Cárcel Real de Sevilla nació en Sevilla.
La Cárcel Real de Sevilla se encontraba en un edificio medieval en la actual calle Sierpes reformado en los siglos XVI, XVII y XVIII y que se mantuvo en uso hasta el siglo XIX. Tuvo presos ilustres del Siglo de Oro Español y se dice que allí comenzó Cervantes a gestar su obra El Quijote.
El origen de esa institución sevillana está en el Repartimento que tuvo Sevilla tras la Reconquista de Sevilla por Fernando III en el siglo XIII. En 1418 el edificio se encontraba en ruinas y fue reconstruido a expensas de Doña Guiomar Manuel. Ella era una mujer caritativa que dio fondos para la construcción de la Catedral de Sevilla y está enterrada en ella. Con la "alcaldía" del Asistente Francisco Chacón, entre 1560 y 1566, se acordó añadir al edificio una crujía de fachada y una nueva portada, pero para ello fue preciso derribar unas casas propiedad de la Iglesia. A cambio se les ofreció el Cabildo viejo, situado en el Corral de los Olmos, y una tienda de especias en la Alcaicería. Sin llegar a un acuerdo definitivo con el clero, se derribaron las casas, lo que provocó la excomunión de Francisco Chacón.
Gracias a las gestiones del nuevo asistente, Francisco Hurtado de Mendoza, finalmente el edificio fue reformado por Hernán Ruiz II y Benabuto Tortello en 1569. Los planos de la prisión que se conservan en el Archivo Histórico Nacional son de 1716. Durante los siglos XVII y XVIII se realizaron varias reformas.
Tiene una importante relación con el Siglo de Oro español, ya que entre otros presos albergó a Bartolomé Morel, Mateo Alemán, Alonso Cano y Martínez Montañés. Miguel de Cervantes estuvo preso allí entre septiembre y diciembre de 1597 y algunas fuentes afirman que regresó a finales de 1602, aunque lo de la segunda estancia no está demostrado. Asimismo escribieron sobre esta cárcel por entonces el famoso abogado Cristóbal de Chaves y el jesuita Pedro de León, capellán de la misma, gracias a los cuales la conocemos bien.
El edificio siempre es narrado como un lugar masificado de presos, donde había que pagar importantes cantidades de dinero para tener una celda propia. Los retretes eran prácticamente pozos inmundos, la salubridad era casi nula y los presos, para evitar los castigos físicos, se metían en la mugre hasta el cuello y arrojaban el sucísimo barro a los guardias y verdugos. Cuando Felipe II visitó la Ciudad en 1570 y su cortejo pasó frente a la prisión se produjo tal griterío entre las reclusas pidiendo clemencia que el Rey pidió que el cortejo se detuviera.
La Cárcel subsistió hasta 1835 cuando se trasladó al antiguo edificio de los Agustinos Descalzos de Nuestra Señora del Pópulo, siendo este el comienzo de la Cárcel del Pópulo.
Se encontraba en la Sierpes, cercana a la plaza San Francisco, y su Cuerpo de Guardia tenía su sede en la vecina calle de Entre Cárceles.
La cárcel se derribó y la parcela, de 42.163,18 metros cuadrados, se destinó a otros usos. Fue hotel, café, sede del Círculo de Labradores, para terminar siendo adquirida por el extinto Banco Hispano Americano. En la actualidad alberga una sucursal de Caixabank. Existen una losa de 1905 y una placa de cerámica de 1984 en las que se recuerda lo que allí hubo. En la parte trasera se ha colocado una estatua a Miguel de Cervantes.
En lo que fue la Cárcel Real de Sevilla actualmente hay una sede de Caixabank Cajasol.
Estatua de Cervantes en la zona donde estuvo la Cárcel Real de Sevilla.
En esta esquina de la Calle Entre Cárceles estaba el cuartel del Cuerpo de Guardia de la Cárcel Real de Sevilla.
Coordenadas: 37°23′21.96″N 5°59′38.84″O / 37.3894333, -5.9941222
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