El brindis o chinchín
, es el momento de una celebración, en el que los invitados levantan y entrechocan las copas, para así manifestar buenos deseos. También se llama brindis a la acción misma de brindar y a las palabras que se dicen en dicho momento, generalmente expresión de buenos deseos o felicitaciones. Tras el acto es costumbre beber la bebida que contiene la copa. El término procede de la frase alemana bring dir’s, que significa «te lo ofrezco» y que solía pronunciarse al brindar.Se piensa que el acto de brindar se originó en el siglo IV a. C., pero se realizaba por una razón bien distinta a la actual. En la antigua Roma para asesinar a alguien era usual que se envenenaran las copas, por lo que los anfitriones, como símbolo de confianza, chocaban fuertemente las copas con sus invitados, lo que producía que el líquido de una copa pasara a la otra. De este modo quedaba claro que no había habido ningún tipo de envenenamiento, pues los dos que hacían el brindis bebían lo mismo.
Otra teoría afirma que en la época vikinga se decía que del vino disfrutan todos los sentidos menos el oído. Con el chocar de las copas, este sentido también participaba del gozo de la bebida.
La obra International Handbook on Alcohol and Culture, editada en 1995, comenta sobre el brindis:
La Encyclopædia Britannica, en su edición de 1910, tomo 13, página 121, dice:
El significado de brindar es ofrecer una cosa ya sea un producto o lo que se esté vendiendo a cambio de un deseo.
El acto del brindis se divide en tres partes. El brindis verbal, el acuerdo y el trago simbólico. En la parte verbal una persona indica una razón para el brindis. Esta puede ser tan simple como “¡Salud!” o “¡Por los aquí presentes!” o tan compleja como una anécdota seguida de una declaración de buena voluntad (por ejemplo: “deseo que vuestra unión dure para siempre”). Todos los presentes ratifican lo dicho levantando sus copas en el aire, lo cual a menudo se acompaña de sonoros gritos o murmullos de aprobación, ya sea repitiendo las palabras del brindis (“¡Salud!”) o confirmando el sentimiento en términos como “¡Por los novios!” o similar, a lo cual sigue el choque de los vasos o copas con el del resto de las personas a su alcance. El trago es una forma de confirmar el deseo y no importa si es un pequeño sorbo o un gran trago.
Un caso de brindis en el que falta el elemento del acuerdo es el “Memory Inmortal” que se suele realizar el Trafalgar Day (Día de Trafalgar) en la cena de la Marina Real Británica a bordo del HMS Victory en memoria del Almirante Nelson en el que la bebida se toma en total silencio.
El brindis se debe realizar con algún tipo de bebidas alcohólicas normalmente champán para ocasiones especiales. A menudo se mezclan bebidas entre los participantes, por ejemplo cuando hay gente que bebe sidra en lugar de champán.
Ejemplos de sitios donde tradicionalmente se suele brindar son:
El desconocimiento de ciertas tradiciones o supersticiones locales siempre puede dar lugar a malentendidos. En este caso, si visitamos Hungría, hay que tener en cuenta un curioso dato: allí está mal visto brindar con cerveza.
Los magiares tienen un fuerte sentimiento nacional y aún recuerdan como los austriacos celebraron la victoria después de aplastar una revuelta húngara en el s. XIX: precisamente brindando con jarras de cerveza. Desde entonces se considera irrespetuoso imitar esta acción. Los turistas se pueden encontrar con miradas desaprobadoras si lo hacen, y probablemente alguien les avisará, amablemente, de que eso no está bien visto. Incluso durante 150 años estuvo prohibido por ley (desde 1848 hasta 1998).
Afortunadamente existen alternativas como brindar con el delicioso vino Tokaji. El zar ruso Pedro el Grande admiraba tanto este vino blanco dulce que mandó a un ejército de cosacos para proteger el corredor entre Hungría y San Petersburgo. También se puede tomar un chupito del popular licor de hierbas Unicum.
Entre la gente del Cáucaso, especialmente los georgianos el brindis es una mezcla de tradiciones elaboradas y rituales, en el que los discursos del brindis son una parte importante del folclore. La sucesión de los brindis es dirigida por el tamadá o maestro de ceremonias de la mesa. Estos discursos empiezan como especie de parábola en la que la frase final es una vuelta de tuerca que constituye el verdadero brindis. El brindis más celebrado es aquel que empieza con una historia aparentemente sin relación alguna con la ocasión, pero que termina con una conclusión que acaba relacionándolas de forma inesperada.
Un ejemplo, corto y simple pero típico sería:
En la poesía popular chilena se conoce como Brindis a la composición poética, escrita normalmente en décimas, en que se hace referencia a un oficio, personaje o situación. Este "brindis" normalmente se recita y es común encontrarlo al inicio de la cueca.
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