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Casimir Monier



Casimir Monier fue un empresario, editor y librero francés, que desarrolló gran parte de su vida en España entre las décadas de 1820 y 1870. Partiendo de una modesta librería, llegó a regentar un hotel con baños y una escuela de natación en el Manzanares.[1]​ Fue inmortalizado por su compatriota Dumas, admirado por el cronista de la Villa de Madrid Mesonero Romanos en sus memorias madrileñas y mencionado en diversas ocasiones por Benito Pérez Galdós, tanto en sus novelas como en algunos de sus Episodios Nacionales.[nota 1]

La primera noticia que se tiene de Casimiro Monier la proporciona la creación de una librería en su casa, como un depósito general de los libros publicados por la Sociedad de Editores de París.[2]

Pronto abrió librería al público, siendo la primera en España que dispuso de una sala de lectura con periódicos y revistas (previo pago de un real, o un bono mensual por 20 reales).[nota 2][3]​ También montó negocio editorial, en especial de libros de viaje franceses como Un été en Espagne (1845), de Agustín Challamel, en el que puede verse el sello o marca editorial de Monier.[4]

En 1843 Monier compró la vieja Fontana de Oro creando un nuevo complejo hostelero que tomó el nombre de "Hotel de Monier" pero que siguió conociéndose con su nombre antiguo. El establecimiento aparecía en el Hand-Book for Travellers in Spain (1845) de John Murray con esta descripción: "La afamada Fontana de Oro, durante mucho tiempo el mejor hotel de Madrid, y entre los peores de Europa, ha sido transformada en un establecimiento para baños, alojamiento y salas de lecturas".[5]​ Efectivamente, Monier convirtió la Fontana de los liberales de Riego y Galiano en un insólito hotel burgués con librería, sala de lectura, baños, restaurante y, por supuesto, habitaciones.[nota 3]​ Así lo describe Mesonero Romanos en la edición de 1844 de su Manual de Madrid. Descripción de la Corte y de la Villa: "Hay casa de pupilos o huéspedes en la Fontana de Oro, establecimiento de M. Monier, uno de los principales de Madrid y frecuentado por extranjeros, por la comodidad de tener en la misma casa un excelente salón de lecturas y baños públicos".[4]​ También los menciona Pascual Madoz en su Diccionario, con una descripción que merece la pena reproducir:

A pesar de la publicidad y una cierta popularidad que recogen otras fuentes contemporáneas, tanto periodísticas como literarias, el Hotel de Monier no duró más de quince años. En 1859, en el solar de la finca que ocupó la Fontana se construyó un nuevo hotel —luego desaparecido también—, la "Fonda de los Embajadores" que, en una evolución de categoría ascendente (quizá proporcional a su deterioro), acabó llamándose Gran Hôtel de los Embajadores.

Es poco probable que Casimir Monier llegase a imaginar que llegaría a convertirse en un personaje de Dumas, y para mayor mérito, en el personaje de sí mismo. Así ocurre en el libro de viajes del excelente narrador francés titulado De París a Cádiz, donde se relata el tragicómico episodio del aterrizaje en Madrid de Dumas y el grupo de familiares y amigos que le acompañaban, el 9 de octubre de 1846:[6]

Dumas continúa el relato construyendo una escena que evoluciona de lo dramático hacia el gag cómico repetido, cuando uno a uno, le va desvelando a Monier que no viene solo sino acompañado de una larga tropa de compañeros de viaje. El atribulado posadero encontró acomodo para todos, les proporcionó un buen baño, y al día siguiente les envió a cenar al vecino restaurante que otro hábil empresario francés había montado en la carrera de San Jerónimo, el mítico Emilio Huguenin Lhardy.[7]



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