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Bono verde



Los bonos verdes son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas que están calificadas para manejarlos. Son activos líquidos y de ingreso fijo que buscan realizar proyectos verdes, es decir sustentables, y obtener financiamiento por parte de inversionistas interesados, para al final, retornar el rendimiento de su inversión.[1]​ En 2013 se emitieron bonos verdes por un valor estimado de 11 millardos de dólares estadounidenses ($). El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, proyectó que esta cifra se duplicaría antes de finalizar el año 2015.[2]​ Efectivamente: en 2015 se emitieron bonos verdes por 41,8 millardos de $.[3]​ En 2016, por 81 millardos de $,[4]​ y en 2017, por 155,5 millardos de $.[5]​ En 2018 la emisión de bonos verdes creció a USD 183 millardos[6]​ y al finalizar 2021 se situó en los 452.200 millones de $, un 52,2% más que en 2020.[7][8]

El mercado de bonos verdes está creciendo de una manera favorable y está ayudando a cambiar la manera de invertir y las expectativas de los inversores sobre los rendimientos de los mismos.[2]​ El Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (CFI) son algunas de las instituciones que buscan impulsar el desarrollo de este nuevo mercado de inversión para ayudar al medio ambiente y además para poder ofrecer un instrumento nuevo de inversión que tenga liquidez y rendimientos fijos.[1][2][9]

En América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya a los países en el diseño de estrategias de incentivo para el desarrollo de mercados nacionales de bonos verdes, con proyectos actualmente en Perú, Colombia, Argentina, Brasil, México y Ecuador. BID trabaja con Bancos Nacionales de Desarrollo (BND), agencias gubernamentales y organismos reguladores del sector financiero brindando asistencia técnica a lo largo de todo el proceso de estructuración y emisión de bonos verdes.[10]

A fecha de junio de 2021 y según datos de Climate Bond Initiative, la emisión de bonos verdes en América Latina adquirió un volumen de 30.200 millones de dólares [11]

El mercado de los bonos verdes comenzó en el año 2007 con el lanzamiento, por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI), de la primera emisión de bonos verdes en julio de ese mismo año. En 2008, el Banco Mundial emite el primer bono verde para inversionistas institucionales tradicionales.[12]​ En sus inicios, la mayor parte de los bonos verdes fueron emitidos por bancos multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o la Corporación Financiera Internacional y son utilizados para proyectos que no afectan negativamente al clima ni al medio ambiente. Algunos ejemplos de proyectos iniciales son:[9][13]

Los primeros inversionistas se vieron atraídos por este nuevo instrumento financiero debido a que es una inversión líquida de renta fija y por el rendimiento positivo que puede dar. Posteriormente llegaron más inversores institucionales, como fondos de pensiones, que ahora manejan en sus carteras inversiones sostenibles. Los bonos verdes son calificados por el Banco Mundial y también por la CFI con una calificación de crédito 'AAA'. Laura Tlaiye, asesora de sostenibilidad en el Banco Mundial dice que:[1][2][13]

Los bonos verdes traen consigo varios beneficios para los pequeños inversionistas, ofreciéndoles una manera más segura de invertir su dinero. A manera de ejemplo, en Massachusetts, Estados Unidos, el gobierno estatal recibió alrededor de 1.000 pedidos para un bono verde por parte de inversionistas individuales con interés en apoyar proyectos de inversión sustentable del estado.[13]

De 2008 a 2015, el Banco Mundial ha emitido bonos verdes por más de 6 millardos de $ mediante 65 transacciones en 17 monedas distintas.[14]​ Rachel Kyte, vicepresidenta del Grupo Banco Mundial y delegada (envoy) especial contra el cambio climático (hasta diciembre de 2015) dice que:

Y este mercado va creciendo cada vez más.[14][13]​ Tanto el Banco Mundial como la Corporación Financiera Internacional buscan impulsar el mercado de los bonos verdes, para atraer mayor inversión y su principal apoyo es la calificación AAA ofrecida a los inversionistas para proporcionarles seguridad y salvaguardar el uso de las ganancias y el impacto de sus inversiones. En abril de 2014 el Banco Mundial firmó el primer acuerdo de servicios de asesoría con el Consejo Supremo de la Energía de Dubái, con el objetivo de crear y diseñar una estrategia para el financiamiento del programa de inversión ecológica de Dubái.[1][14][13][15]

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) impulsa varios programa de asistencia técnica. Uno de ellos es el programa RG-T2720 de asistencia técnica para fomentar la emisión de bonos verdes en América Latina y el Caribe. Este programa apoya, por un lado, a gobiernos y a bancos nacionales de desarrollo (BND) para fomentar la expansión de los mercados locales de bonos verdes y movilizar recursos domésticos y, por el otro, a los que desean emitir bonos verdes. Los bancos nacionales de desarrollo reciben asistencia técnica del BID durante todo el proceso que va desde la identificación de la cartera de proyectos, la estructuración del bono, la obtención de una segunda opinión independiente y/o certificación, la promoción y, finalmente, la emisión de los títulos.

Otro programa es el RG-X1244, de Financiamento Verde en América Latina y el Caribe para Movilizar la Inversión Privada en Medidas de Mitigación y Modelos de Negocio Sostenibles y con Bajas Emisiones de Carbono Mediante Bonos Ambientales. Este otro programa tiene como objetivo apoyar los BND en la promoción de estrategias de financiación orientadas a movilizar inversiones del sector privado en eficiencia energética y energías renovables.

El Programa del BID incluye un fuerte componente de difusión de conocimiento, de alcance amplio, que se pone a disposición del público y de los actores interesados a través de la Plataforma Green Finance LAC.

Algunas instituciones financieras ajenas al Grupo Banco Mundial, 13 bancos comerciales y de inversión, pusieron en marcha un conjunto de principios o reglas voluntarias sobre los bonos verdes, que dan detalles y describen el proceso de:[15][16]

Todo ello con el fin de proveer mayor claridad y transparencia, tanto a inversionistas como a emisores recientemente llegados a este mercado.[17][18]

La Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA por sus siglas en inglés) actualizó en junio de 2021 los Principios para los bonos verdes (Green Bond Principles, GBP). Estos principios constituyen una guía voluntaria para todos los agentes del mercado a la hora de realizar emisiones de bonos verdes, centrándose en el suministro de información a los inversores, entre otros aspectos.

La Iniciativa de Bonos Climáticos, la entidad de referencia en materia de bonos verdes,[19]​ distingue los siguientes tipos:

Si bien los países de América Latina y el Caribe (ALC) aparecen aún como participantes relativamente menores en el mercado global de bonos verdes, hay un interés creciente de las instituciones financieras de la región en la utilización de este instrumento financiero, por lo cual la expansión de las emisiones de bonos verdes en el ámbito regional permitiría reducir la brecha de financiamiento que, según el Banco Interamericano de Desarrollo existe en la región, para atender inversiones necesarias en infraestructura y en la acción climática.

Así, el Programa de asistencia técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se está implementando en Brasil, Colombia y México.

En Brasil, el BID está trabajando con el Banco de Desenvolvimento de Minas Gerais (BDMG) para evaluar el potencial de una emisión de bonos verdes. Además, en conjunto con la Associação Brasileira de Desenvolvimento (ABDE) y la Comissão de Valores Mobiliários (CVM), el BID lanzó un Laboratorio de Innovación Financiera, que está apoyando al gobierno de Brasil en la evaluación del potencial del país para emitir bonos verdes y desarrollar un mercado doméstico de bonos verdes, analizando las experiencias internacionales y buscando identificar buenas prácticas.

En mayo de 2017, el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (Bndes) emitió US$ 1 000 millones en bonos verdes en el mercado internacional, listados en el Luxembourg Green Exchange, con un plazo de 7 años, y un cupo del 4,75% a. a., y apoyados en proyectos de generación de energía eólica o solar. Fue ese el primer bono verde de un banco brasileño.

En Colombia, el BID está trabajando con Bancóldex, el banco de desarrollo para el crecimiento empresarial en Colombia, y con Findeter, Financiera de Desarrollo Territorial. Gracias a la asistencia técnica del Programa impulsado por el BID, en agosto de 2017 Bancóldex emitió el primer bono verde en el mercado público de valores colombiano, a través de la Bolsa de Valores de Colombia.

En México, el BID está apoyando a Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), una Institución dedicada a apoyar el desarrollo de los sectores rural, agropecuario, forestal y pesquero del país, a emitir su primer bono verde.

En España, en septiembre de 2021, el Tesoro Público realiza su primera emisión de bonos verdes soberanos del Reino de España por importe de 5.000 millones de euros a un plazo de 20 años.[20]


Dos ramas del Grupo Banco Mundial han sido fundamentales para el desarrollo mundial del mercado de bonos verdes: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Corporación Financiera Internacional (CFI). Existen miles de proyectos relacionados y financiados con los bonos verdes, pero los principales son estos:[15][17]

El bono verde más reciente emitido por el Banco Mundial es el Bono Verde de Referencia,[15]​ y a la fecha el mayor en dólares estadounidenses. Este bono refleja un gran crecimiento, y además innovación en un mercado que apoya el desarrollo para cuidar el medio ambiente, llegando a un grupo cada vez mayor de inversores que buscan poner su dinero en algo que tenga un impacto positivo. El Banco Mundial emite periódicamente estos bonos por miles de millones de dólares, los vende a bancos centrales y a grandes inversores institucionales y mantiene una calificación 'AAA'.[15][17]

El objetivo principal de los bonos verdes es que los inversores privados financien la lucha contra el cambio climático. El número de inversores interesados ha aumentado con cada nueva emisión de bonos verdes. El bono verde con el plazo más largo (10 años), por un importe de 600 millones de $, ha sido emitido por el Banco Mundial y adquirido por 25 inversionistas.[21]​ Alex von zur Müehlen, tesorero del Grupo Deutsche Bank, dice:[14][15][22]



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