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Caso Uchuraccay



La masacre de Uchuraccay fue el asesinato de ocho periodistas, su guía y un comunero[1]​ llevada a cabo el 26 de enero de 1983[2]​ en el poblado de Uchuraccay, en Ayacucho (Perú).

En enero de 1983 un comando de sinchis entró a la comunidad de Uchuraccay e inculcaron a los campesinos que matasen a todos los que vinieran a pie porque los Sinchis siempre llegaban en helicóptero. Unos días después, el 26 de enero de 1983, los comuneros mataron a ocho periodistas y otras dos personas, sindicándolos de ser terroristas. Unos meses después, el pueblo fue erradicado por Sendero Luminoso.[3][4]

La toma de Uchuraccay era de fundamental importancia para poder tener acceso a la ceja de selva y a los valles. Los primeros indicios de actividad senderista en Uchuraccay se ocurrieron en el año 1981, cuando un tal "Martín" llegó al pueblo buscando trabajo.

A los pocos años y en parte debido al apoyo de los jóvenes del lugar y el repliegue policial hacia las capitales de provincia que dejaron a varias poblaciones sin ningún tipo de protección del estado, Sendero Luminoso pasó a "controlar" el pueblo. Desde el principio Sendero se encontró con problemas, uno de los más importantes fue la imposibilidad de erradicar las costumbres indígenas, teniendo que crear un poder bicéfalo, donde regían el pueblo tanto el líder indígena, como el líder senderista.

Las tensiones emergieron rápidamente, uno de los primeros incidentes sucedió cuando "Martín" y cinco senderistas, fueron apresados por las autoridades locales, estando muy cerca de ser linchados. La represalia de Sendero Luminoso fue contundente, asesinaron al líder comunal Alejandro Huamán de un tiro en la cabeza. Poco después asesinaron a otros dos dirigentes comunales con el mismo método.

En enero de 1983, en las provincias cercanas a Uchuraccay y en la propia Uchuraccay fueron asesinados dirigentes senderistas. En Uchuraccay exterminaron a cinco dirigentes senderistas a puñetazos, puñaladas y pedradas. Estos actos incitaron a periodistas de la capital a dirigirse a esa zona. El 26 de enero de 1983, unos cuarenta comuneros asesinaron a ocho periodistas peruanos de diversos medios informativos nacionales, que habían llegado a investigar una masacre cometida por la organización terrorista Sendero Luminoso en un municipio vecino.

El guía y un lugareño fueron otras dos víctimas del linchamiento cometido por los campesinos, que tomaron a los periodistas por miembros de Sendero Luminoso, ya que temían una represalia senderista por un previo enfrentamiento.

Los comuneros, que vivían en constante pánico por el acoso de los terroristas, siguieron los consejos de los "sinchis", un cuerpo antiterrorista de la Guardia Civil, para que mataran a todos los forasteros que vinieran por tierra, pues serían terroristas, ya que ellos mismos, la policía, vendrían por aire (en helicópteros). Los periodistas, no pudieron hacerse entender, a pesar de que había dos quechuahablantes.

Una comisión investigadora convocada dos semanas después del suceso por el presidente Fernando Belaúnde Terry y presidida por el escritor Mario Vargas Llosa constató la autoría de los comuneros y explicó el crimen por deficiencias civilizadoras de parte de los indígenas.[5]

El Informe Vargas Llosa, que así fue llamado, aceptó la versión del mando militar de la zona el cual aseguraba que los informadores fueron ejecutados por los propios comuneros de Uchuraccay quienes los habían confundido con “terroristas” porque, entre otras cosas, portaban una “bandera roja” (sic). No encontró corresponsabilidad en los "sinchis". En un juicio efectuado a la más elevada instancia tres de los comuneros fueron condenados a quince años de reclusión. Sin embargo las afirmaciones contenidas en el informe de la Comisión Investigadora fueron desechadas por los familiares de las víctimas y luego por la justicia peruana que actuó luego de sortear las vallas impuestas por los militares.

Durante los meses que siguieron al asesinato de los periodistas, 135 lugareños, entre ellos 57 mujeres, fueron masacrados. La gran mayoría de ellos a consecuencia de incursiones senderistas cometidas sobre todo en días festivos cuando la población estaba concentrada en el centro de la aldea. Pero también el acoso de los militares y paramilitares y la fuerte represión cobraron numerosas vidas.

En el curso de 1984 los lugareños sobrevivientes abandonaron completamente Uchuraccay y se refugiaron en la selva, en municipios vecinos y en Lima.

En octubre de 1993, parte de la aldea se refundó en nuevas casas erigidas a cierta distancia de la ubicación anterior.

Con Ley Nº 30221 se creó el distrito de Uchuraccay, el 11 de julio de 2014.

Los asesinados fueron:[1]



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