Cecilia Giménez

El Ecce Homo (en latín; traducido «este es el hombre» o «he aquí el hombre») de Borja fue una pequeña pintura mural del profesor español Elías García Martínez,^[1]​ en el santuario de Misericordia de Borja, provincia de Zaragoza, España. Según la prensa, esta obra era de modesto valor económico y artístico («valor escaso»^[2]​ o «poca importancia artística»),^[3]​ aunque adquirió fama en todo el mundo^[2]​ tras un desafortunado intento de restauración por parte de la vecina Cecilia Giménez Zueco (de acuerdo con las autoridades locales).^[4]​

La obra original consistía en una pintura en un muro interno del Santuario, de unos 50 centímetros de alto por 40 de ancho. Fue ejecutada por Elías García Martínez en la localidad donde solía pasar sus vacaciones, con la mención: "este es el resultado de dos horas de devoción a la Virgen de la Misericordia".^[5]​ García Martínez fue catedrático en la Escuela de Arte de Zaragoza.^[5]​ Una nieta reside en Zaragoza, otra en Córdoba, y otros familiares en diferentes puntos de España. Los descendientes han manifestado su deseo de donar un lienzo del Ecce Homo, de características similares al del Santuario, pues el autor realizó diversas versiones. También se ha publicado que la familia deseaba realizar una donación para conservar la pintura mural.^[6]​

Por otra parte, el Ecce Homo de García Martínez no era completamente original, pues parece directamente inspirado en el Ecce Homo de Guido Reni.^[7]​ Tiene muchos paralelismos con variantes de la obra de Guido Reni en grabados, como uno de William French (1815-1898), y reproducciones en estampas religiosas y tarjetas postales.

La pintura, realizada al óleo sobre el muro seco y sin imprimante previo, data de 1930,^[8]​ en los últimos años de vida del autor. Aunque no hay certeza acerca de la fecha, el Centro de Estudios Borjanos estima que fue ejecutada en la primera década del siglo XX, basándose en la edad que tenía su hijo, autor de una pintura contigua que probablemente se hizo a la vez.

Al haberse utilizado una técnica destinada a durar poco tiempo (sobre muro no debe utilizarse pintura al óleo si se desea que la obra perdure), antes de cumplir 100 años la obra ya mostraba signos evidentes de deterioro.

En agosto de 2012 cobró repentina celebridad mundial cuando se reveló la reinterpretación defectuosa de Cecilia Giménez,^[9]​ una aficionada a la pintura que antes había realizado algunos pequeños trabajos en otros centros religiosos, como el retoque de un lienzo de la Virgen del Carmen en el convento de Santa Clara de Borja. De ninguna forma puede considerarse al repintado directo como una auténtica restauración, por lo que el término se utiliza de forma figurada. Debido al mal estado de conservación que presentaba el mural, Cecilia Giménez, quien para entonces contaba con 81 años, decidió repintar la obra encima sin contar con los conocimientos técnicos necesarios para una auténtica restauración.^[10]​ La señora Giménez, que primero había retocado o repintado la túnica, perdió el control de la situación con el rostro de Cristo.^[11]​ Un corresponsal de la BBC en Europa dijo que la obra se transformó en un «esbozo de un mono muy peludo vestido con una túnica de una talla inadecuada».^[12]​

La fallida restauración se convirtió de inmediato en un fenómeno de internet humorístico conocido como el Ecce Mono. La información del suceso apareció por primera vez y en primicia el 7 de agosto de 2012 en la web del Centro de Estudios Borjanos.^[7]​ Posteriormente, en las páginas del diario Heraldo de Aragón,^[13]​ El País^[14]​ o extranjeros como Le Monde o Daily Telegraph,^[15]​ hicieron eco del suceso que llegó a ser tema del momento en Twitter.^[16]​ De hecho, el auge mediático que tuvo dicha acción llevó a la señora Giménez a un bajo estado de ánimo.^[17]​ Por otra parte, al cabo de pocas horas, Internet se llenó de versiones humorísticas de la restauración, protagonizadas por personajes famosos en España como Belén Esteban, Fernando Alonso o Kiko Rivera.^[18]​ Además de existir innumerables fotomontajes con el rostro de personajes populares, un tráiler humorístico sobre la obra subido a YouTube el 24 de agosto con el título de Ecce Homo Reloaded The Movie que consiste de un montaje de edición con tomas de la película El código da Vinci y el reportaje que el informativo de Telecinco realizó a Cecilia Giménez, superó las 200 000 visitas el 28 de agosto.^[19]​

Numerosos medios de información internacionales se hicieron eco de este suceso, como los británicos BBC^[12]​ y The Independent,^[20]​ el alemán Der Spiegel^[21]​ o el francés Libération.^[22]​ También llegó al otro lado del Atlántico y fue objeto de una parodia en el programa de Conan O'Brien en TBS.^[23]​

Además de los numerosos artículos de prensa, los usuarios de Internet se apoderaron del fenómeno^[24]​ y ofrecieron muchas interpretaciones del «nuevo Ecce Homo de Borja», que se ha ido convirtiendo en un icono popular.^[25]​ En algunos casos, el fenómeno ha trascendido de la burla y se ha convertido en simpatía hacia la obra: han surgido opiniones que consideran que la nueva obra debe dejarse tal como está, pues se ha convertido en un icono de nuestro tiempo.^[26]​ Miles de personas empezaron a acudir a fotografiarse junto a la obra.^[27]​ Varias peticiones se pusieron en marcha para la conservación de la nueva versión de la obra, una de las cuales recogió más de 20 000 firmas en unos días.^[28]​ El cineasta Álex de la Iglesia elogió esta nueva versión en su cuenta de Twitter, describiéndola como un "icono de nuestra forma de ver el mundo".^[29]​ Para el escritor español Jesús Ferrero, "las manos radiantes de la mujer" han transformado la categoría de la pintura, que ha pasado de ser un simple trabajo "terriblemente académico y arraigado del siglo XIX" a un "ícono pop".^[25]​ A finales de diciembre de 2012, una agencia de publicidad madrileña anunció la contratación de Cecilia Giménez como directora creativa y la apertura de una oficina en Borja.^[30]​ ^[31]​

Finalmente, el Ayuntamiento local y expertos hicieron una valoración de los daños para intentar devolverla a su estado original; sin embargo, se desestimó cualquier procedimiento artístico, puesto que ya la pintura se encontraba «muy deteriorada» al tratarse de un óleo pintado sobre una pared que no había sido tratada previamente.