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Café de las Salesas



Coordenadas: 40°25′25.36″N 3°41′38.49″O / 40.4237111, -3.6940250

El café de las Salesas (1878-1945), fue un establecimiento de Madrid situado en la calle de las Salesas, y luego número 17 de la calle del Conde de Xiquena, esquina a la plaza de las Salesas. Se trataba de un café clásico del siglo xix con grandes espejos en sus paredes que lo hacían parecer más amplio, mesas de mármol y sillas de madera y anea, en un perímetro de grandes divanes rojo granate, en un pequeño bosque de columnas metálicas bajo arañas de cristal y el toque de un teléfono de campanillas.[1]​ Durante un periodo también fue café-concert y contó con un salón de billar anexo.[1]

Suficientemente alejado de lo que entonces era el centro de Madrid, resultaba ser un local de barrio, tranquilo e íntimo, con una clientela de a diario que en su mayor parte formaban leguleyos del vecino Palacio de Justicia madrileño, además de los ocasionales testigos o parientes de los procesados, y una tropa variable de periodistas en busca de la noticia, en especial de los casos truculentos como el crimen de la calle Fuencarral (ocurrido en 1800).[a]​ Otro de los servicios habituales del café era proporcionar las consumiciones a los detenidos.[1]​ También se vio afectado, pero en sentido inverso por la huelga de camareros de Madrid, ocurrida en 1918.[b]

Como imprescindible café de tertulia, tuvo el de las Salesas, entre las más sonadas la de “Los salesianos”, reunión matinal que se desarrollaba entre las 11 y la 1’30 y que, a pesar de estar dedicada en exclusiva a hablar de política, hacía respetar la consigna de «discutir sí, pelear no» (y ya en los años previos a la guerra civil española, «no atacar, pero sí defenderse») y el lema «entre hombres de bien no puede haber engaños». Entre sus componentes estuvieron el periodista Augusto Vivero Rodríguez, que actuaba como presidente, el abogado Eduardo Ortega y Gasset (hermano mayor del filósofo), o tertulianos de signo opuesto como Marino García, militante comunista, y Francisco Olías, representante de la derecha más recalcitrante.[c][1]​ Era precepto obligatorio para ser admitido en ella el uso distintivo de plumas estilográficas de una marca determinada.

El día 8 de diciembre de 1933, la periodista Rosario del Olmo concertó una cita con el poeta Antonio Machado en este café de las Salesas.[d]​ El suceso, insignificante a priori, quedaría inmortalizado por el fotógrafo Alfonso (imagen considerada como una de las más representativas fotografías de Machado) que en una composición casi pictórica,[2]​ incluyó un tercer personaje en la escena, el camarero Braulio reflejado en el gran espejo del local y un calendario marcando el día 8.[3]​ La foto original –que se ha conocido por un fragmento recortado– mostraba a la periodista sentada junto al poeta a una mesa del café, bajo el reflejo del camarero Braulio en un espejo. Foto y entrevista no se publicarían hasta el 12 de enero del año siguiente con el título: "Deberes del arte en el momento actual", en el diario La Libertad. No quedó claro cuál de los dos Alfonsos ilustraba la entrevista de Rosario a Machado.[4][5]



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