Carlos S. Damel cuyo nombre completo era Carlos Santiago Damel fue un dramaturgo, médico y comediógrafo que nació en Buenos Aires, Argentina en 1890 y falleció en la misma ciudad el 15 de julio de 1959. Es muy conocido por las numerosas obras que escribió en colaboración con Camilo Darthés.
Fue un médico de prestigio que en 1916 publicó su tesis doctoral titulada La locura moral. En 1936 organizó el primer Congreso argentino de Oftalmología y fue Presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología en los períodos 1935-36 y 1945-46. Fue profesor adscripto a la cátedra de oftalmología en la Universidad de Buenos Aires y jefe de los servicios de oftalmología del Centro Gallego de Buenos Aires y de los Hospitales Rawson y Piñero. Fundó el Laboratorio Otto y hoy lleva su nombre la biblioteca especializada de Laboratorios Alcon.
Sobresalió como autor teatral por más de 40 años. Comenzó en 1911 con la obra La última escena en colaboración con Darthes, que si bien no trascendió les dio una experiencia que fue recompensada al ganar en 1912 con La pipa de yeso el concurso de obras que organizara el empresario teatral Pascual Carcavallo. Más adelante, en 1917, estrenaron con éxito El novio de Martina, luego El viejo Hucha, representada por la compañía de Muiño-Alippi y llevada años después a la pantalla y Los chicos crecen, que llegó a las 600 representaciones y, además de ser llevada al cine en Argentina en dos oportunidades, fue puesta en España e Italia.
Escritor y dramaturgo que produjo junto a Camilo Darthés numerosas obras costumbristas muy celebradas por el público, entre las que cabe mencionar "El loco Ruiz", "Hasta la hacienda baguala baja al jagüel con la seca", etc. En 1954 recibió junto a Darthés el premio de Argentores a la mejor comedia por ¡Qué pequeño era mi mundo!
Sus obras integraron el repertorio de importantes compañías de teatro de la época como la de Arata-Simari-Franco, Muiño-Alippi y Vittone-Pomar.
Carlos S. Damel murió en Buenos Aires el 15 de julio de 1959.
En ocasión del reestreno de la obra No la quiero ni me importa por la compañía de Luis Arata, la crónica del diario Crítica del 5 de enero de 1949 señaló:
Dartés y Damel fueron agudos observadores de la vida cotidiana de Buenos Aires. Llenos de ingenio, con el material hábilmente seleccionado construyeron obras con un ritmo teatral apropiado y con las aventuras de corte sentimental que vivían personajes sencillos retratados dentro del ámbito familiar en los cuales el público se reconocía.
Algunas de sus obras, como Amparo, Mi felicidad y tus amigas, ¡Qué pequeño era mi mundo!, No la quiero ni me importa, dan elementos para reconstruir la evolución de las costumbres en los sectores de la sociedad de Buenos Aires presentes en ellas y, en especial, el cambio de roles jugado por la mujer de la alta clase media. También supieron practicar la crítica social con un fino y sano buen humor, como en Tres mil pesos, Manuel García y Un pucho en el suelo.
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