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Calzada de la Viga



Norte: Artes Gráficas, Morelos, Merced Balbuena, San Francisco Xicaltongo, Barrio de Santiago.
Centro: Lorenzo Boturini, Magdalena Mixhuca, Militar Marte, Santa Anita.

La calzada de La Viga es un eje vial de la ciudad de México, que va del centro hacia el sur de la urbe. Sigue el trazo del antiguo canal de la Viga, una vía fluvial que desde la época novohispana tuvo funciones de movilidad para el abasto y de recreación, y hasta el siglo XX fue navegable para embarcaciones pequeñas.

El canal de la Viga fue un cauce existente desde la traza y posterior expansión de Mexico-Tenochtitlan,[1]​ que entraba por el sur del altepetl mexica en medio de los islotes primitivos de Tultenco y Mixhuca, pasando por la Acequia de la Merced y hasta la posterior Acequia Real, la cual llegó hasta el Templo Mayor.

Con la desecación de los lagos del Valle de México en la época novohispana, el canal se amplió hacia el sur conservando la unión con los todavía existentes lagos y pueblos de Chalco y Xochimilco, de donde se llevaba buena parte de la producción agrícola que se consumía en la ciudad de México. Dichas mercancías era transportada en canoas y chalupas hasta el embarcadero de Roldán,[2]​ luego hasta la zona de la Merced, y finalmente a la zona del actual Mercado de Jamaica. Por ejemplo, todavía a mediados del siglo XIX entre 1858 y 1859 se tiene registro que pasaron por la garita 4944 canoas de distintos tamaños.[2]​ El canal iniciaba en la Garita de la Viga, una de las ocho de la capital edificada en 1604,[2][3]​ parte del sistema defensivo de la urbe y entrada a la misma, y que partía hacia el sur-poniente. La función central de la garita era la recepción de mercancías para su control, provocando un intenso tráfico comercial fuera de ella.

En 1785, el virrey Bernardo de Gálvez ordenó trazar una vía desde la iglesia de San Pablo hasta la Garita de la Viga, lo que fue concluido hasta el mandato del II Conde de Revillagigedo en un primer tramo de aproximadamente kilómetro y medio y treinta metros de diámetro.[2]​ Recibió, en distintos épocas, también los nombres de Paseo Revillagigedo (por Juan Vicente de Güemes), Paseo Juárez[4]​ y Paseo de Ixtacalco.[2]

Además de su función comercial, el canal se convirtió en un sitio recreativo. Durante el siglo XIX y todavía a principios del siglo XX fue un atractivo turístico natural de la capital, del que las crónicas y descripciones de la época coinciden en su afluencia y popularidad[5]​ al que acudían capitalinos de clase media, en su mayor medida.[5]​ En su recorrido, el canal atravesaba el pueblo de Santa Anita, el de Ixtacalco (en el que existió un puente que lo cruzaba), Mexicaltzingo, Culhuacan Ixtapalapa y finalmente Xochimilco y Chalco.[2]​ Dentro del recorrido hubo cuatro puentes hechos de mampostería: el mencionado de Iztacalco, el de Jamaica, el de Pipis y el de la Viga, que databa de 1750,[2]​ si bien para comodidad de los navegantes del lago se continuaron usando puentes y tablones de madera.[2]​ Las familias caminaban por el paseo que del lado occidental tenía residencias y puestos de vendimia. También montaban caballos, recorrían el paseo en carruajes en la vía aplanada ó lo navegaban en embarcaciones de pasajeros.

Madame Calderón de la Barca describió el paseo en su obra La vida en México durante una residencia de dos años en ese país:


El primer barco de vapor que surcó el canal fue La Esperanza, el 21 de julio de 1850.[8]​ El 27 de noviembre de 1877 fue firmado un contrato para hacer navegable el canal de la Viga y conectar así las ciudades de México y Chalco con barcos de vapor. Manuel Payno en Los bandidos de Río Frío describe una de las embarcaciones que circulaban por la vía de la capital hacia Chalco.

En 1878 se inauguran los primeros 8 kilómetros de navegación, modificando con ello la altura de los puentes de Pipis y el de Jamaica.[2]​ El trayecto que en chalupa o canoa tomaba cuatro horas a Chalco, se redujo a una hora con la nueva tecnología. Según Guillermo Prieto:

De la ornamentación, reforestación y seguridad del canal se encargó el ayuntamiento de la ciudad, quien incluso dispuso una policía montada para la vigilancia de la zona.[2]

En 1901, las esculturas de los Indios Verdes fueron colocadas cerca de la Garita de la Viga. Una descripción de un periódico de 1903 describen así al canal de la Viga:

Al iniciarse el entubamiento de ríos y manantiales de la ciudad, el canal de la Viga fue desecándose hasta convertirse en una ciénega insalubre.[2]​ Hacia la década de los cuarenta fue rellenado para evitar inundaciones y en 1957 fue pavimentado para dar paso a la Calzada de la Viga.[2]​ Dicha vialidad es también el Eje 2 Oriente.

La calzada inicia en Avenida Fray Servando Teresa de Mier en la zona centro de la ciudad, al sur del Mercado de la Merced y en la esquina del Mercado de Sonora. La circulación es hacia el sur en un sentido y se convierte en dos sentidos en Eje 2 Sur Avenida del Taller.

Hacia el sur, distintas avenidas cruzan a la calzada como:

Eje 6 Sur Cardiólogos

Finalizando en Canal Nacional.

En su recorrido se encuentran:

Para ampliar la información esta el ensayo "Paseo de la Viga. Frontera idílica y social". Escrito por Andrés Reséndiz R y editado por CENIDIAP. El texto completo se puede consultar en la Biblioteca Digital de www.cenidiap.bellasartes.gob.mx. Directamente se accede en http://cenidiap.net/biblioteca/abrevian/5abrev-AndresResendiz.pdf

El canal ca. 1884

El canal ca. 1884




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