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Burdinjaun



Burdinjaun es el protagonista de una serie de cómics que comienza a publicarse en 1987 como suplemento dominical del diario La Gaceta del Norte, de Bilbao. Se trata de un superhéroe vasco que combate la injusticia en un siglo XXI alternativo, en el que el País Vasco se ha transformado en Euskopolis, una gigantesca y violenta ciudad-Estado gobernada por el tiránico Gran Dakari.

En el primer editorial de la publicación se hace una reivindicación del relato de superhéroes, justificando la adaptación del formato de comicbook americano a la realidad vasca de finales de los años ochenta del siglo XX. Las tensiones de la época (la Transición tras la caída del Franquismo, el golpismo del 23-F, las aspiraciones nacionalistas vascas, el terrorismo de ETA y los GAL, el movimiento antinuclear, la conflictiva reconversión de la industria pesada vasca) quedan reflejadas en un (todavía) futuro siglo XXI. En el tebeo, el País Vasco se ha convertido en una única y caótica ciudad hipertecnificada (cuya denominación es variable, a veces Gran Bilbao y otras Euskopolis). Consecuentemente, el tono de las historias estaba más cerca de la violencia sardónica (y entonces reciente) del cómic Batman: El regreso del señor de la noche de Frank Miller, que de las festivas peripecias del Spider-Man clásico, con una más que evidente referencia visual al Los Ángeles del film Blade Runner.

Burdinjaun recrea una galería de protagonistas y personajs secundarios numerosa y llamativa, que incluye héroes, heroínas y villanos en la más clásica tradición del cómic de superhérores:

Cada número de Burdinjaun aparece encabezado por el logo del colectivo de los historietistas, Producciones No. Dicha identidad corporativa hace referencia a la consolidación del grupo en torno a una publicación que autoeditaban bajo el nombre de No, El Fanzine Maldito, dedicado al cómic, al cine y a la filosofía. Durante su última etapa, el diario La Gaceta del Norte acoge entre sus páginas de ocio al núcleo creativo del Fanzine No, coordinado en esta ocasión con acierto por Javier Ruiz, uno de los responsables de Trokola. Fruto de este nuevo trabajo surgirá como plato fuerte del suplemento dominical, Burdinjaun, El Señor del Hierro.[1]​ Para el desarrollo de Burdinjaun, se estableció un sistema de producción similar al de las grandes editoras de superhéroes norteamericanas (DC Comics, Marvel Comics), con un desglose del trabajo artístico en fases sucesivas para crear un “montaje en cadena”. Según una entrevista a los creadores, aparecida en el periódico Deia,[2]​ el proceso creativo se resumía así: “Dependiendo de las circunstancias, el proceso comienza con la labor del guionista, Joaquín Ágreda, que elabora el guion de la aventura y se lo entrega a Pedro Hilario, el dibujante habitual. Entre ambos discuten la planificación y, una vez que se llega a la versión definitiva, Pedro la dibuja a lápiz. Mientras, Joaquín comienza a trabajar en el próximo guion. El acabado de las viñetas se realiza simultáneamente entre Biaffra y Álex. Biaffra se encarga de colocar y escribir los bocadillos con los textos, así como de rotular los títulos y las onomatopeyas, y Álex entinta las páginas. Al mismo tiempo, Pedro dibuja a lápiz la próxima aventura. Mediante este sistema, además de acelerarse el proceso, cada uno revisa y corrige al anterior, de manera que el producto final se enriquece”. Una desaparecida web sobre el personaje, aparentemente “oficial”, definía así los roles de los integrantes del equipo:[3]

El equipo responsable de Burdinjaun había iniciado su andadura periodística ocupando 6 de las 40 páginas que tenía el suplemento semanal de La Gaceta del Norte (extinto periódico de larga tradición en el País Vasco, cuya última etapa antes de desaparecer coincide con el periodo de publicación de Burdinjaun). Dicha sección, editada en color, se llamó La Vaca Multicolor y estaba orientada al público infantil, con tiras cómicas como Antton (por Jon Doe) o Martín el Marciano (por Joaquín Ágreda), críticas de cine y televisión, pasatiempos y manualidades, etc. La última página la ocupaba un tebeo por entregas, El asunto Castafiore (de Álex de la Iglesia). Sin embargo, en 1987, cuando se reducen las páginas del suplemento a 16 en total, los artífices de la sección infantil ocupan el 50% del semanario con el personaje de Burdinjaun, empleando en exclusiva la portada a color, la primera página (“Club BurdinJaun”, con un editorial dedicado al personaje y cartas de los lectores) y seis páginas de narración gráfica: la serialización de las aventuras del Señor de Hierro en blanco y negro, así como la continuación de El asunto Castafiore en las dos únicas páginas interiores que se publican a todo color. Se editaron de esta forma al menos ocho números con los títulos siguientes:

La continuidad de la serie quedó definitivamente interrumpida con el cierre del periódico en el que se publicaba, pese a que se anunció un complejo y dilatado arco argumental (Bilbao, cruce de destinos) con un tráiler de cuatro páginas que editaba un sinfín de escenas a desarrollar en un futuro y varias páginas de bocetos de los personajes que iban a mostrarse de manera inminente (Robofop, Txikitero, Aitor Mendibil, Amona, la Secta Arcana, Edurne la Loba Blanca, los Otsoak). Existen evidencias de que los autores intentaron publicar esas historias en otros medios, aunque al parecer, sin resultados. En una entrevista, Álex de la Iglesia indica que "Gallardo[10]​ le pasó las tiras de Burdinjaun a Bereguer, el editor de El Víbora, pero en aquella época, ya te digo, la escuela Marvel estaba totalmente desprestigiada y no les interesó un pito". .[11]

Burdinjaun tuvo un fugaz cameo cinematográfico en la película Acción mutante (1993): su imagen estaba impresa en un paquete de Tripis, marca de alucinógenos infantiles que aparecía anunciada en un falso spot durante la película.[12]



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