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Bruce Ismay



Joseph Bruce Ismay (12 de diciembre de 1862 - 17 de octubre de 1937) fue un empresario británico que sirvió como presidente y director de la línea de barcos de vapor White Star Line. Ismay viajó y sobrevivió en el viaje inaugural de uno de los barcos más importantes de la línea, el RMS Titanic, por lo que afrontó severas críticas.

Joseph Bruce Ismay nació en Crosby, Lancashire (ahora Merseyside), Inglaterra. Hijo de Thomas Henry Ismay y de Margaret Bruce, hija de Luke Bruce, propietario y armador de barcos.[1]​ Thomas Ismay era el socio principal en Ismay, Imrie and Company y refundador de la White Star Line. El joven Ismay se educó en la Elstree School y en la Harrow School, para después ser enviado a Francia durante un año. También fue educado en la oficina de su padre durante cuatro años, tras lo cual realizó una gira por el mundo. Luego fue a Nueva York en representación de la compañía de su padre, ascendiendo a ser uno de sus directores.

El 4 de diciembre de 1888, Ismay se casó con Julia Florence Schieffelin, hija de George Richard Schieffelin y de Julia M. Delaplaine, de Nueva York, con quien tuvo cinco hijos (uno de los cuales murió en la infancia):[2]

En 1891, Ismay volvió al Reino Unido y se hizo socio en la firma de su padre, Ismay, Imrie and Company. En 1899, murió Thomas Henry Ismay y Bruce Ismay se convirtió en el líder de los negocios familiares. Ismay tenía buenas ideas para los negocios y la White Star Line prosperó notablemente bajo su mandato. Además, su inteligencia, para los negocios navieros, le sirvió para servir como director de muchas otras compañías marítimas. Sin embargo, en 1901, Ismay tuvo una propuesta de un grupo de estadounidenses, quienes querían construir un conglomerado internacional de transporte marítimo. Finalmente, Ismay accedió a fusionar su empresa en la International Mercantile Marine Company.[4]

En 1907, Ismay acudió a cenar con William Pirrie, presidente de la compañía astillera Harland and Wolff de Belfast.[5]​ Juntos, planearon construir un gran barco de vapor que superara a los barcos Lusitania y Mauretania, las recientes creaciones de los competidores de la White Star, la Cunard Line. El barco de Ismay no solo tenía que ser rápido, debería tener además una tercera clase para viajar y también ser lujoso, es decir, algo que nunca había pasado en la historia de los trasatlánticos de vapor hasta ese momento. Esto se entiende para atraer a los ricos y a la próspera clase media. Tres barcos fueron planeados y construidos. El segundo de estos barcos debería ser el orgullo y felicidad de la White Star Line, el Titanic, el cual inició su viaje inaugural el 10 de abril de 1912 desde Southampton (Inglaterra) hacia Nueva York, pero nunca llegó a su destino. El primer y el tercer barco pensados eran el Olympic y el Britannic (originalmente llamado Gigantic).

Ismay solía acompañar a sus barcos en los viajes inaugurales, y el Titanic fue uno de ellos.[1]​ Ismay ocupó el camarote de lujo B-52, situado justo detrás de la gran escalera de primera clase.[6]

La noche del 14 de abril de 1912, Ismay estaba acostado sin dormirse aún en su suite cuando sintió alboroto en los pasillos, y al preguntar a uno de los empleados lo que ocurría este respondió que habían golpeado un iceberg. Se colocó un abrigo encima del pijama y subió al puente. En el puente estaba el capitán Edward Smith, quien dijo que el barco había chocado con un iceberg y que se temía que fuera serio. Ismay bajó a la sala de máquinas y contactó con Joseph Bell, ingeniero jefe de máquinas, y le dijo que las bombas podrían sostener el barco. Fueron las últimas buenas noticias que escuchó.

Volvió al puente y esta vez estaban Thomas Andrews y el carpintero John Hutchinson junto al capitán Smith que se reunieron a puerta cerrada para analizar con los planos del barco el daño causado, y escuchó la sentencia de muerte que se le daba al RMS Titanic.

Ismay volvió a su camarote y posteriormente salió a la cubierta de botes a ayudar en las labores de evacuación del barco. Una vez que llenó algunos botes del lado de estribor, se armó el bote plegable C y ante la mirada de todos él ocupó sin autorización un lugar dentro del bote sin que nadie lo impidiera.[7]

Informes dicen que en los últimos momentos del barco, Ismay no fue capaz de mirar el hundimiento, oponiéndose a creer que su creación empresarial fuera a hundirse en medio del Atlántico Norte. Ismay fue rescatado del bote salvavidas por el barco Carpathia de la Cunard Line, y llegó a Nueva York el 18 de abril. Luego, Ismay testificó en las investigaciones del hundimiento del Titanic, primero en el Senado de los Estados Unidos (presidido por el senador William Alden Smith) y luego en el Board of Trade británico (presidido por Lord Mersey).

Después de ser rescatado por el Carpathia, Ismay abordó el barco siendo visto con desprecio y enojo por los pasajeros sobrevivientes y fue llevado al sector médico del buque donde permaneció todo el tiempo, sin comer nada sólido. Le dio al capitán Rostrom un mensaje para enviar a la oficina de White Star Line en Nueva York: "Lamento profundamente advertirle que el Titanic se hundió esta mañana decimoquinta después de la colisión con un iceberg, lo que resultó en graves pérdidas de vidas. Más detalles más adelante. Bruce Ismay." Otro superviviente, Jack Thayer, lo visitó para consolarlo, a pesar de que él mismo había perdido a su padre: "[Ismay] miraba al frente, temblando como una hoja. Incluso cuando hablé con él, no prestó absolutamente ninguna atención. Nunca había visto a un hombre tan destrozado."

Tras el desastre, Ismay fue salvajemente criticado por la prensa estadounidense y británica por abandonar el barco cuando aún quedaban muchas mujeres y niños en él. Algunos periódicos lo llegaron a llamar "J. Brute Ismay" (que significa "J. Bruto Ismay"),[8]​ y sugirieron que la bandera de la White Star Line debía ser cambiada por una con un hígado amarillo.[8]​ También se hicieron caricaturas de él en cartón, mostrándolo abandonando el barco. La sociedad de Londres lo acusó y lo etiquetó como uno de los mayores cobardes de la historia. La mayor parte de las críticas de la prensa provenían de periódicos de los cuales era dueño William Randolph Hearst, del cual se dice, tenía una venganza personal con Ismay.[8]​ El 30 de junio de 1913, Ismay dimitió de la presidencia de la International Mercantile Marine Company y de la presidencia de la White Star, siendo sustituido por Harold Sanderson.

Aunque la investigación oficial británica lo liberó de toda culpa, Ismay nunca se recuperó del desastre. Ya emocionalmente retraído e inseguro antes del viaje, después cayó en una profunda depresión de la que nunca llegó a recuperarse totalmente. Aunque mantuvo un perfil social bajo, tras la tragedia del Titanic, Ismay continuó activo en los asuntos marítimos. Inauguró un buque escuela utilizado para capacitar a los oficiales de la marina mercante de Gran Bretaña. También donó 11.000 libras para la fundación de una organización para la gente perdida en el mar y en 1919 dio 25.000 libras para crear un fondo y reconocer la contribución de los marinos mercantes en la Primera Guerra Mundial.[9]

Después de la tragedia, Florence, su esposa, cuidó de que el tema no volviera a ser mencionado en la familia. Su nieta, la historiadora y autora Pauline Matarasso, comparó a su abuelo en sus últimos años con un "cadáver": "Habiendo tenido la desgracia (se podría decir el error) de sobrevivir, hecho que reconoció en unas horas, se retiró a un silencio en el que su esposa se hizo cómplice, imponiéndolo en el círculo familiar y asegurando así que el sujeto del Titanic estuviera tan efectivamente congelado como los cuerpos recuperados del mar."

En su vida personal, Ismay se volvió un hombre solitario, pasando los veranos en su cabaña en Connemara entregado a la pesca de la trucha y el salmón. Cuando estaba en Londres, asistía solo a conciertos en St. George's Hall o iba al cine, otras veces paseaba por los parques. Un amigo observó que la sombra del Titanic nunca le abandonaba, y continuamente "se atormentaba a sí mismo con inútiles especulaciones sobre cómo habría podido evitarse el desastre." En una reunión familiar navideña en 1936, menos de un año antes de su muerte, uno de los hijos de su hija Evelyn, que se había enterado que Ismay había estado involucrado en el transporte marítimo, preguntó a su abuelo si había naufragado alguna vez. Ismay rompió un silencio de casi veinticinco años al respecto, y respondió al nieto: "Sí, una vez estuve en un barco que se creía insumergible."[10]

Su salud se deterioró en los años 1930, desarrollando diabetes, que empeoró a principios de 1936 obligando a la amputación de su pierna derecha por debajo de la rodilla. Posteriormente, estuvo mayormente en silla de ruedas. Residente en Wirral, en el río Mersey de Liverpool, J. Bruce Ismay murió en Mayfair (Londres) el 15 de octubre de 1937, a causa de una trombosis cerebral. Su funeral tuvo lugar el 21 de octubre de 1937 y fue enterrado en el cementerio de Putney Vale, en Londres.[11]

Hay mucha controversia aún hoy, sobre la actuación de Ismay en el Titanic. Algunos pasajeros dijeron escuchar durante el viaje a Ismay, presionando al capitán Edward John Smith para que acelerase la velocidad del barco, para llegar a Nueva York antes de lo previsto con el objetivo de asombrar a la prensa, generando así una estupenda publicidad para la compañía. Un pasajero también dijo haber visto a Ismay en la cena con una alerta de iceberg en la mano, pero que sólo la miró un poco para guardarla en su bolsillo rápidamente. Sin embargo, dichas declaraciones no fueron apoyadas nunca por los oficiales supervivientes de la tragedia y largamente se ha dudado de la fiabilidad de las fuentes.

Durante el hundimiento, Ismay ayudó en la preparación y en la descarga de los botes salvavidas. En un momento, Ismay, quien estaba con otro pasajero de primera clase (William Carter), vieron que no había mujeres ni niños en las proximidades de la cubierta por lo que fueron invitados a ocupar un lugar en el bote salvavidas plegable C, ocupando el lugar de un oficial. Este incidente, de acuerdo con Ismay, lo atormentó por el resto de su vida, ya que aún había muchas mujeres y niños en el barco. Su sirviente personal, Richard Fry, y su secretario William H. Harrison, permanecieron en el barco y perecieron en el hundimiento.



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