pintor», (tras Luis de Velasco), de la catedral toledana, contrató entre 1589 y 1593 numerosos retablos para iglesias de Toledo y de Madrid.

Enviado por Felipe II, a quien el soberano de Fez habría pedido que le hiciese llegar un famoso pintor, en mayo de 1593 emprendió viaje a Marruecos con el encargo de retratar a los miembros de la corte, viaje que fue financiado por el VII duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán.[1]​ Este viaje, sin duda el hecho más notable de su biografía, debió de dejar profunda huella entre sus contemporáneos y así, todavía en 1629, era recordado por Lope de Vega en su memorial en defensa del arte de la pintura:

A su paso por Sevilla lo conoció Francisco Pacheco quien cuenta en el Arte de la pintura que «cuando pasó a Marruecos por orden del Rey, llevaba unos lienzos de frutas, que yo vi, muy bien pintados».[3]​ La afirmación de Pacheco, por la fecha en que hubo de ocurrir, junto con su condición de maestro de Sánchez Cotán, sitúan a Blas de Prado en los orígenes del bodegón español, aunque ninguno de su mano se haya conservado.

Debió de permanecer en Marruecos hasta finales de 1598 o comienzos de 1599. Cuenta Palomino que «cuando volvió, vino en traje de africano, y por algún tiempo lo vieron comer en el suelo sobre cojines, o almohadas de estrado, a la usanza morisca. Venía muy rico, y con grandes, y excelentes preseas».[4]​ Del insólito viaje y de la fácil adaptación del pintor al país se hizo eco también el aragonés Jusepe Martínez, quien creía que Blas de Prado retornó a Marruecos al no sentirse en España tan estimado como en su nueva patria, muriendo allí:

En Madrid no tardaría en retomar sus contactos con las iglesias del arzobispado de Toledo, pues ya en marzo se le encuentra contratando con Pedro Ruiz de Elvira el dorado del retablo de Villarrubia de los Ojos.[6]​ Poco más tarde, en julio, Sánchez Cotán se le ofreció como fiador de la obra que deseaba contratar en Madridejos (Toledo),[7]​ pero el mismo año 1599 falleció en Madrid, dejando como heredera a su madre. Por el testamento de Sánchez Cotán, fechado en 1603, consta que a su muerte tenía algunas deudas con el pintor de Orgaz, lo que parece desmentir las legendarias riquezas con que habría retornado del reino de Fez.

La escasa obra conservada de Blas de Prado presenta una notable variedad por el soporte y la técnica empleados, incluyendo la pintura al temple y al fresco y un importante lote de dibujos tomados del natural. La influencia dominante en su pintura es la italiana, ya se trate de obras vistas directamente en El Escorial o conocidas a través de grabados, así el grupo de la Piedad de Miguel Ángel traspasado a la superficie plana del lienzo, pero también la huella de Alonso Sánchez Coello se advierte en sus retratos y algún rasgo de la pintura del Greco se ha señalado en su pintura religiosa.

Excluidas las muchas obras que se le atribuyeron en el pasado y que posteriormente han sido documentadas a nombre de Luis de Velasco o se han asignado a artistas diversos, como Pablo de Céspedes,[8]​ las obras firmadas o documentadas son:

A Blas de Prado se le atribuyen también, entre otras, un retrato de El gran duque de Alba anciano en el Palacio de Liria de Madrid y un retablito con La Virgen con el Niño y San Juanito conservado en el presbiterio de la iglesia del convento de las Jerónimas de Toledo, en el que algunos objetos de bodegón evocarían el interés del pintor por ese género.[15]

Con inscripciones antiguas y atribución a Blas de Prado ha llegado también un importante conjunto de dibujos conservado en los Uffizi de Florencia junto con algunos otros dibujos dispersos en museos e instituciones, entre los que figuran la Biblioteca Nacional de Madrid, el Museo del Louvre y la Hispanic Society of America, hasta un total próximo a las cincuenta piezas.

De su dedicación al dibujo hay constancia por el inventario de los bienes que Sánchez Cotán dejaba en Toledo en 1603, donde se mencionaba un «librillo de dibujos ques de Blas de Prado», además de algunos dibujos sueltos sin especificar y otro libro «de Blas de Prado de Pintura», que pudiera ser un tratado de teoría artística perdido. Los dibujos actualmente atribuidos, en su mayor parte a pluma y ejecutados con trazo ligero y nervioso como estudios del natural, muestran la influencia de Federico Zúcaro y de la pintura italiana de hacia 1560.[16][17]



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