Se le llama buceo profundo al buceo que se realiza por debajo de los 30 metros. En el caso del buceo recreativo la profundidad máxima preconizada cambia según la escuela de buceo: en la escuela estadounidense PADI la profundidad máxima autorizada suele ser de 40 metros. En las federaciones nacionales que constituyen la CMAS, la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas, la profundidad máxima autorizada es de 60 o 65 metros cuando se bucea con aire comprimido, pero esta prerrogativa sólo se aplica a los buceadores de tres estrellas. En el caso de la FFESSM (la federación francesa de buceo) los buceadores de dos estrellas no bajan a más de 20 metros cuando bucean con otros buceadores de dos estrellas, aunque pueden bajar a 40 metros si les acompaña un monitor. Según la IDSSC International Diving Safety Standards Commission un buceo profundo es aquel que se realiza debajo de los 15 metros, siendo recomendado no sobrepasar los 30 metros de profundidad y estableciendo como profundidad máxima de buceo recreativo con aire como mezcla respiratoria a los 40 metros de profundidad.
Buceando con aire comprimido la profundidad máxima autorizada no puede en ningún caso ser superior a 60 o 65 metros. La razón se debe a que en todo momento la presión del agua comprime el aire respirado por el buceador. Cuanto más desciende un buceador equipado con botellas de aire, más se comprime el oxígeno que en parte constituye ese aire (21%). A 70 metros de profundidad la compresión del oxígeno es tan elevada que este se vuelve tóxico para las células del organismo (es la hiperoxia o efecto de Paul Bert), pudiendo provocar la muerte del buceador. Por esta razón todas las técnicas y escuelas de buceo prohíben terminantemente bajar con aire comprimido a profundidades superiores a 60 o 65 metros. Toda inmersión profunda, de 30, 40 o más metros de profundidad, debe ser preparada con antelación, verificando bien el equipo utilizado y embarcando una reserva consecuente de aire comprimido.
Otro gas que se encuentra en el aire y que se vuelve tóxico a medida que se lo va comprimiendo es el nitrógeno. La profundidad a partir de la cual el nitrógeno afecta a los buceadores depende de la tolerancia desarrollada por el buceador a los efectos de la narcosis, adquirida por un entrenamiento constante en el que el buceador se sumerge periódicamente a distancias cada vez más profundas no superiores a los 30 o 40 metros de profundad pues se considera que el “umbral narcótico” del nitrógeno, respirando aire, se encuentra entre los 30 a 40 metros de profundidad. No es directamente mortal pero al ser lo más parecido a una borrachera la narcosis de nitrógeno puede inducir al buceador a cometer errores que lo lleven a la muerte o un grave accidente.
Los efectos de la narcosis de nitrógeno y la toxicidad del oxígeno son producto de la presión a la que se somete el cuerpo del buceador al descender grandes profundidades con la ayuda exclusiva de aire comprimido. Comúnmente nuestro cuerpo expulsa el nitrógeno que respiramos, pero en el agua, debido a la presión, dicho nitrógeno no puede ser liberado y es absorbido por nuestro cuerpo. Si en el ascenso no se realizan las paradas de seguridad necesarias para la eliminación del nitrógeno excedente, acumulado en la sangre y los tejidos, dicho elemento vuelve a su estado gaseoso buscando una forma de salir del cuerpo produciendo burbujas de nitrógeno que se pueden localizar en tejidos como la piel y/o ser transportadas por el torrente sanguíneo a otros órganos. Dicha condición es conocida como enfermedad por descompresión.
Para profundidades mayores a 30 metros la descompresión es una actividad necesaria para la eliminación, de una forma lenta y controlada, de los gases acumulados en los tejidos del buzo. Cuando hablamos de inmersiones a profundidades superiores a los 40 metros el uso de una mezcla de gases inertes (como el nitrógeno, helio o hidrógeno) diferentes al aire comprimido se hace necesario para minimizar el impacto del síndrome de descompresión.
El aire es una mezcla natural de gases, pero en buceo profundo, para evitar el comportamiento tóxico del nitrógeno, puede usarse el nitrox, una mezcla de oxígeno y nitrógeno diferente a la del aire atmosférico (79% nitrógeno y 21% oxígeno), conteniendo un mayor porcentaje de oxígeno y un menor porcentaje de nitrógeno que permite disminuir el tiempo de saturación del nitrógeno. Gracias a ello es posible aumentar considerablemente el tiempo de inmersión sin necesidad de realizar paradas de descompresión, así como disminuir el tiempo necesario para la descompresión. Sin embargo debido al estar enriquecido con oxígeno el nitrox aumenta el riesgo de hiperoxia (el efecto de Paul Bert), siendo este su principal impedimento para el buceo a distancias mayores de 60 metros. Utilizado en profundidades menores se evita el advenimiento de la hiperoxia y se reduce la posibilidad de un accidente de descompresión debido a un exceso de nitrógeno. Si bien la presión parcial máxima de oxígeno que se puede soportar de forma fisiológica es de 1,8 atm aproximadamente, empieza a hacer daños mucho antes de alcanzar dicho nivel. Al estar el nitrox compuesto de un mayor porcentaje de oxígeno, este daño se acrecenta, por lo que se recomienda a los buceadores, en especial a los deportivos, NO utilizar este gas para inmersiones profundas, restringiendo su uso en la mayor parte de los casos a profundidades menores a las indicadas con aire comprimido simple.
Para profundidades mayores a las que permite el aire comprimido (entre 60 y 65 metros) se utilizan mezclas de gases que en vez de aumentar la proporción de oxígeno, como hace el nitrox, la disminuyen. El heliox, por ejemplo, reemplaza el nitrógeno por el helio, manteniendo el oxígeno en proporciones inferiores a las del aire, lo que permite evitar el efecto de Paul Bert en profundidades en las que el aire sí produciría dicho efecto.
Al utilizar helio en lugar de nitrógeno se elimina el peligro de una narcosis por nitrógeno y al tener una densidad menor que la de este elemento facilita el proceso de la respiración. Sin embargo su conductividad térmica aumenta el riesgo de hipotermia pues al ser seis veces mayor que la del nitrógeno hace que el buzo pierda de forma dramática su temperatura corporal. Además en profundidades superiores a los 150 metros, causa el denominado síndrome nervioso de altas presiones. Además del heliox, el hidrox, mezcla de hidrógeno y oxígeno, es otra mezcla de gases binarios usados en el buceo profundo. Sin embargo no es tan usado dado el alto potencial inflamatorio del hidrógeno.
Existen además, para el buceo en profundidad, las así llamadas mezclas ternarias, que son mezclas de tres gases, como por ejemplo el trimix y el hidreliox, entre otras. El trimix ayuda a disminuir los riesgos del síndrome nervioso de altas presiones al agregar a su mezcla un poco de nitrógeno, ello repercute a su vez en una mayor retención de la temperatura corporal y a la disminución de una narcosis por nitrógeno gracias a la presencia de otro gas como el helio.
Para el buceo profundo es recomendable utilizar trajes secos, diseñados para aguas muy frías, con la ventaja de que con el uso de estos trajes la piel del buzo no se moja absolutamente nada, permitiendo llevar ropa de abrigo debajo del traje.
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