El Caso Parker-Hulme fue un asesinato ocurrido en Christchurch, Nueva Zelanda, en 1954. El caso tomó notoriedad cuando una mujer fue asesinada por su hija mayor y la mejor amiga de su hija. El asesinato sirvió de base para la película de 1994 Criaturas celestiales.
Juliet Hulme, nacida en Blackheath, Londres, Reino Unido, hija del Dr. Henry Hulme, un médico inglés, fue diagnosticada con tuberculosis siendo niña y enviada al Caribe y a Sudáfrica, con la esperanza de que un clima más cálido mejoraría su salud. Se reencontró con su familia cuando tenía 13 años, al tomar posesión su padre como rector de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda.
En Nueva Zelanda, cuando tenía 15 años, conoció a una compañera de escuela, Pauline Parker, de 16 años, y que padecía osteomielitis. Ambas se hicieron buenas amigas al coincidir por su condición médica y establecieron un fuerte vínculo. Soñaban con una vida juntas llena de fantasía, poblada de famosos actores tales como James Mason y Orson Welles. También se creyó que ambas tenían una especie de relación romántica, aunque los investigadores creen que no fue sexual pero sí afectiva y sentimentalmente fuerte. En marzo de 2006, Perry (antes Hulme) declaró que aunque su relación con Parker era obsesiva, no eran lesbianas.
En junio de 1954 los padres de Hulme se encontraban en proceso de separación, y además consideraban que la relación íntima entre las chicas era algo insensato, ya que en ese tiempo la homosexualidad era considerada como un trastorno mental, por lo que decidieron enviar a Juliet a Sudáfrica a vivir con un pariente, con el pretexto de que sería lo mejor para su salud. Las chicas no querían ser separadas, por lo que Juliet protestó y dijo que quería que Pauline también fuese a Sudáfrica. El problema fue que Honorah Rieper, madre de Pauline, no permitió que su hija se fuera a Sudáfrica. Al no lograr convencerla las chicas decidieron que no había otra solución más que matarla y que pareciera un accidente para así lograr su cometido.
El 22 de junio de 1954, las jóvenes condujeron a Honorah Rieper a un paseo a pie por el parque Victoria en la ciudad de Christchurch, donde entonces vivían. En un camino solitario Juliet tiró una piedra de ornato, y cuando regresaron por el mismo camino, las chicas la señalan para que la Sra. Rieper se agachara a recogerla. En ese momento, Pauline había planeado golpear a su madre con la mitad de un ladrillo enfundado en una media. Las chicas iniciaron su ataque, suponiendo que unos cuantos golpes serían suficientes para matarla. Sin embargo, se acabaron requiriendo 45 frenéticos golpes de ambas chicas para finalmente matar a Honorah Rieper. La brutalidad del crimen ha contribuido a su notoriedad. Luego del feroz ataque las chicas corrieron cubiertas de sangre pidiendo auxilio en una tienda de té donde habían estado momentos antes. Los propietarios las atendieron y ambas dijeron que Honorah Rieper había caído golpeándose la cabeza. El cuerpo de Honora fue encontrado sin vida, con importantes laceraciones sobre su cabeza, el cuello y la cara, y lesiones de menor importancia en sus dedos. El arma homicida fue encontrada por la policía en los bosques cercanos rápidamente. Se investigó en las habitaciones de ambas y a través de sus diarios íntimos comprobaron que las chicas llevaban un tiempo planeando el crimen, dando detalles de sus fantasías de matar a Honora.
Pauline y Juliet fueron llevadas a juicio en Christchurch en 1954, y fueron encontradas culpables el 29 de agosto de ese mismo año. Como eran demasiado jóvenes para ser sometidas a la pena de muerte según la ley neozelandesa de aquella época, fueron sentenciadas y condenadas a permanecer detenidas en la gracia de Su Majestad. En la práctica, esta sentencia significaba que permanecerían encarceladas según la discreción del ministro de justicia. Fueron liberadas por separado unos 5 años después. Una condición para su liberación fue que jamás se volverían a ver o comunicar.
Juliet Hulme luego de ser liberada se cambió el nombre por el de Anne Perry, usando el apellido de su padrastro. Regresó a Inglaterra a vivir con su madre en el pueblo escocés de Portmahomack, y se volvió una famosa escritora y autora de libros sobre asesinatos, historias de detectives y misterios. Nunca se casó ni tuvo hijos, y actualmente sigue publicando sus historias.
Pauline Parker también se cambió el nombre luego de ser liberada, por el de Hilary Nathan. Después de vivir un tiempo en Nueva Zelanda ante la vigilancia de las autoridades, se mudó a Inglaterra. Ingresó en un convento católico y se convirtió en devota. Actualmente sigue residiendo en Inglaterra, en las Islas Orcadas; tampoco se casó ni tuvo hijos. Se negó a hablar con la prensa sobre el sonado asesinato de su madre y solo dijo tener remordimiento y estar arrepentida.
Se cree que ambas no se volvieron a ver hasta el día de hoy.
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