El coleccionismo de libros incluye buscar, localizar, adquirir, organizar, catalogar, exhibir, almacenar y mantener cualquier libro que sea del interés de un coleccionista individual. El amor por los libros es llamado bibliofilia, y aquel que gusta de leer, admirar y coleccionar libros es llamado bibliófilo. La bibliofilia es también llamada en ocasiones bibliomanía, pero no debe ser confundida con el desorden obsesivo-compulsivo que recibe este nombre y que se caracteriza por la excesiva acumulación de libros.
El verdadero coleccionismo de libros se diferencia de la posesión de libros al azar y de la acumulación de libros para leer. Podría decirse que comenzó con las colecciones de manuscritos ilustrados encargados por la elite de Borgoña y Francia en particular, que se popularizó en el siglo XV. Felipe el Bueno, duque de Borgoña, tuvo la mayor colección privada de su época, con cerca de 600 volúmenes. Con la llegada de los tipos móviles, el precio de los libros comenzó a bajar, y el coleccionismo de libros recibió un aliciente muy particular en Inglaterra y otros lugares durante la Reforma, cuando fueron desmanteladas muchas librerías monásticas y sus contenidos fueron destruidos.
El coleccionismo de libros puede ser un hobby sencillo y económico. Existen millones de libros nuevos o usados y miles de librerías, entre las que también se cuentan librerías virtuales como Amazon. Solo los coleccionistas adinerados poseen las grandes rarezas: la Biblia de Gutenberg y el First Folio de Shakespeare, por poner dos ejemplos, son famosos y extremadamente valiosos. Los coleccionistas promedio pueden recoger obras de un mismo autor, primeras ediciones de autores contemporáneos u obras de un tema específico. El precio de los libros puede variar según la demanda de dicho título, el número de copias disponibles y el estado en que se encuentran.
Debido a la inmensa cantidad de libros existentes, que se cuentan por millones, los coleccionistas necesariamente se especializan en uno o más géneros o subgéneros literarios. Un lector de ficción, que gusta de las novelas de cyberpunk, puede disfrutar coleccionando primeras ediciones de William Gibson o Bruce Sterling, entre otros muchos ejemplos de aficiones por un género o subgénero específico.
Los intereses individuales pueden incluir:
Se refiere al coleccionismo de libros en formato digital (virtual) en una computadora u otra clase de aparato electrónico. Un bibliófilo puede conseguir libros descargándolos o copiándolos de CD o DVD. Sin embargo, esto puede violar las leyes de propiedad intelectual, aunque depende de la licencia con la que es publicado el archivo electrónico. Los libros electrónicos descargados del Proyecto Gutenberg y muchas otras colecciones virtuales gratis son legales porque publican obras de dominio público o con licencia Creative Commons.
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