El city pop (en japonés シティ・ポップ, shitī poppu) es un subgénero del J-pop popularizado durante los años 80 coincidente con la burbuja financiera experimentada en Japón. Considerado inicialmente la banda sonora de la prosperidad económica experimentada por el país, o una suerte de "música para yuppies", su estética e impronta cultural en la sociedad japonesa fue intensa. Factores como el acelerado aumento de la calidad de vida del japonés promedio, la fuerte influencia occidental de la época de postguerra, o la migración rural hacia las grandes ciudades en búsqueda de mejores oportunidades laborales, impulsaron al género.
Con la explosión de la burbuja financiera a finales de los años 80,década perdida» y el cambio profundo en el estilo de vida y la cultura debido al fuerte choque que derivó de este colapso, propició la desaparición del género coincidiendo con el final de la Era Shōwa. A finales de los años 2010 se ha experimentado la viralización, en aplicaciones como YouTube, redes sociales como TikTok o en plataformas de streaming como Spotify, de icónicas canciones del género como «Mayonaka no Door / Stay With Me» de Miki Matsubara o «Plastic Love» de Mariya Takeuchi. Ello ha proporcionado una reivindicación del City Pop, su popularización en occidente y su revitalización para generaciones posteriores.
el inicio de la denominada «Su inicio como género fue a partir del final de la década del 70 acompasado con el Boom de la burbuja especulativa de los últimos años de la era Shōwa japonesa (1926-1989). Compositivamente se define el City Pop en esencia como una mezcla acompasada de influencias musicales occidentales, especialmente el jazz, el dance pop y el eurobeat, siendo los precursores de este género la banda Happy End (1969-1972). La influencia del funk en estos inicios fue bastante notoria, aunque con el paso del tiempo se reduciría en favor de otros ritmos más cercanos al jazz contemporáneo.
Sin embargo, el paso a la masificación del género y a su transformación se debió principalmente a dos artistas: Akira Terao y Tatsurō Yamashita, los cuales introducirían ritmos nuevos, más cercanos al dance pop, a las Big band, al Soul y al Jazz, tomando una mayor personalidad y logrando insertarse culturalmente debido a la cadencia natural de sus canciones, las cuales se asociaron fuertemente al momento.
Sin embargo es en los años 1980, especialmente en el mayor momento de la burbuja especulativa, en el que el City Pop toma un fuerte impulso. En esta época destacan especialmente los trabajos de Taeko Ohnuki, Meiko Nakahara, Mariya Takeuchi y Miki Matsubara, quienes se convertirían en las figuras más visibles del género. Su popularidad se extendió tanto que el disco de Akira Terao, Reflections, superó en ventas a Thriller, de Michael Jackson, solamente en Japón. Sin embargo, el género no trascendió más allá de las fronteras del país asiático aun cuando Ryūichi Sakamoto, tanto en su trayectoria con Yellow Magic Orchestra como en solitario, consigue destacarse en el exterior. Sumado a esto la influencia cultural del City Pop se ve evidenciada en la utilización como bandas sonoras de muchas series de anime de ese periodo.
Es ya en el final de la era Showa cuando el City Pop toma su identidad, con ritmos cadenciosos y melancólicos matizados con jazz, boogie, tropical dance y funk. Se identifica más como una música propia para el Tokio que nunca duerme, sutilmente ambiental para un izakaya a altas horas de la madrugada en Roppongi o en Kabukichō, mientras varios empleados pasan el rato bebiendo tras el final de su jornada laboral. A su vez el City Pop no solo influye en la música, sino que toma una estética propia de su momento, inspirándose en tonos cálidos, paisajes tropicales y la estética del Pop-Art.
Ya al final de la década de los 80 comienza a marcarse el colapso económico derivado de la especulación inmobiliaria y financiera del Japón de los 80. Esto marca fuertemente la cultura japonesa y se evidencia en su música. Con el inicio de la Era Heisei (1989-2019), el auge de otros géneros como el Visual kei, así como la evolución de las Idol como nuevos fenómenos de grandes masas, el city pop fue agonizando hasta desaparecer silenciosamente a comienzos de los años 90. Sin embargo, no desaparece del todo, puesto que mucha de su influencia se traspasa al Shibuya-kei, el cual tomaría muchas de las influencias que el city pop había traído consigo. La estética fue abandonada por completo, ya con el colapso de la burbuja, abandonándose todo optimismo inicial que había inspirado al género.
Después de su auge y final tendría un peculiar resurgimiento viral, gracias a YouTube, a través de sus recomendaciones aleatorias, y en particular a una canción de Mariya Takeuchi: «Plastic Love». Ya a finales de la década del 2010, y ya en los finales de la Era Heisei, la reivindicación del género se concreta a través de la viralización por redes sociales. A su vez, la estética derivada del city pop sería una de las influencias más notorias de otros géneros posteriores como el Vaporwave o el Future funk, destacándose varios resamplings de MACROSS 82-99, Yung Bae & Night Tempo quienes tomarían muchas influencias del género.
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